Capítulo IV

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Si algo no era habitual en aquel sujeto era verle alterado en absoluto. Nada ni nadie parecía perturbar su semblante estoico y recio. Por ello a Tsunade, Jiraiya y Naruto (quien se encontraba junto a los humanos siendo aun atendido por la aprendiza de la anciana híbrida) les sorprendió ver a Kisame con su rostro literalmente desfigurado en un gesto de genuino horror antes de anunciar que Itachi se había marchado del refugio poco después de que su hermano Sasuke lo hiciera en medio de ese ataque de rabia al enterarse de lo sucedido con Uzumaki. Justamente el hombre rubio de ojos azules se puso de pie preguntando si tenía idea de dónde pudo haberse ido el mayor de los Uchiha. Considerando que el había sido su custodio junto a Shisui desde que este último lo trajera a esa cueva. El hombre de ojos negros y piel azulada asintió, señalando que Itachi conocía prácticamente todas las guaridas de los vampiros a la orden de Madara Uchiha y que justamente había ido hacia donde se ocultaban los Akatsuki en busca de su agresor. El mas joven entre sus miembros, Deidara. Naruto abrió enormemente los ojos al escuchar aquello. Era plenamente consciente del motivo por el que aquel novato lo había atacado. Era uno de los tres Uzumaki (los otros eran sus padres, Minato y Kushina) mas cercanos a la familia Uchiha. Asimismo el y Sasuke eran mejores amigos desde mucho antes de descubrir su verdadera naturaleza, a los 14 años. Finalmente, Deidara había perseguido al menor de los Uchiha desde antes de ser convertido en vampiro. Y todos los alli presentes eran mas que conscientes de ello, como también de lo que sucedía entre los dos hermanos Uchiha. Lo cual no era en absoluto extraño en particular entre aquellas dos razas. Si lo era para licántropos y vampiros. Aun cuando particularmente Kisame y Kakashi se habian encontrado en una oportunidad con el 'fruto' de esa unión por demás prohibida. También miembro de Akatsuki, su nombre era Nagato y era en efecto un híbrido dotado de la habilidad de adquirir la forma de un lobo o un vampiro. Bajo esta última apariencia sin embargo, era conocido por el nombre que le diera su 'padre' vampiro. Pain.

-Kakashi... 

Dijo tras un momento el hombre de ojos negros ligeramente mas pequeños que los de cualquier humano ordinario.

-Sabes tan bien como yo que Itachi no permitiría que uno de nosotros vaya tras el. ¿Quien crees que deba hacerlo?

-Yo iré... 

Dijo, para sorpresa de todos los presentes, Sakura. 

-Si ha decidido marcharse de ese modo es porque no solo teme por Sasuke sino también por ustedes. Yo no pertenezco a este sitio mas que como la discípula y asistente de la señora Tsunade. Pero ni él ni su hermano se perdonaran perderlos a ustedes... 

Los dos hombres y la mujer de cabello rubio asintieron, aunque Kakashi le advirtió que llevase escolta con ella. Para lo que eventualmente fue Sai quien aceptó el encargo implícito. Y el cual la mujer de ojos verdes agradeció asintiendo con una leve sonrisa antes de despedirse inclinando la cabeza. Tomó las escasas armas que acostumbraba llevar con ella -un par de dagas pequeñas y su arco- colocándolas en su cinturón y sobre sus hombros y salió tras el hombre armado con su habitual espada y dos dagas de hoja de piedra. De cuarzo transparente. El mismo que habitualmente llevaban Itachi y Kakashi.

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Había ya caído la noche cuando Uchiha llegó finalmente al sitio que los Akatsuki utilizaban como refugio en aquellas tierras. Entre las habilidades de las que lo había dotado Shisui al encontrarlo se encontraba el haber agudizado significativamente su visión, oído y olfato al punto de ser capaz de actuar como un licántropo genuino sin ser siquiera un híbrido como su hermano y su padre. Y en ese momento sinceramente maldijo el poseer justamente tan agudo olfato y oído porque lo único que ocupo total y completamente sus sentidos fue, en primer lugar, los gritos de absoluta agonía provenientes de aquella pútrida cueva y, en segundo lugar, el por demás nauseabundo olor metálico de la sangre humana. Tal es así que se sintió repentinamente asqueado al punto de caer de rodillas. En ese instante supo que probablemente no debió haber salido del refugio del modo en que lo había hecho. Por horripilante que fuese, algo como eso nunca le había afectado de esa manera. Había sido cazador y, por si fuera poco, había sido justamente un vampiro quien lo había dejado al borde de la muerte cuando Shisui lo encontró. Se puso lentamente de pie y retomó su camino hacia la cueva. A medida que avanzaba, los lamentos se escuchaban con mayor intensidad haciendo que Uchiha se diera cuenta de que, en su mayoría, provenían de mujeres y niños. Nuevamente le invadió esa sensación de asco, sin embargo no podía detenerse y quedarse allí sin hacer nada. Especialmente cuando existía la posibilidad de que, además de toda esa gente inocente, tambien se encontrase allí su hermano menor. Su pareja.

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