Rota en año nuevo.

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Tengo abstinencia de vos. 
Lo que nunca te dije y nunca lo haría. 

Camino a ciegas en la noche,  busco el sol que ilumine mis pasos. 

Lo correcto,  lo que debo.
Lo que quiero es el olvido,  el saberte mío.

Pienso en lo que debí en aquellos días de agonía,
eran señales para que buscara a los jazmines que brotaban
y me olvidara de las crueles rosas antes de que me hirieran y mi sangre se mezclaran con ellas.

Debí querer más flores y menos rosas,  pero ya tenía las espinas hasta el cuello y amenazaban con ahorcarme.  Pudiste cortarlos, salvarme de lo que no pude, pero sólo te fuiste.

Ahora soy un manojo de noches de insomnio, nervios y  poesía barata.

Mi corazón echó raíces y ahora florecen las rosas arañando todo a su paso,  salen por mi boca clavando las espinas en mi gargantas.
Heridas que se niegan a sanar.

Y me miento si digo que no verte me basta
pues llevo muchas lunas soñándote y en cada una me haces el amor nuevamente.

Muchas noches oscuras en las que recuerdo tus palabras vacías.

Fui ciega ¿y no es así el amor?

Mientras te tenía a mi lado te ibas escurriendo lentamente,  me dejaste abrazando a la nada. 
Los amargos cigarrillos me saben a ti,  la madrugada se encarna en mí.
La cerveza me es empalagosa  comparada con la amargura de tu adiós.

No puedo más con este papel de tesorera, buscando lo que no es mío,
  lo que ya no es
y lo que nunca fue.

Su felicidad ya me es ajena,  olvido la idea de nuestro primer beso,  de nuestro último.

Olvido tu rostro, tu voz y tu calor.
Tus caricias muertas.

Olvido que nuestra última vez sólo había deseo en tu mirar, porque el amor ya no me pertenecía y nunca más lo haría.

Poesía BarataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora