Mala noche

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Ahora entiendo porque 3 horas nunca son suficientes para arreglarse siendo mujer, me tarde muchísimo en escoger el vestido adecuado, los tacones y el maquillaje indicado para la cena que iba a tener con "mis amigos".

Tengo un vestido negro con hombros descubiertos, unos tacones abiertos en color negro y un bolso muy femenino lleno de lentejuelas negras. Me pongo unos aretes dorados, un dije dorado con una "A" gigante, pulseras doradas y un anillo bastante discreto y elegante.

Al verme al espejo me siento muy sexy, hasta que al voltearme veo que mis pantis se marcan en el vestido apretado que uso, apresurado voy al closet y busco una tanga, para que no arruine mi imagen, me quito mis pantis y me pongo la tanga, sintiendo delicioso entre mis nalgas y mi nueva vagina, estoy bastante excitado de solo verme, así que decido tomarme fotos, al ver mis fotos no me gusta como se ve mi brasiere, así que me lo quito, ahora si, me veo perfecta.

Al bajar al lobby del hotel notó las miradas de muchos hombres, yo bastante coqueta les sonrió haciendo que los hombres se pongan nerviosos.

Pido un taxi en el lobby cuando por detrás me abrazan diciéndome...

— ¡Andrea! ¡Qué linda te ves hoy!

Yo sin saber qué decir, volteo para ver quien me abraza y un hombre de unos 32 años me da un beso en mi boca.

La sensación de un beso de hombre me toma por sorpresa a principio no me gusta pero mi cuerpo parece relajarse y disfrutarlo, poco a poco me siento más femenina al sentir como este hombre me abraza la cintura y yo me cuelgo de su cuello, devolviendo el beso y levantando mi pie como en las películas, soy toda una diva.

— Pensé que no te iba a dar gusto de verme Andi, que linda te ves hoy, mi carro está afuera, supongo que vas a la cena ¿te gustaría ir conmigo amor?

Yo no tenía idea de quién era ese hombre pero me dio mucha confianza y estaba embobado por ese beso.

— No quiero molestarte bebé

— Me molesta más que vayas sola, vamos princesa

Jorge era un chico de 32 años, capitán de avión, medía 1.85, era moreno, de cuerpo atlético y olía bastante bien. Era mi pretendiente, solo que se había disgustado con Andrea por cacharle unos mensajes con su exnovio, me enteré de todo esto porque quería arreglar las cosas y bueno al yo estar en este cuerpo, no me caería nada mal que alguien me cuide y porque no, que me quiera.

Al llegar a la cena, besé otra vez a Jorge, el abrió mi puerta del carro de forma caballerosa y yo no dejaba de sonreír; me sentía una princesa al bajar mi pie del carro, me sentía divina cuando de pronto sentí un golpe en la cabeza bastante duro, cerré los ojos y al abrirlos estaba en una habitación obscura.

Me sentía raro y diferente, tarde en reaccionar pero al lado de mí había otro hombre con la espalda desnuda qué roncaba algo fuerte... de nueva cuenta cambié de cuerpo... maldita cena, no la pude disfrutar.

Cambios, cambios y más cambios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora