iv

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Lily había insistido en un paseo por el Londres Muggle para celebrar el cumpleaños de Draco. Narcissa y Lucius habían protestado que no querían ir a ese sitio tan "peligroso", pero la pelirroja se encargó de hacerles ver que no tenían de nada por lo cual preocuparse.

—Ya verás que la pasaremos súper bien, Draco —dijo Harry atándose los cordones de sus zapatos—. Mamá ha dicho que podemos ir a la montaña rusa y al ciclón.

—Lo más que harán ustedes dos, será ir en un carrusel —dijo Lucius desde su lugar mientras echaba un vistazo al folleto del parque de atracciones—. Según esto, el carrusel de las tacitas de té, es el más seguro y más tranquilo.

—Oh claro, Lucius. Los niños sólo estarán en el carrusel —le tranquilizó Lily mientras intentaba peinar a Harry—. Cissa y yo hemos hablado ya con Molly, y las tres estamos de acuerdo en que los niños no subirán a las otras atracciones.

—Me parece muy bien. —dijo Lucius cerrando el folleto y mirando a Draco maliciosamente.

— ¡Es mi cumpleaños! —gritó Draco mientras Narcissa le acomodaba un abrigo azul— ¡Yo escogeré las atracciones a las que subiremos!

— ¿Y quién te crees que eres, mocoso? ¿Quieres ponerte en riesgo a ti y a tus amigos por un capricho? ¿Y luego meterme en un aprieto con el Centro de Protección a los niños Magos?

— ¡Pues no me importa! Mamá, dile a papá que subiré a la montaña rusa o me iré a vivir con los Potter. Te cambiaré a ti por la señora Potter, y a papá por el señor Potter.

— ¡Oye! —Harry golpeó ligeramente a Draco— No te puedes robar a mis papás.

—No los robaré, Harry. Tú y yo seremos hermanos, y luego seremos novios y después esposos.

La habitación se sumió en el silencio. Los tres adultos compartieron una mirada que los niños no entendieron.

—Así que... —empezó Lily.

—Mira, Draco Lucius Malfoy —Lucius levantó la voz—. Si te quieres ir de casa, no me importa. Un Malfoy insoportable menos.

— ¡Lucius! —Narcissa exclamó.

—Estoy bromeando, cariño. Y tú escúchame bien, mocoso--

— ¡No le digas mocoso a mi hijo!

— ¡Más mocoso eres tú! —Draco se cruzó de brazos con enfado y Harry compartió una sonrisa con su madre.

—No subirás a ninguna otra atracción —continuó Lucius—. Según lo que leí, en esas cosas monstruosas sólo pueden subir personas que cumplan con una estatura y edad específica. Y tú eres un enano.

— ¡No me digas enano! ¡Tú eres más bajo que el señor Lupin!

—Bueno, no me importa. Remus por lo menos es alguien tolerable.

Narcissa suspiró con fastidio.

—Draco, tu padre tiene razón. Puedo prometerte que cuando crezcas, podrás subir a cualquier cosa que quieras.

— ¿Lo prometes?

—Así es. Ahora deja de moverte para yo poder vestirte.

—Aún te viste tu mamá. —se burló Harry en un susurro que sólo escuchó Draco.

— ¿Y qué más esperabas? ¡Tengo seis años!

***

Remus venía hacia ellos con largas zancadas.

— ¿Dónde está el señor Potter? —preguntó Draco mientras saboreaba un helado de chocolate.

— ¿Y qué si viene o no? —dijo Lucius desinteresadamente.

Inicios de vida y amistad [ HP fanfic ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora