38. Posibilidades

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Jennie condujo lejos de la hacienda de su familia, en silencio. Ella trataba de distraerse y olvidarse de lo que había sucedido hace unos minutos, quería olvidar lo mal que había salido todo. Olvidarse de que su mamá la había despreciado. No es que le afectara, solo le molestaba que las cosas se hayan dado así.

Lisa, quien iba a su lado en el asiento de copiloto, de vez en cuando acariciaba su mano que iba sobre la palanca. Y eso le causaba una enorme conmoción a Jennie, que una chica, años menor que ella, fuera capaz de darle tanta tranquilidad y felicidad.

Se detuvo en un motel que al menos se veía decente, era eso o conducir por otras horas hasta llegar a la ciudad.

El de recepción les dio las llaves de la habitación tras haberse registrado y se dirigieron hacia allí. Jennie se tumbó en la cama casi inmediatamente mientras que la menor se dirigió al baño.

-¡Lisa! —llamó Jennie desde donde estaba.

-¿Sí? —le respondió, todavía en el baño.

-Ven acá.

Lisa salió del baño tras haberse refrescado el rostro.

-¿Necesitas algo?

-Sí. Qué vengas a dormir —dijo, con una voz un poco aniñada y Lisa sonrió.

-Está bien, solo... —pero se le ocurrió una mejor idea—... ¿Segura que ya te quieres dormir?

Caminó hacia la cama y se posicionó frente a Jennie.

-Um... ¿Tú no? —le preguntó—. No hay nada bueno que hacer por aquí, Lisa, así que sí.

-¿A qué te refieres? —se sentó sobre su regazo sorprendiendo a Jennie—. Podemos hacer todo lo que queramos.

-Lisa...

La rubia besó lentamente sus labios mientras acariciaba su rostro gentilmente. Jennie entendió todo de inmediato así que la sujetó de la cintura con una mano y con la otra la tomó de su cuello acercandola para profundizar más el beso. Deslizó sus manos por sus largas piernas hasta meterlas bajo el vestido y apretar su trasero provocativamente, siguiendo con la sesión de besos mojados.

Lisa deslizó su lengua en la boca de la otra, tímidamente. No era una experta y Jennie lo sabía, pero amaba cómo la chica se atrevía a hacer esas cosas solo para ella.

Jennie se separó del beso para bajar sus labios por el esbelto cuello de la menor, hasta llegar a su clavícula donde mordió y lamió. Sus manos estaban fuertemente agarradas a su trasero y Lisa llevó las suyas a su cuello para mantenerlo cerca de ella. Rápidamente Jennie bajó el cierre del vestido y la hizo ponerse de pie para poder quitárselo completamente. Quedó semidesnuda frente a ella, solo cubieriendo sus pechos y su intimidad por las prendas de ropa interior que usaba. Jennie tiró de su trasero para pegarla a ella de nuevo y besarla con desesperación.

Comenzó a caminar haciendole retroceder hasta topar contra la pared. Se alejó de ella cuando Lisa comenzó a subir su vestido, haciéndole saber que ella también quería sentir su piel. La rubia bajó el cierre y así el vestido cayó al suelo. Jennie se acercó nuevamente a ella para besarla lentamente desde sus labios, pasando por su cuello, besando entre sus pechos donde también apretó haciendola gemir y lamió su abdomen. Se arrodilló frente a ella y Lisa sabía lo que venía a continuación.

-Quitemos esto, amor —dijo, besando el interior de sus piernas mientras se sujetaba de sus caderas y la observaba desde abajo.

¡Oh, Dios! Odiaba cómo ella la tenía a su merced, es como si no tuviera voz cuando estaban en momentos así.

Tu Último Amor (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora