Cuarto Capítulo

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Armando al ver que Rubí no le era indiferente aprovechó una oportunidad y se vieron a escondidas dándole así su primer beso, en ese instante la adolescente confirmó a su corta edad que ese cosquilleo inexplicable era lo que sentía una persona adulta cuando se enamoraba. Al no haber dicho una sola palabra de reclamo por aquella acción nació un amor entre los dos, el cual fue floreciendo desde aquel entonces hicieron suyo el lugar en donde se conocieron aquella banca del parque de su querido pueblo.

Mientras aquel sentimiento aumentaba, con el pasar de tiempo Rubí empezó a sentir algo más profundo se enamoró perdidamente de Armando, quien observando la inocencia en sus ojos, y al ver que tenía en sus manos el corazón de Rubí, le pidió una última prueba de amor, así que la citó en el parque donde todo empezó un lunes a la 5 de la tarde, con la puesta de sol se la llevó a la habitación que él arrendaba, la chica con voz entre cortada, y con un nudo en la garganta le supo manifestar. 

- Armando dime ¿cuál es la prueba para demostrarte mi amor? - entre besos apasionados, caricias y abrazos Armando le dijo - ¡sé mía hoy y siempre! Y te juraré amor eterno – acción que llevó a Rubí a entregarse en cuerpo y alma.

Al día siguiente Rubí muy emocionada despertó con otro resplandor y continuaron esos encuentros en la misma habitación donde ella descubrió el amor por primera vez, Armando en aquel momento no sabía que iba a pasar con él e inmediatamente se preguntó ¿Será que en éste lugar hay futuro para mí?, Mientras tanto Rubí ingenuamente se hacía ilusiones y pensaba el hecho de creer que  su amado amor era para siempre y con quien iba a formar un hogar.

RUBIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora