Otra historia más

Leo

Le encantaba. 

No había otra forma de decirlo. Veía la sonrisa de Luna y parecía que todo iba a salir siempre bien. Se conocían de apenas 3 años y parecía que llevasen toda la vida juntos. Nadie les conocía mejor que ellos.

Luna se encendió su cigarro, y miró a Leo.

- ¿Y si nos vamos a vivir juntos? - Soltó de repente

La cara de Leo cambió por completo. Aunque no habría sabido decir si su expresión era de sorpresa, o de felicidad.

- ¿Vivir juntos? ¿Estás loca? - Preguntó él, aunque tenía la respuesta bastante clara.

- Claro - respondió ella - Piénsalo, tú ya estás terminando el bachillerato, y seguro que tu padre te ha encontrado algo pronto, y yo ya tengo trabajo. Podemos irnos a un alquiler que no sea demasiado caro. Yo creo que sería divertido.

Para ser francos, no era algo que Leo no se hubiera planteado alguna vez, pero tampoco era como para que ella lo supiera. Es decir, ninguno tenía trabajo antes, era una locura, y además eran amigos, ¿qué harían juntos en una casa?

- A ver... - dijo Leo - A mi ya me han dicho que puede que para Junio, cuando termine el bachillerato, puede que me cojan en una cafetería...

A Luna se le iluminaron aún más los ojos, se notaba que le hacia bastante ilusión la idea.

- ¡Genial! ¡Eso significa que dentro de poco podremos irnos! - 

Leo no podía hacer otra cosa que no fuera sonreír. A decir verdad, también le hacia bastante ilusión, y aunque era un poco locura, quería intentarlo.

Durante ese mes, todas las semanas quedaban para tomar café. A decir verdad, quedaban siempre un par de veces mínimo. Aunque habían acordado que quedarían 1 vez, se lo pasaban demasiado bien hablando y pasando la tarde juntos, y siempre querían volver a quedar.

Podrían acostumbrarse...