El Destino.

47 7 0
                                    

"Estamos destinados a no ser"

Victoria

Seguimos caminando con nuestras manos entrelazadas, como si fuéramos una pareja. Pero la realidad es que somos dos desconocidos que quieren conocerce. Yo, al menos quiero conocerlo, el  es de mente abierta, me parece que no existe ningún tema que yo, llegase a mencionar y que el  no me respondiera con su arrogante  punto de vista.

No recuerdo muy bien el camino, solo noto que pasamos miles y miles más de arboles, pero todos son idénticos. Cuando llegamos a la casa de mi tía.

-Espera aquí, no tardo- le digo mientras aparto mi   mano de la suya

-Yo esperaré- me responde  con una voz leve.

Sonrío al instante de escuchar aquellas palabras.

Y el me  devuelve la sonrisa.

-¿Tía? ¿Dónde estás?

-Estoy aquí, cariño. Acercate a la cocina

Y eso hago, me acercó como si fuera mi casa. Aunque se que no es así y una tristeza me invade.

-Tía, necesito que me leas el tarot.

-¿Qué? Pero tu no crees en eso.

-Es importante.

-Esta bien...

Y saca una baraja de cartas del tarot que están sujetas con un listón amarillo.

-Veamos, escoje tres cartas.

Y escojo tres, sin saber cual es el dibujo que tienen, y mucho menos sabiendo que es lo que significan.

-Hija, veo un accidente, un amor y un fracaso. Algo te pasará y esto provocara esto... No tengo idea en que orden se presentaran pero ten por seguro que se van a presentar. Ahora, dime, ¿quién es el muchacho de afuera?

Me tenso por debajo de mis blusa. Siento un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo de pies a cabeza

-Es...un amigo-respondo por fin

Me siento mal mintiéndome y mintiendole a mi tía. El no es mi amigo, el es un desconocido. Todos los sabemos.

-Quiero verlo

-¿Qué? - pregunto muy confundida.

-Quiero leer su futuro. Haslo pasar y tu quedate afuera.

Salgo de la casa, con enojo. Me corrió indirectamente

-Mi tía quiere verte

-¿A mi?

-No, le hablo al árbol.

-Pero el árbol...

-Entra a la casa

-Esta bien- dice y baja la cabeza

Entra a la casa. Me siento en el suelo, esperando a que el salga y regresemos a mi casa, donde deberíamos esta ahora. No aquí, no yo esperando a que un hombre saliera.

Los nervios me recorren el cuerpo, siento la piel de gallina. Quiero entrar, y sacarlo de la casa de mi tía.

Miro el reloj ya han pasado dos horas, ¿cuanto mas se tardarán? Me preguntó para mi misma, quiero irme ya, esta oscureciendo y no me gusta el bosque de noche. Pero sino hay más remedio que esperar esperaré.

-Hola-dice

-Hola

No había notado que estaba ahí.

Quiero SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora