Me duermo a las 8:00 pm, para despertarme a las 12:oo am. No porque quiero sino porque no puedo seguir durmiendo. Mi cabeza no me lo permite. Me pasó la noche luchando con mi corazón. Es una lucha constante entre mi mente y mi corazón que me está consumiendo lentamente. Luchó, peleó, pataleo, lloro, grito, ruego, oro, clamó e imploró. Me desespero en mi propia desesperación. Pero ¿quién puede sacarme de esta? No hay escapatoria. Me encuentro sola, sin nadie y sin nada. Ni siquiera me tengo a mi misma. Estoy dividida en dos. Debo de escoger en que campo quiero ir. Pero no quiero escoger. Sólo quiero vivir, amar, y ser feliz. No quiero tener que elegir. No quiero tener que pensar. Ya he pensado demasiado.