Un fuerte olor a humedad. Una densa capa de polvo. Y una figura en la esquina.
Un silencio abismal. Un pequeño corazón roto. Y una margarita marchita.
La figura solloza, el olor perdura, y el polvo permanece.
El silencio se rompe; un golpe, dos golpes. También la puerta. "Huye, huye" grita una voz, aunque nadie la oye. Y dispuesta a todo, entra una sombra, tan oscura como la noche, tan fría como la soledad. La figura tiembla, la figura tirita, la figura castañea.La mano helada de la sombra se posa en su hombro. Desesperación, ansiedad... Terror... Todo eso fluye por las venas de la sombra, negro como la tinta y amargo como la hiel. Vacío... el vacío se abre paso hasta llegar al corazón de la mujer, que acurrucada en la esquina, siente la imperiosa necesidad de abandonar y dejarse llevar por la sombra. "Escapa, escapa" grita una voz, pero nadie la capta.
Un temor antes vivido. Un pánico antes sentido. Y un fuerte suspiro.
La voz grita, la voz llora, la voz implora y ella actúa. No la escucha ni la oye, solo la siente. Y aunque no sepa dónde está ni si es real, la nota. La sombra se abalanza sobre la mujer. El frío cala sus huesos, la melancolía abre su mente y una margarita se hace presente. Solo le queda un mísero pétalo, pero ella quiere estar ahí, anhela coger ese último pétalo y decir: Aquí estoy yo, aunque duela, aunque nieve o aunque truene.
Y se dice a sí misma: Quiero que mi historia dure y perdure, que no haga que las lágrimas bajen por las mejillas. Quiero que mi historia sea la historia que a mí nunca me contaron.Y cuando la sombra parece estar segura de haber ganado la batalla, ella separa sus labios y se proclama libre. Aquella tenebrosa criatura, que realmente no es una criatura, no es capaz de enfrentarse a algo así, al ansia de vivir. Y ella y todos los males acaban siendo un borroso recuerdo en la mente de aquella mujer.
Cuando la luna brilla llena, el pétalo cae, y como un bello parche, cubre ese corazón magullado, pero maravillosamente hermoso.
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RELATOS
RandomCuando en mi cabeza las ideas están por escapar, en algún lugar han de acabar. Por esa razón tenéis aquí este libro, repleto de relatos que yo misma escribí y que deben salir a la luz. No prometo que sean felices, ni tampoco que sean tristes. Son r...