Semana Fargetta "Especial"

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"Sentimientos Compartidos" AU - One shot. 


Era de esas tardes en las que Vegetta gozaba de la compañía de Fargan; las risas explotaban por toda la habitación, pero... había un ligero gran problema, era lo mismo en cada encuentro. 

No es como si Samuel se quejara, porque cualquier momento junto a David lo apreciaba como si fuera el último que fuera a tener con él, pero claro, no era aquella relación la que traía su preferencia. Demasiada amistad. Fargan era un excelente amigo, siempre lo consideraba en todo, y bromeaban cada vez que se veían, porque era lo que los amigos hacían, ¿no? No había otra explicación. No llegó a vivir con él ni nada como sucedió con Willy, pero aún así, era como si se sintiera todavía más cercano

¿Que si le gustaba? Por supuesto que lo hacía. Pero era complicado de explicar. 

Fargan era uno de sus amigos más cercanos, por supuesto, junto a Willy. Pero se sentía diferente todo el tiempo, era diferente. Samuel solía sonrojarse cuando estaba cerca; a pesar del poco tiempo que llevaban conociéndose, David era un gran amigo y se habían llevado bien en un tiempo muy corto. Después de tantos años, Willy era un gran amigo, pero su amistad era diferente. Porque no era normal que cada vez que cruzara miradas con él, su corazón palpitara tan rápidamente y se le subiera al pecho todo el calor hasta llegar a sus mejillas.

Llevaba jugando con él toda la tarde, sin Willy, algo extraño, porque ésta vez ambos estuvieron de acuerdo en convivir los dos; además, seguramente Willy tendría mejores cosas que hacer, con su novia por supuesto. Le sentaba mal que Guillermo tuviera novia, pero debía aceptarlo, porque su amigo de ojos achinados se veía demasiado feliz al lado de la chica. No es como si Vegetta no tuviera tantos amigos, pero los más cercanos a él o los que lo conocían mejor no estaban disponibles, por supuesto, a excepción de Fargan, que esos días pasaba más tiempo junto a él. Samuel lo agradecía demasiado. Se reían mucho de todo, Samuel podía volver a creerse niño a su lado, aunque David fuera mayor que él, eran tan solo unos pocos años demás, y se complementaban con tanta facilidad.

Pero su relación pareció dar un paso atrás cuando Vegetta quiso confesarse. Nunca se vio a sí mismo dando el primer paso, aunque claro, David no parecía tener algo diferente con él, de hecho, Fargan trataba a todos de la misma forma que con él, no había un trato distinto. No quería perder la amistad de Fargan tampoco, pero es que su cabeza daba vueltas al mirarlo, y pues... era difícil mirar a uno de tus mejores amigos a los ojos y saber que solo llegarán a ser eso, amigos. Sabía que David era heterosexual, él lo había dicho varias veces, Samuel también se sentía atraído a las mujeres, pero hacía algún tiempo solo tenía ojos para David y sus estúpidos chistes y sus sonrisas amistosas... amistosas. Nada más que eso, amistad.

Samuel estaba casi seguro de que no sería correspondido, porque las miradas de Fargan eran siempre las mismas.

—¿Estás bien? Siempre hablas mucho y ahora... —David se detuvo del juego y dejó la oración en el aire para hacerla más obvia. Vegetta se giró para mirarlo, luego desvió su vista a los platos tirados en el suelo y a los vasos de bebida sobre su elegante mesita de color blanco. —Estoy bien, solo tengo sueño. Anoche no dormí bien. —Se justificó, sonriéndole. Su sonrisa no era más que encantadora, solo dirigida a David, pero claro, no podía ser viceversa. Se levantó del suelo y tomó los platos y los vasos, equilibrando para que no se le cayesen. Fargan se levantó de inmediato y tomó los vasos por su cuenta, en el proceso, rozó sus manos y un intenso escalofrío recorrió la espalda de Samuel, tan eléctrico que lo dejó inmóvil por unos momentos. David pareció notarlo, pero se mantuvo callado, lo que sea que le estuviera ocurriendo a su amigo, él se lo diría.

Vegetta estaba extraño, definitivamente. —Oye... ¿grabamos mañana? Hay un juego de terror que encontré y que al parecer varios están hablando de él; dudo que Willy quiera, me gustaría probarlo contigo primero. —Samuel asintió sin mirarlo, no podía negarse, aunque la sola mención de Willy hizo que su pecho se encogiera de una forma extraña. David también conocía a Willy, lo mismo que a él. Intentó subirle el ánimo, pero Samuel ni lo miró, solo lavó con cuidado los platos, de aquella forma delicada con la que siempre hace las cosas. David lo admiraba en ese aspecto, su capacidad de control era demasiado buena. —¿Fargan? —La voz de Samuel lo sacó de sus pensamientos, tan suave en aquel momento, que además de que Samuel tuviera la voz aguda, ahora su tono era demasiado delicado, como si estuviera a punto de quebrarse en cualquier momento.

¿¿...El Adiós...??  (Fargetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora