Pequeñas Historias De Muchas Parejas. [Pedidos cerrados y terminada]

Primer paso.

Se encontraba mojado, con harina, huevos y plumas de... ¿gallina?

Lo único que escuchaba en ese momento eran risas.

— He-hermano ¿por que hiciste eso?

— ¿No lo ves Iruma? — paro de reír, miro a su hermano y después a su obra maestra — Le hice una broma.

— E-eso esta mal.

— Que aburrido eres hermanito — lo miro de reojo — ¡Opera!

En menos de dos minutos, alguien toco a la puerta.

— ¿pasa algo? — abrió la puerta despacio.

— Sí, trae unas mantas para el hombre.

— En un momento — y salio rápidamente.

— Vámonos hermano.

— ¿que?

— Sí, el abuelo puede llegar en cualquier momento y me va a regañar — empujó a su hermano menor hasta la salida.

El mayor solamente escucha, no podía mirar en ese momento y todo gracias a las plumas.

Están enojado, cuando fuera el día de escuela le daría una elección al nieto mayor de Sullivan.

Fue ahí cuando escucho que la puerta se abrió, el ya se imaginaba que era la persona que le traía las cosas para que se quitara todo eso.

— Aquí están las cosas.

— Ah... Realmente no puedo ver — se sentía un estúpido, el, siendo el profesor Kalego, un hombre respetado y temido.... Mejor no digo mas. Sí, se sentía un estúpido en esta situación.

— No hay problema, yo le ayudare.

Dos minutos tardo en quitar las osas que le impedía mirar.

— Ya puede abrir los ojos.

El mayor hizo lo que la otra persona dijo y con mucho cuidado, pues sentía que sus párpados se encontraban pegados.

Con la vista un poco borrosa, pudo ver a un joven peli-rojo que se encontraba enfrente.

— ¡O-opera! — estaba... ¿estaba viendo bien?

— Oh... Hola Kalego - dijo sin cambiar su expresión seria.

— ¿Que... Que haces aquí?

— Trabajo aquí — metió el trapo en una bandeja que contenía agua — ¿no lo sabias?

— No...

— Oh... Que mal, pero si te lo dije en la escuela ¿no?

— ¿Que... Que me dijiste? — ¿por que estaba nervioso?

— En uno de nuestros tantos encuentros, te dije que quería ser el ayudante del hombre mas poderoso del país.

— No, nunca me lo dijiste, so-solo recuerdo tus palabras.

— Oh... — tomo la bandeja que contenía agua, las mantas y se puso de pie — Fue un gusto el habernos encontrado — da una pequeña reverencia y se va.

¿Que había pasado?

Kalego ni Opera lo sabían.

Kalego al decir eso último, recordó el pasado, un pasado algo triste y que desea olvidar.

Mientras que Opera... Solo se fue con ese recuerdo, tenia que seguir con sus deberes.

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¿Enserio? Solo fue con a la casa de Sullivan ¿por eso?

Estaba mas que claro, que no le haría una fiesta de cumpleaños, al hermano mayor de Iruma y menos cuando le hizo una broma.

Camina con enojo hacia la salida de la gran mansión, fue ahí cuando paro su paso.

— ¿Estas bien?

— Opera... ¿Que haces aquí?

— Note que saliste de la mansión con enojo ¿todo bien? — su cara no mostraba preocupación, eso fue algo que le enojo ¿para que preguntaba?

— Todo bien.

— Mientes... Tienes una cara seria, pero sabes muy bien que por dentro sufres.

— No quiero hacer un escándalo Opera — miro de reojo la mansión que se encontraba de tras.

— Yo tampoco, así que solo decir lo que te pasa.

— ¿como estas tan seguro de que tengo algo?

— Cuando algo te molesta, guardas tus manos en los bolsillos de tus pantalones.

— ¿como sabes eso?

— Soy la persona que te molestaba ¿recuerdas?

— Sí, lo recuerdo.

Opera quedo impresionado ¿a caso no le solía recordar?

— Kalego ¿no te lastima?

— ¿Que? ¿recordar? — el peli-rojo asiente — Claro que me molesta, pero si no hubiera sido por eso, no estaría aquí.

— Ya veo... Sino hubiera sido por mis palabras de bajo autoestima, no estarías aquí.

— Sí, es por eso — levantó su mano derecha, haciendo que el otro se confundiera — Gracias por todo.

Sí, tenía que admitir que estaba impresionado, pues no todos los días vez a un Kalego algo... Amistoso ¿no?

— De nada - sonrió y correspondió la mano del otro.

— Ahora... Me voy.

Opera solo asintió y se quedo mirando fijamente hasta que Kalego desapareció de su vista.

— No... Aun no es momento de decirle.

Tenia tanto que decirle, tanto que contarle, tantas palabras de apoyo que darle.

Pero no, no era todavía el momento para eso.

— Por ahora, solo fue un gracias como primer paso.

Sí, el siguiente paso seria pedir perdón.

— Perdonadme... Kalego — susurro, el único que fue testigo de sus palabras fue el viento.

Hasta nuevo aviso seria su reencuentro.

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No se si aquí son humanos o demonios, ahí ponerle como mas mes guste.

Bueno, pues aquí esta otro pedido, espero te guste y perdón por la demora.

Lo siento si me quedo feo, pero trate de meterme a personaje lo mas que pude, no contiene tanto amor, pues yo esto lo veo mas como... Un reencuentro después del pasado.

Perdón si no te gusta, enserio, pero como dice el título, es solo el primer paso de muchos mas.

Bueno, y sin mas que decir ¡nos vemos!