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El mayor luchaba con toda sus fuerzas por caminar. Su pierna derecha era obstruida por Changbin, quién rodeaba fuertemente la extremidad inferior del extranjero mientras su cuerpo era arrastrado a cada paso que daba.

Ya era de día. Bang se quedó a dormir en la casa del pelinegro por lo incómodo que se sentiría convivir con un chico que tendría que cuidar mientras el australiano se salía con la suya.

Pero ya era hora de marcharse, si el rubio se quedaba un minuto más allí, Seo no aprendería nada y deberá de darle otro hogar al pelirrojo.

- ¡Bin, por favor! - Observó al pequeño gnomo que se aferraba su pierna, harto por lo bajo que había caído debido a sus acciones.

- ¡No te vayas! - El pelinegro cruzó miradas con su mayor -. Dame otro favor, uno que pueda cumplir. ¡Limpiaré tu casa! ¡Lavaré tu ropa! ¡Te llamaré hyung! - Exclamó Seo a gritos - ¡Todo menos esto!

En un rápido movimiento, Bang logró zafarse del agarre de Changbin. Esto hizo que el rostro del pelinegro aterrizará bruscamente en el suelo.

Levantó su cabeza y posó una mano sobre su cara, soltando un quejido.

Chan no se tomó molestia alguna en voltear el estado del menor.

- Luego de esto, no te haré mas favores - Changbin se puso de pie, aún con su mano en la zona golpeada.

El apellidado Bang abrió la puerta de su automóvil, ingresó en este y encendió el motor. Se colocó gafas de sol oscuras con, con una sonrisa entre burlona y victoriosa - Eso sí no me pides un favor.

El vehículo se puso en marcha y Seo le lanzó una mirada irritada.

Detrás de el pelinegro apareció Felix caminando con desvíos debido a su recién despertar.

- ¿Que esta pasando? - Cuestionó Lee entre bostezos. El estrepitoso sonido que generó la discusión entre los mayores había alertado a Felix.

- Chan se fue.

Sin previo aviso, el pelirrojo comenzó a correr en la dirección en la que fue Chan, sin calzado y a unos segundos de despertar.

- ¡CHAN, NO TE VAYAS! - Articuló desesperado. Ninguno de ellos querían que se fuera.

La calle, además de poseer miles de piedras en todo el suelo, llevaba en si una temperatura muy elevada, lo que dificultó a Lee en su ida.

Seo se quedó inmóvil, perplejo, contemplando y entretanto procesando aquella escena.

De repente, divisó a Felix tumbándose en el piso y comenzó a correr rápidamente, preocupado por lo que acababa de ver.

Llegó cerca del chico que yacía recostado en el suelo y disminuyó su velocidad. Acortó distancia entre el muchacho y grande fue su sorpresa al observar que aquel chico sollozaba y su rostro estaba empapado de sudor.

- ¿F-Felix? - Aquella escena descolocó a Seo.

El australiano, luego de unos minutos de dejar caer lágrimas al suelo, dejó de moverse y selló lentamente sus ojos.

FEARFUL - ChangLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora