- ¿Por qué nunca sales de aquí? Afuera es más bonito.
- Todo es más bonito contigo a mi lado.
historia hyunlix.
capítulos cortos.
la mayoría de sus capítulos son inspirados en canciones de day6.
mención de otros ships.
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Félix se encontraba realmente emocionado y nervioso, en su casa todo estaba listo para la pequeña fiesta que preparó en su cumpleaños y en el cumpleaños de su querido amigo. Todo era perfecto, la decoración, el orden. Se sentía orgulloso de su trabajo. Su madre y padre habían salido para dejarles ese rato libre a su pequeño y sus amigos, pues sabían que no debían preocuparse, Bookie era alguien muy responsable.
Al planear su fiesta de cumpleaños, decidió invitar solo a sus amigos más cercanos y hacer algo pequeño, pues sabía lo incómodo que se pondría Hyunjin si había mucha gente. Al cabo de dos horas, los primeros invitados llegaron, Minho, Jisung y Woojin. Los recibió sonriente y entre pequeñas risas, los tres entraron haciendo bromas, riendo a carcajadas y peleándose por quién le daría el regalo a Lixie primero. Los siguientes en llegar fueron Seungmin y chan, estos venían de la mano, algo desarreglados, la mayoría dentro los molestó, a excepción por Woojin, él se veía algo incómodo. Los últimos en llegar fueron Jeongin, Changbin y Hyunjin, los dos primeros entraron felices dándole las felicitaciones a Félix y Jisung y entregando los respectivos regalos.
— No te recomiendo abrirlo delante de todos. — Advirtió Jeongin con una sonrisa inocente.
Por otro lado, Hyunjin entró de los últimos, dando las felicitaciones en un tono bajo y entregando los regalos respectivos. Su vista fue a parar a uno de los chicos de mejillas regordetas. "Lindo" pensó para luego salir de su transe e ir a sentarse.
— Bueno, no todos aquí se conocen, ¿cierto? Los presentaré. Todos, él es Hyunjin, un viejo amigo, y su primo, Jeongin; fueron los que me recibieron luego de volver de Australia. A su lado está Changbin, amigo de los chicos y un amigo muy importante para mí en estos días—. Yongbok le guiñó un ojo disimuladamente, viendo divertido como el ajeno se sonrojaba de sobremanera.
—Uh, chicos, ellos son-
— Nosotros lo haremos, cariño, no te preocupes—. Interrumpió Chan— Soy Bang Chan, es un gusto.
— Soy Minho, un gusto poder tener más amigos en el grupo. — Habló el chico de mirada gatuna con una sonrisa, era atractivo.
— Oh, sigo yo. Soy Han Jisung, un gusto —. Han se presentó de una manera un tanto graciosa, haciendo a Hyunjin sonreír, era lindo.
— Soy Seungmin, ya nos conocíamos. En el super, soy amigo de Innie. — Murmuró bajo, tímido. Chan le acarició la espalda en un intento de consolarlo, pero esto solo hizo que el chico se tensara.
— Soy Woojin, un gusto, pequeños. — Dijo el más grande de todos con una sonrisa cálida, casi como la de un padre cuando te felicita.
La fiesta corrió normal, al cabo de los minutos la confianza iba creciendo entre los nuevos y los que ya habían reforzado sus lazos.
Hyunjin, sintiéndose ahogado entre tantas bromas, olor a alcohol y simplemente personas, se levantó y fue hasta el patio trasero para tomar aire. Jisung notó la incomodidad ajena, se levantó del sofá con la excelente excusa de ir al baño, la mayoría asintió y siguió con las bromas; se dirigió hasta el patio trasero, viendo al chico de cabellos negros y labios carnosos con sus manos en su cabello, sus delgadas hebras se enredaban en sus largo dedos, la cabeza del más alto estaba gacha. Decidió sentarse a su lado, sin hablar, solo sonreír mientras miraba el cielo estrellado, amaba las estrellas.
— Uh, ¿ves ahí? — Cuestionó el rubio, apuntando hacia el cielo, había una estrella que destacaba de las demás, era la más brillante. — Me encantan las estrellas que son diferentes a las demás, si te fijas, su brillo es más fuerte que las demás.
Hyunjin miró hacia el cielo, buscando por unos segundos la estrella, hasta que logró encontrarla, no entendía la razón de aquella mención, quizás el chico quería sacar algún tema de conversación.
— Estás triste, ¿no es así? — Habló nuevamente el chico de mejillas regordetas, logró sorprender a su contrario, pues este no esperaba que todo fuera tan fácil de descifrar, había tratado de sonreír y que no pareciera una mueca, había tratado de parecer feliz la mayoría del tiempo. — Podemos escondernos con sonrisas, pero los ojos, la mirada... Ella no miente jamás. — Sonrió de una manera algo triste, como si supiera lo que Hyunjin vivía, no, él también lo sentía.
— Lo siento, yo... No sé a lo que te refieres... — Pensó un poco, tratando de recordar su nombre—. Jisung, lo lamento. — Hwang estaba convencido de que había sonado creíble, sin embargo, lo único que escuchó de su contrario fue una carcajada, le miró confundido, notando como le miraba con ¿lastima?
— Un mentiroso no puede engañar a otro mentiroso, porque somos iguales. — Habló, volviendo a mirar el cielo—. No debería ofrecerte esto, pero tengo una solución, y no son antidepresivos. — Volvió a mirarle, sus ojos desbordaban tristeza, gritaban por ayuda, pero eso no lo diría jamás en voz alta, porque cuando vives mierda te la aguantas hasta explotar. Jisung se levantó y extendió su mano frente al chico de cabellos alborotados, esperando a que este la sostuviera y se levantara tal como él hizo.
Félix sentía la falta de presencia de ambos chicos, Hyunjin y Jisung ya habían tardado mucho, eso les preocupaba. Se levantó del sillón, sin dar explicaciones, sin embargo, a los demás no pareció importarles mucho, pues siguieron riendo a carcajadas y molestándose entre sí. Lo primero que se le pasó por la cabeza al pecoso fue subir al baño, en busca de Sungie, como le llama él; al tocar la puerta y no tener respuesta, abrió esta, pero no había nadie ahí dentro. Se extrañó un poco al ver esto, pero decidió ignorarlo, pensando que el chico se habría ido a dormir a alguna de las habitaciones.
Caminó hasta el patio, ahora en busca de Hyunjin, se sorprendió de sobre manera al notar que el chico por el cual se preocupaba, estaba cruzando el patio de la mano con Jisung, estaban yéndose, sintió un mal sabor de boca, puso una mano sobre su pecho, ¿le había dolido? Se dio la vuelta sin decir nada, simplemente volvió por donde vino y rió al ver a los chicos dando vuelta una botella vacía de cerveza sobre la mesa de centro, se sentó con ellos y siguió divirtiéndose, era su cumpleaños, debía divertirse y no preocuparse.
