Parte 5.5

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Iniciemos con los cambios lo más sutil posible.
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Siguió refunfuñando aun después de dejar el bar, molesto con Makino, pateo una cuantas piedras en el camino.

Para él era claro que una mujer no entendería el significado del honor de un hombre. Tal vez debería volver y decirselo en la cara a ese tal Haguruma o lo que sea y darle una lección que no olvidaría por burlarse de su amigo.

-Oi Luffy- Volteo y era el Señor pescadero viniendo de su tienda en dirección al puerto -¿Porqué tan molesto tan temprano? Es por que te dejaron de nuevo esos piratas-

-Nah... ¡Para nada!- respondió con el mismo gesto -Todavía no les perdono ese asunto de los bandidos-

-Ese que nos conto Makino- recordó el hombre.

-Si, creo que los sobrevalore... pensé que eran unos piratas más valientes...- se quejo nuevamente.

-Jajaja ¿entonces has dejado esa idea de ser pirata? Tu abuelo estaría feliz de escucharlo-

-Nunca dije eso- replicó -Además esos bastardos volvieron esta mañana y estaban diciendo estupideses, iba a callarles la boca pero Makino me corrio-

- ¿Makino se quedo sola?- la preocupación se instalo en su rostro y una parte de él rezo para que no ocurriera nada malo.

Volviendo a prestar atención al niño que seguía quejándose de piratas y bandidos pregunto.

-Entonces ¿A donde te dirijes?-

-¿Ah? Lo olvide- respondio con el dedo en la nariz  comenzando a caminar en direccion opuesta a la que iba en un principio. -¡Adios!-

-Ve con cuidado y no te metas en problemas- se despidió, aun tenia que ir por otro lote de pescado fresco al puerto.

Más adelante el hombre agradecería que ciertos piratas llegaran para auxiliar a la joven dueña del bar, puesto que algunos cuantos bandidos trataron de conseguir otro tipo de entretenimientos además del alcohol.

RenunciarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora