¿Inquebrantable?

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  Lincoln Loud, único hijo entre 10 hermanas, cursaba su primer año en la preparatoria, en todos estos años, su vida ha estado muy tranquila, incluso tenía una novia, Ronnie Anne , la cual volvió a la ciudad hace tres años, lo que hizo que su estado de ánimo aumentada un poco, sin embargo, había un problema, y era su hermana Lynn, desde que su novia latina volvió a la ciudad, se ha comportaba de una manera muy extraña, incluso había ocasiones donde se escondía para seguirlo en las citas, al peliblanco se le hacía muy raro esto, pero se dio cuenta que no importaba cuanta veces hablara con su hermana, ella no le hacía caso, incluso intentó hablar con sus demás hermanas, cosa que fue en vano, ni siquiera cuando las mayores seguían en casa les hacía caso, siempre usaba como argumento: "solo estoy protegiendo a mi hermanito", y ahora que solo quedan las menores, menos le va a hacer caso a ellas..., igual, ya sé acostumbró así que no importa...

  Ahora mismo se encontraba camino a casa, caminaba al lado de su novia.

  –Nunca creí que la clase de matemáticas fueran tan fácil –dijo Lincoln.

  –Habla por tí –discrepó Ronnie Anne cansada–. Sigo teniendo problemas con factorizar... ¿Y tú como sabes todo eso? –preguntón curiosa.

  –Lisa es mi tutora –dijo sin más.

  –Ya veo... Como me gustaría tener un familiar tan inteligente.... –pensó en su hermano Bobby, y en cómo cada vez que le pedía ayuda en una tarea, a él se le dificultaba aún más.

  –¿Y qué hay de tu tío Carlos?

  –Él tiene mucho conocimiento de distinto temas, pero..., cada vez que le pregunto sobre un tema, él se va de las ramas con otro tema que no tiene nada que ver con el primero...

  Lincoln rió ante esto.

  –Sabes Ronnie.... –antes que siguiera hablando, alguien los detuvo.

  –¿Qué hacen chicos? –pregunto Lynn tomando de los hombros a la pareja–. ¿Por qué no vinieron a la van?

  –Creo que ya deberías saber que nos gusta caminar a casa... –Ronnie Anne se sacó el brazo de la deportista en sima.

  –Es cierto, patética –sonrió sacando la lengua, pero a Ronnie Anne no le pareció gracioso–. Aunque, a mí también me gusta caminar, pero, ¿saben que es mejor que caminar?

  –No Lynn, no sabemos qué es mejor que caminar... –mencionó Lincoln.

  –¡Correr! –Lynn salió disparaba cuál cañón, no obstante, al ver que ningunos los seguía, se detuvo–. ¿Qué esperan?

  –Lynn, no vamos a correr –Lincoln se mantuvo en el lugar entre cerraron los ojos.

  –¡Oh, vamos chicos! –exclamó Lynn con los brazos cruzados–. No le vendría mal un poco de ejercicio, en especial a tí Lincoln, solo mira esas patas de gallina.

  –¡Oye!

  –Bueno, Lincoln, ya llegamos a mi casa -mencionó la latina–. Nos vemos luego, patético –golpeó en el hombro a Lincoln.

  –Auch –pese al dolor, él sonrió ante el gesto.

  Sin embargo, había alguien que tenía un semblante contrario al de su hermano.

  Ronnie Anne luego de despedirse de su novio, entró a su casa.

  –Bueno, al fin estamos so... –vio a su hermano cruzando la calle–... ¡Espera!

  –¿Qué quieres Lynn? –preguntó ya fastidiado.

  –¿Acaso no puedo estar al lado de mi hermanito?

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