𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝐿𝑢𝑧 𝑦 𝑂𝑠𝑐𝑢𝑟𝑖𝑑𝑎𝑑 [𝐵𝐿]

𝑋𝑉. 𝐵𝑙𝑎𝑛𝑐𝑜 𝑦 𝑁𝑒𝑔𝑟𝑜

La oscuridad de la noche ya había caído, envuelta en sombras y sangre.

Los aullidos furiosos y las risas siniestras de los Akuma rompían el silencio y tornaban aquella noche oscura en una pesadilla viviente.

—¡Todos, retrocedan! — Con un movimiento casi invisible, Dark Boots cortaron las extremidades de los Akuma nivel 3 que se interponían entre ella y Miranda, quien protegía a los buscadores heridos. Los tres Akuma con apariencias grotescas, soltaron un aullido ensordecedor, intentando desesperadamente derribar a Lenalee, lanzando ataques de materia oscura en su dirección. Su racionalidad les había abandonada desde hace mucho tiempo, volviéndolos en máquinas de matar sin inteligencia y agresivas.

Aunque su nivel no era más alto, la cantidad de ellos iba creciendo, dificultando la tarea de terminar la batalla rápidamente.

Un Akuma humanoide de un tamaño más pequeño que los demás, atacó a Lenalee por la espalda. Con sus manos en forma de cuchillas afiladas y con una velocidad anormal, se abalanzó hacia ella. Consciente del ataque, Lenalee intentó bloquear el ataque, pero los Akuma que la rodeaban le impidieron hacerlo.

Antes de que el Akuma fuese capaz de completar su ataque, la figura de Bookman le bloqueó el paso.

—¡Lavi! — invocando numerosas agujas, Bookman inmovilizó al Akuma. Formando una circunferencia a su alrededor, las agujas se movieron ágilmente de lado a lado, perforando las extremidades del Akuma.

Atendiendo el llamado de Bookman, Lavi levantó a Tetsuii e invocando el sello de Fuego arremetió contra el Akuma inmovilizado y con los Akuma que pretendían acercarse unos metros atrás de él.

—¡Hi Ban!—El fuego se extendió desde su martillo a los alrededores, propagándose sin dificultad a los cuerpos de los Akuma. Soltando un grito doloroso al aire, muchos de ellos retrocedieron. Sus intenciones no pasaron desapercibidas para Lavi, sin intención de dejarlos escapar, invocó el sello del cielo —¡Ten Ban!

Una tormenta luminosa no tardó en emerger, y los truenos pronto atravesaron a los Akuma ya débiles. Con su defensa ya destruida, los Akuma no soportaron mucho más y fueron destruidos. Disminuyendo en gran medida las decenas de Akumas a unos cuantos pares.

A unos metros del grupo principal, un joven pasó rápidamente entre uno de los grupos de Akuma restante. Agitando su guardaña, la cuchilla plateada cortó a los Akuma a gran velocidad. Con movimientos certeros y ágiles, la realizó una gran cantidad de cortes. Actuando antes de que los Akuma fueran capaces de contraatacar, el joven realizó un giro completo, moviendo su guardaña de la misma forma que su cuerpo.

La cuchilla antes sin brillo se iluminó en una luz verde cegadora. Manteniendo una mirada fría, movió su hoz en un tajo horizontal, la luz que rodeaba la cuchilla se desprendió en forma de una estela brillante, viajando hacia los Akuma, cortándolos limpiamente a la mitad.