Capítulo 7: Cuando tienes que ver películas con tus padres.

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Sin chocolate. Sin dopamina y norepinefrina en mi sangre he acabado bajo una estúpida manta de cuadros que pica, junto a mis padres viendo Eva al desnudo. ¿Que de qué va la película? Pues no lo sé. Lo sabría si la manta no me tapase media cara, y mi padre apartara su enorme brazo. 

No estoy de humor. 

Cuando por fin creo poder comenzar a entender la maldita película en blanco y negro, me vibra el culo. Sí. Un WhatsApp. Entonces, por una vez en mi vida, agradezco que mi padre con su... gruesito cuerpo me impida cualquier movimiento. Mi subconsciente dice que no debería leer el mensaje, pero si mis manos pudieran, hace rato que el móvil se hallaría entre mis manos y mis ojos recorriendo las palabras.

-Anda, que guapa es Marilyn.

-Pero no más que tú.

Oh, venga ya...

-Mientes.

-No, abejita, es la verdad. Cada día me enamoro más de tí.

Incrédula, soy aplastada por mis progenitores mientra se morrean ante mis tapados ojos. La incomodidad en estado máximo se adueña de mi cuerpo. ¿A quién le gusta que sus padres se den el lote en su cara días después de ser engañada por su novio?

A mí no.

Resignada y harta de oir cursilerías tipo "desde el primer momento en el que te conocí supe que serias el amor de mi vida", grito.

Mi padre y mi madre se sobresaltan e inmediatamente apartan la manta. Sus miradas parecen las típicas de "oh, no sabíamos que estabas ahí".

No digo nada más. Mis piernas se levantan, luchando contra el costado de mi padre y me pongo en pié.

-Para la próxima,  mamá,  no me preguntes.

Camino hacia mi habitación indignada. Justo hoy tenían que montar la escenita de los enamorados.

Bueno, prefiero estar enfadada... que ver todos los recuerdos de Julio en mi habitación.

Sip. Exactamente como estoy haciendo ahora mismo.

Te quiero... te quiero bien lejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora