No se le puede perdonar

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Le conté que hacía poco a Anne me había hecho una putada y que no hablábamos hacia una semana, por eso no me podía haber eterado. Su cara cambió,  me dió un abrazo y se disculpó. Me dijo que al ver a Anne con aquel chico su mundo cayó hasta sus pies, en ese momento saque la litrona de la bolsa, la abrí,  y se la di, él le dió un gran trago y me la devolvió, yo le di otro trago. El silencio de apoderó. De nosotros hasta que oímos llegar a Layne y a George, haciendo tonterías y saltando como monos,  típico de nosotros. Dijeron que nos había buscado un buen rato.

Layne había tenido la misma idea que yo, comprar cerveza, asique allí estabamos, subidos a la barandilla de uno de los puentes que cruzaba el río más grande de la ciudad, con dos litronas y apollando a nuestro amigo.

Como adolescentes incoscientes que eramos,empezamos a hacer la gracia de empujarnos entre nosotros, con el peligrode caernos al río. Paramos de hacerlo y nos quedamos callados.

Habíamos olvidado olvidado que el concierto había empezado y alrededor nuestro se sentia paz, hasta que mi móvil sonó,  era Anne,le colgué,  pero volvió a sonar, era ella denuevo. Apagué. El móvil y una idea brillante salió de la mente de George. Layne tocaba la guitarra, Eddi la batería,  George el bajo y yo cantaba, a esto se le unía que todos amabamos el grunge y así fue como esa noche se convirtió en una noche épica.

Eras las cuatro de la mañana y llegaba una hora tarde a casa, con mucho sigilo abrí la puerta y con el mismo cuidado la cerré. Fui a mi habitación,  sin quitarme la ropa me metí en la cama y me quedé dormida.

Ese mismo día a las 10 de la mañana, mi madre me levantó  y me mandó a pasear al perro, un Coker gordo, gordo y perezoso. Cogi las llaves,  las correa y salí de casa. Cuando llegue al portal noté que me faltaba algo, había olvidado a mi perro. Subí a casa con desgana abrí la puerta y lo llamé,  él vino corriendo me pasó de largo y fué directo a la puerta del portal con la que se chocó, por no frenar a tiempo. Le deje salir y le dirigí hasta el parque que había enfrente  de mi casa.

Una vez allí vi a Anne esperándome, pero fingí no verla. Ella gritó mi nombre pero no le hice caso, entonces se puso delante mio cortandome el paso. Dijo que quería hablar conmigo y que queria arreglar las cosas. Me contó  que Eddi no le gustaba de hacía un tiempo pero que lo del chico del bar pasaba desde hacía un par de días. Cosa que yo no me creí ya que el chico.del bar era mi hermano y me había contado que estaba con una chica hacía  un par de semanas. Lógicamente yo no sabía que esa chica era Anne. Ella seguía intentando que la perdonase pero no podía hacerlo. No podía perdonarle lo de Eddi y menos lo que había hecho semanas antes.

vida de un grungeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora