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Wigetta

Los días pasaban, y cada vez me daba cuenta aún más se lo que sentía por Willy.

Después de todo, siempre estuvo para mí.
Cuándo más lo necesité, él estuvo, mientras Rubius andaba de puta con Mangel. Menudo infiel está hecho. Pero ya está. Él es felíz con Mangel ahora.¿Y yo? Bueno... Yo... No he salido de mi mansión por un largo tiempo, por el miedo de verle a él y a Mangel, por el pueblo, besandose, o tomados de la mano.

Nunca esperé eso de el. Pero aún así, lo quiero.
Aveces pienso, y digo "¿Como puedo estar enomarado de 2 personas?" Lo he hablado con Luzu, y él me dijo "Mira Vegetta, un sabio una vez dijo 'Si te enamoras de 2 personas, quédate con la segunda, porqué si de verdad estuvieras enamorado de la primera, no te hubieras fijado en la segunda'. Y resulta, que esa segunda persona, es Willy.

Hoy el vendría a mi casa, como todos los días.

( . . . )

- Hola Willy, ven pasa.- me hice a un lado para que pasara.
- Si, gracias Vegetta.- él entró, y en cuanto lo hizo, esperé a que la puerta con reconocimiento facial se cerrara.

Entramos y nos sentamos en el sillón de la sala.

-¿Qué querías decirme Willy?- pregunté. Curioso por saber su respuesta.
- Bueno... E-este yo... - noté al instante como se tensaba y los nervios aparecían en él. Era tierno, sin duda.
- Vamos chiqui, dime lo que quieras.- traté de transmitirle confianza con una voz suave. A veces Guille era raro, claro está, pero supongo que tendrá sus razones para actuar así.
- Quería saber si... Te gustaría ir al parqué o algo. Sé qué diras que no pe- no dejé que siguiera hablando. Tape su boca con mí dedo corazón y le sonreí.
- Vamos, tengo ganas de salír, y más si es contigo.- no quite mi sonrisa. Luego de tanto tiempo, salír no me vendría mal.
-¿Qué? ¿En serio?- preguntó, con sus ojos llenos de ilusión. Aquellos ojos tan hipnotizantes.
Aquellos se encontraban iluminados.
- Sí Willy, en serio.- confirme.
- ¡Sí! ¡gracias Vegetta!
Se me tiró encima, haciendo que quedemos acostados en el sillón, el arriba de mí, mientras me abrazaba, y me daba besos en las mejillas.
- ¡Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias! No te arrepentirás Vegetta.
Y en un momento, sin querer, me dio un beso en los labios. Fue solo un pico, ya que los 2 nos separamos rápido.
- Pe-perdón, no quería... Yo... Fue sin querer.- se disculpó de manera rápida. Casi no entendía qué decía por la rapidez de sus palabras.
- Tranquilo, solo fue un beso.- respondí, simple.
- ... S-sí jaja... Un beso... ¿Puedo pasar al baño?- cambio totalmente de tema, algo que agradecí profundamente.
- Sí, claro. Ya sabes dónde es.
- Sí, ya vengo.
Se fue rápido al baño.

Yo me fui a cambiar.
La verdad, el salír con Willy me pareció muy buena idea.
Luego de unos 5 o 6 minutos, salió del baño. Con el pelo levemente mojado. Se veía sexy. Sentí mís mejillas arder y miré de inmediato a otro lado.
-¿Qué pasa Vegetta? ¿Tengo algo en la cara?- dijo, inocente cual niño de cinco años.
- N-no, claro que no.- respondí rápido. Los nervios estaban muy presentes y sentía mís mejillas arder cual lava en capa once.
- Entonces, ¿por qué no me miras?- interrogó.

Se acercó a mí, y me agarró el mentón para que lo mirase.
- Willy, se hace tarde, en un rato ya va a anochecer.- traté de evitar su mirada verdosa.
- Sí claro, vamos.- dijo con simpleza, caminando hasta la salida.

Salimos de la mansión, fuimos al ascensor y después al pueblo.

- Hay un lugar que quiero mostrarte Vegetta.- cortó el silencio.
- Ok, entonces vamos.

Me llevó a un pequeño acantilado. Muy hermoso, con bastos árboles, y justo caía el sol. Dando un aire de película romántica. Nos sentamos en el borde, y solo miramos como el sol caía. Y de a poco, la noche se hacia presente. El sol se veía genial.

- Samuel...- habló. Nervioso.

Muy pocas veces me llamaba por mi nombre real. Que raro.

-¿Qué pasa para que me llames Samuel?- pregunté. Un poco confundido por la mención de mi nombre.
- Hay algo que quiero contarte...- veía como miraba el horizonte. Sonrojado.
- Pues dilo.- mencioné con simpleza.
- Hace ya unos meses... Cuándo estoy a tu lado, o cerca tuya, me siento extraño, muy extraño. Siento mariposas en mi estómago. Y tengo ganas de vomitar. Mís mejillas arden, y siento que tengo fiebre. Hace poco, terminaste con Rubius, y probablemente, lo que te vaya a decír ahora, no sea de tu agrado, pero... Yo, de verdad te amo, Samuel De Luque.

Y me besó. Ese fue el beso que necesité toda mi vida. Ese beso que me generaba confianza. Que con ese beso, me dieran a entender un "todo esta bien, porqué estoy contigo, y tú conmigo". Ese beso, fue lo que me liberó del dolor, de haber sido engañado. Ese beso, en ese momento, y en ese lugar, fue el mejor y más perfecto beso que alguien me haya dado. Y con gusto lo correspondí. Para luego de unos minutos, y por falta de aire, nos separaramos.

- No puedo decir aún que te amo, pero siento algo por ti, estoy seguro.

Y lo volví a besar.
En ese momento fue cuándo entendí, que todo estaría bien, de ahora en adelante, y para siempre, mientras él este conmigo.

Esperó les haya gustado. En este "Libro" escribiré cuándo tenga ganas. Y ideas, las cuáles tiraré aquí. Si quieren, pueden decirme un shipp en los comentarios, y escribiré un One-Shot.
Bye!💚💜

Publicado: 20/02/2020.
Corregido: 1/04/2021.

𝙾𝚗𝚎-𝚜𝚑𝚘𝚝𝚜 [𝙺𝚊𝚛𝚖𝚊𝚕𝚊𝚗𝚍]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora