|Only|

2K 252 177
                                    

Vivir en un edificio es difícil cuando se tiene tan desagradables vecinos. Todos son un montón de raritos urgidos que han fracasado en el amor.

Llegue como de costumbre de la universidad, cuando escuche un desagradable silbido de albañil, giré mi cabeza hacia donde provenía insufrible sonido, quien como siempre, provenía de una insoportable persona.

- ¡Tsukki! —Gritó ese horrible apodo— Que tal si te dejas de hacer del rogar y vienes aquí —Dijo con un fallido intento de voz seductora— Podremos divertirnos.

- Pierdete Kuroo —Hice una mueca de asco— Otra vez hueles a alcohol, mejor vete a bañar.

De seguro Kenma lo volvió a ignorar —Pensé.

Seguí mi camino, solo deseaba llegar a mi casa y descansar pero justo cuando estaba por llegar, otra tediosa voz me detuvo.

- ¡Tsukki! ¡Hola! —Ese apodo del demonio de nuevo— ¿Has visto a Akaashi?

- No.

- Ya veo. Oh, Tsukki —Sonrió estúpidamente— Ayer descubrí algo súper interesante.

- ¿A sí? —Dije con indiferencia.

- Resulta que los búhos son capaces de girar su cabeza 270° grados, yo no lo sabia pero ayer mi búho, ya sabes, Fukurodani él que me regaló Akaashi en mi cumpleaños; bueno resulta que el fin de semana lo vi hacerlo y dice "Esto es del diablo" así que llame a Akaashi y me dijo que eso es normal, me sorprendió porque yo no lo sabia y— Y seguía hablando sin parar, que aburrido que es Bokuto, no entiendo como Akaashi no se da por vencido con él,  ya van como 5 mil indirectas y ese baboso sigue sin darse cuenta de que el pelinegro esta enamorado de él.

Pero justo cuando estaba apunto de pasar de largo, él llegó. Caminaba tranquilamente, ese pequeño mechón de cabello que siempre sobresalía de su  cabeza se movía armónicamente con si caminar, sus lindos ojos cafés como el chocolate eran tan cálidos, además de esas pequeñas pecas que le daban una apariencia inocente.

- Buenas tardes —Se limito a decir para después seguir con su camino.

- ¡Buenas tardes! —Exclamo el peliblanco.

- Buenas tardes...—Muy apenas pude decir eso, sentía que mi pecho había a explotar por la lindura del moreno.

Ya ha pasado un año desde que él vive en este edificio. Cada que lo veo puedo sentir como mi piel se eriza, he aprendido a ser más un espectador que parte del espectáculo.

El apartamento cinco doce, él vive allí, es mi vecino puesto que yo vivo en el apartamento cinco quince. Entro a su habitación, en eso llego Akaashi, una suerte ya que me salvó de seguir escuchando al boca suelta de Bokuto.

Quería alcanzarlo, llevo mucho tiempo intentando tener una conversación con él, pero jamás me he atrevido a hacerlo, ¿no sería extraño que así como así un chico se te declara? Llevaba dándole vueltas una y otra vez, pensando en todas las posibilidades sin llegar a nada.

No tuve el valor, me dirigí hacia mi hogar, no sin antes pasar por la puerta de aquel pecoso, sentí el impulso dentocar la puerta pero al final no llegue a nada.

No soy una persona cursi, aborrezco la cursilería con todo mi ser, pero cuando se trataba de aquel peli verde que no dejaba mi cabeza, ponía todo mi odio hacia el amor a un lado y comenzaba a escribir. Ya llevaba cerca de 20 cartas, casa una decían diferentes cosas pero al final todas iban a lo mismo: Una declaración amorosa. No hace falta decir que jamás me atreví a darle una, estuve seriamente tentado a dejarle una en su correo de forma anónima, pero temía que pensara que era de una chica.

La mañana llegó, por lo que me aliste para ir a la universidad. Al salir escuche la voz se aquel viejo borracho que me invitaba a comer a su casa.

