[Archivo Cazador: Micah Donovan ]

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Sus párpados temblaban mientras dormía profundamente.

Sus sueños confusos le hacían removerse y quejarse mientras trataba de conseguir un descanso reparador, pero como las ultimas noches desde que había llegado a Berlin, esa también estaba teniendo problemas.

Micah era plenamente consciente de que estaba inmerso en una pesadilla, pero no podía despertar.

Miraba desde los ojos de alguien mas, de pie en lo alto de un edificio mirando hacia abajo. Una gran casa se quemaba por completo, y habían policías y bomberos por allí.

Pero nadie hacía nada.

El joven distinguió de inmediato que esa gente era de la Corporación, y parecían haber quemado ese sitio a propósito, pues los bomberos esperaban pacientemente, y los policías estaban muy atentos. Habían figuras que aveces aparecían entre las llamas, y gritos. Su cuerpo... no, el cuerpo desde donde veía empezaba a temblar en pánico y horror. Sus rodillas no lo aguantaron y cayó sobre ellas en la azotea. Pronto sintió las lágrimas rodar por sus mejillas, incapaz de hacer nada por nadie. Era muy débil. Había seguido órdenes, y ahora estaba allí impotente... Dolía profundamente. Ellos, su familia, los Insurgentes se quemaban vivos hasta el hueso, y poco a poco sus gritos se desvanecían, llenos de furia y clamor de justicia que llegaba a los oídos del muchacho y se grababan en su alma hasta lo más profundo, marcando un destino que sería difícil, oscuro y sangriento, pero lo cumpliría.

Se transformaría en la pesadilla de la Corporación.

Miro las llamas y ya no cerró los ojos... El odio alimento cada fibra de su ser y removió su sangre, que hervía en sus venas y bombeo como fuego puro en su corazón. Sintió dolor que lo rompía, pero cada pedazo se hundía y germinaba como una nueva fuerza, y se reconstruyó... Alzó la vista para ver a las cabezas que habían creado esa trampa, y girando los ojos en sus cuencas, distinguió entre  la gente un hombre que se acercó a las llamas.....

Era alto y vestía de absoluto negro, con un abrigo largo que ondeaba con el viento... No pudo ver claramente su rostro, solo una sonrisa que crecía y lágrimas que rodaban por unas mejillas pálidas y algo hundidas... Su aura era extraña y misteriosa, esa sonrisa se transformó en una carcajada. Micah, como ser aparte de ese joven, podía sentir y ver el aura de ese hombre. Veía su regocijo, una increíble paz que lo embargaba. Estaba satisfecho, su ansia de sangre estaba cumplida. Una promesa que se había cumplido...

El joven lloraba amargamente cerrando los puños... Guardó ese odio y dolor, y contemplo como todo se perdía sin un funeral digno. Inspiro hondo... El seria el ultimo.. 

En ese instante algo sonó y observo la casa que se quemaba.

Una figura fantasmal brotó del fuego de un saltó y rodó en el suelo, llamando la atención de todos. El insurgente se mantuvo sobre sus rodillas y miró a los edificios, directamente al joven, que se puso de pie, pero supo de inmediato que no podía exponerse. Lo reconoció.

- Maestro Henry... - Fue una puñalada ver a su maestro de rodillas, alzando un rostro quemado a la luz de la luna.

Ese hombre de negro cambió drásticamente su aura y se adelantó. Con un gesto, todos los demás se apartaron y miraron a otro lado. Sacó una pistola de su funda y la apuntó al cráneo de ese hombre, pero en el mismo instante vio más atrás una figura más ligera surgir de entre todos. Un hombre más grande trataba de detenerlo, pero recibió una patada y tuvo que soltarlo. El hombre corrió y bajó el arma del de negro a tiempo para evitar la muerte del insurgente.

El joven sintió una confusión profunda, y Henry se desplomó a un lado. El hombre más alto apartó al de negro rápidamente, alejándolo algunos metros y quitandole definitivamente el arma....

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⏰ Última actualización: Jun 19, 2020 ⏰

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