Ryan
- ¡Harriet! - Vi como de repente Oliver ya parecía estar bien y corrió hacia mi madre soltándose de mis brazos, se quedaron muy fríos después de que se alejara.
Ver a mi odiosa madre y a ese niño unidos en un abrazo tan cálido era muy raro e incómodo, parecían incluso madre e hijo. En un remoto caso podría decir que estaba celoso, pero en verdad me daba igual, o eso pensaba.
- ¿Cómo has estado pequeño? - Ella separó el abrazo y colocó una mano sobre su cabeza, me sentía fuera de lugar.
- Genial, no te he visto por mucho tiempo y aún así sigues igual de guapa - La halagó, esto se estaba poniendo demasiado raro.
- Volvise a recaer después de que me fuera - Oliver bajó de repente la mirada y asintió levemente, se veía tan triste que se me encojía el corazón.
- De hecho....ayer me ocurrió - Miró para un lado inquieto.
- Quizás deberíamos charlar un rato, ¿qué te parece? - Sus ojos se iluminaron y desapareció todo rastro de tristeza que quedaba en él.
- ¡Sí! - Asintió con fiereza.
- ¡Ejem! - Carraspeé mi garganta con fuerza para llamar su atención - Siento interrumpir su genial momento de mierda pero yo también estoy aquí - Dije exasperado.
- Siempre llamando la atención, que maleducado eres - Se quejó Harriet.
- Culpa tuya será - Dijo con el ceño fruncido y me fui a la cocina.
La escuché murmurar por lo bajo pero ni siquiera me esforcé por intentar escucharlo, no me importaba nada esa mujer, y cuando digo nada es NADA.
Me senté en la mesa del comedor de mala gana y me sujeté la cabeza con la mano, genial, ya estaba de mal humor. Escuché la silla de mi lado moverse pero ni siquiera giré para mirarlo, estaba demasiado molesto, más de lo que debería.
- Dianne, prepara el desayuno - Exigió mi madre mientre se sentaba.
Vi como ella entraba a la cocina con prisas y se ponía a cocinar, me levanté de golpe y fui hacia ella.
- Déjame ayudarte en algo - Le dije con una sonrisa y ella me la devolvió mientras me señalaba el pan para tostar.
- A mí nunca me ayudas - Dijo mi madre en voz alta delante de Oliver, esto era ya el colmo.
- Porque no te lo mereces - Sonreí con malicia.
- ¡¿Qué has dicho?! - Se levantó de la silla con rapidez y la silla chocó contra la pared.
- He dicho que no te mereces mi respeto - La tenía frente a mí a excasos centímetros de mi rostro y la miraba desafiante.
- No os peleéis, por favor - La vocecilla de Oliver me distrajo por un momento.
- Si tan solo fueras como él, lindo y educado, sería más feliz - Dijo con cansancio.
- Me importa tu felicidad como a ti te importa la mía, una mierda - Me abofeteó, como siempre hacía cuando le contestaba.
- ¡No me hables así! - Chilló con la voz aguda.
- Me das pena, te crees que eres perfecta y que tú eres una desgraciada por tener un hijo rebelde, pero, ¿sabes qué? Que el que llegó con una escayola fui yo y ni siquiera te preocupaste por mí, hipócrita - Solté antes de salir hecho una furia de la cocina cojeando.
- ¡Ryan! - Oliver puso su mano en mi brazo para detenerme pero le aparté con tanta brusquedad que lo tiré al suelo.
- ¡Déjame en paz, joder! - Abrí la puerta principal y la cerré dando un fuerte portazo.
Oliver
Fue horrible, no hay otra palabra para describirlo. Ver cómo se marcaba la vena de su cuello mientras gritaba me provocó pavor, era tan diferente a cuando estábamos solos, pasó de estar cariñoso y lindo a estar hecho una furia.
Me levanté del suelo y me sacudí el pijama con las manos. Harriet tenía la mano apoyada en el puente de la nariz y suspiraba con los ojos cerrados.
- Siento que hayas tenido que ver eso - Dijo con una sonrisa forzosa.
- No...no hay problema, iré a buscarlo - Dijo haciendo el amago de irme.
- ¡No! Está muy enfadado, es mejor que esperes a que se tranquilice, te puede lastimar - Dijo con cierta lástima en su voz.
- Prefiero que me lastime a que haga cualquier tontería, ¿no crees? - Fruncí el ceño y fui a cojer mi chaqueta para después salir por la misma puerta por donde él había salido.
Miré a mi alrededor pero no lo vi por más que di vueltas por la zona así que decidí ir a aquel parque donde lo encontré la última vez, pero, después de llegar corriendo hasta allí me di cuenta de que tampoco estaba allí.
Se me acababan las opciones y aún no sabía dónde estaba o dónde podría estar. Envalentonado entré a un bar muy conocido donde quizás sí que pudiera estar él o, al menos, algunos de sus amigos cercanos. Y fue en ese momento en el que me di cuenta de que no tenía guardado su número de teléfono, y si me lo hubiera llegado a dar lo había borrado.
Estuve buscando todo el día hasta que se hizo de noche, a veces me cansaba de buscar y me preguntaba el por qué lo hacía si él no era nada mío, entonces, al rato, me volvía a preocupar y salía de nuevo.
Entré en el bar "Anaconda", muy famoso por la cantidad de gente que iba siempre allí, aunque yo nunca había entrado porque me daba algo de miedo. Ese bar era para mayores de dieciocho años, pero yo aún tenía dieciseis y no me iba a dejar entrar; por lo que tuve que elaborar un plan.
Busqué la puerta trasera e intenté abrirla cuando la encontré, pero, lamentablemente, estaba cerrada con llave. Menos mal que, después de haber sido encerrado muchas veces, sabía abrir cerraduras: tras unos minutos lo conseguí.
Nada más entrar sentí una fuerte sensación de calor y un olor a alcohol y sudor fatigante. Las luces de colores y la múscia a toda voz me abrumaban, pero, tenía que encontrarle. A pesar de que debían de ser las diez de la noche ya había mucha gente bebiendo y bailando.
Miré por todos lados y me pareció ver a Axel sentado en uno de los sillones con una rubia pegada a la boca. Corrí hacia él y ni siquiera me importó interrumpirle.
- ¡¿Sabes dónde está Ryan?! - Le grité cuando llegué a su lado.
- Por ahí bebiendo - Dijo arrugando el ceño.
- ¿Está aquí? - Él suspiró y asintió, sonreí ampliamente - ¡Gracias!
Busqué un punto alto donde subirme para ver mejor y me subí a uno de los sillones que estaba desocupado. Y entonces le vi, bailando mareado en medio de la pista de baile con una rubia voluptuosa en la boca, en ese mismo momento le cojí manía a las rubias (sin ofender XD).
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Ryan (+18 - Gay)
RomanceEmpiezo bien el año, en la lista negra de Ryan Thompson, cómo bien se traduce su nombre "Rey" es el que manda por aquí, pero yo no voy a acatar sus órdenes, no deja de ser un tonto. Este año pinta divertido, nada más empezar tengo a un chico en mi l...