- Oye chico lindo, prepararé un delicosos desayuno, ¿Quieres venir a probar el menú?

¿Que demonios les pasa a las personas de aquí? Parece que el acoso sexual está fuerte hoy en día, además no entiendo de dónde sacan que soy un pasivo homosexual...bueno, homosexual si soy, pero solo por una persona: El chico del apartemos 512, por lo que escuche de Akaashi, se que su apellido es Yamaguchi, un lindo apellido para un lindo niño.

- Oye —El asqueroso me saco de mis pensamientos— ¿Si vienes o que?

- Lo siento, yo no me junto con viejos rabos verdes —Dije en un amenazante tono burlón.

En eso, salió de su departamento. Llevaba a pasear a su pequeño perro. Hicimos contacto visual por unos momentos, lo suficiente para ponerme nervioso.

Me sonrió moviendo su mano de un lado a otro, las ganas de abrazarlo y protegerlo que me da verlo son incontrolables. Sentía como mi pobre corazón saltaba. Él el continuó con el paseo hacia su perro, yo me quedé inmóvil por unos momentos, repite profundamente, definitivamente sería hoy...hoy me atrevería a confesarle mi amor...o por lo menos a hablar con él.

Después de un tedioso días de estudios, llegué al edificio, corrí rápidamente evitando a mis odiosos vecinos de manera casi olímpica, me bañe, peine y me puse un buen conjunto de ropa. Estaba listo. Definitivamente sería hoy.

Salí y caminé hasta la su puerta, sentía nauseas por el nerviosismo, toque con cierto miedo. Mis ojos se abrieron con sorpresa al ver que la que abrió la puerta era una guerra, era una chica muy hermosa y estaba en la casa de Yamaguchi. ¿Acaso era su novio?

Mi corazón se estrujo, sentía mis emociones decallendo, ni siquiera podía hablar, el alma me regresó al cuerpo cuando ella pregunto.

- ¿Buscabas a ßmi hermano? —Dijo la pequeña de ojos avellana.

La sonrisa que se formó en mi rostro no tenía comparación, me sentía triunfante y eso que aún no hacía nada. Asentí con la cabeza y ella fue rápidamente en busca del mencionado. Después de unos momentos, él salió, me miró y hizo su típica dulce sonrisa.

- Buenos días...¿ah? Eres Tsukki ¿no?. Creo que así te llaman.

Estaba apunto de negar ese horrible apodo pero, es que lo dice de una forma tan adorable que decirle que deje de hacerlo era imposible.

- Sí, soy yo. ¿Y tú eres Yamaguchi?

- Ese mismo, estaba apunto de ver una película con mi hermanastra ¿Quieres verla conmigo?

- Claro, suena divertido. —Me dejo entrar— Has vivido ya un tiempo aquí y nunca supe que tenías una hermanastra.

- Justo hoy viendo de visita.

- ¡Hermano!.—Dijo mientras acomodaba su bolso en su hombro— Cambie de opinión, voy a salir un rato.

- P-pero Yachi —Fue interrumpido

- Divierte con el rubio —Giño el ojo y se fue corriendo, dejándome a solas con él.

Y así fue como comencé a salir con Yamaguchi, en un principio éramos solo amigos pero conforme pasó el tiempo, me atreví a confesarme, resulto que el también sentía lo mismo por mí. Ahora el chico del departamento 512 es mi novio desde hace más de dos años, jamás pude deshacerme de ese apodo tan feo pero...

- Tsukki, vamos al cine este fin de semana, por favor —Hizo una tierna cara de cachorro.

- Claro que si amor.

Pero definitivamente vale la pena, porque estar con él es lo mejor del mundo.

------------------------------------------

No me saco la canción de la mente, al final salió esto xD.

Mañana corrijo errores(?

Sorry not sorry

El chico del apartamento 512 [Tsukiyama] *One-shot*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora