Paula, el contra punto a la soledad

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Desolado y con muchas penas, la lluvia compañando al llanto, el viento dando un abrazo sin llegar a reconfortar, rondo por cuadras y plazas, me siento agotado en una banqueta semi desecha, se cae una hoja algo mojada conteniendo un relato con un enigma a resolver.
- Mira una estrella, no la mas brillante ni la primera solo ve aquella que apesar de la lluvia aparesca.

La mirada aun perdia llego a una plaza desde la cual se mira parte de la ciudad, alerta en cada momento por el vacio que existe en el lugar. la lluvia se vuelve intensa y veo algunos lugares donde estuvimos y cual coro de lamento una calamina de alguna casa aledaña la sentido a estas lagrima que tocan al piso abrigadas por la lluvia.

Levanto la mirada, un poco de paz ingresa a mi alma, la lluvia se lleva esos malos momentos, paseo con la mirada la ciudad, busco algo entre esas nubes y algunos rayos que cuales linternas celestiales muestran su resplandor, pequeña coincidencia de esté día, una nube muy pequeña tapaba esa estrella que toda persistente queria mostrarse, comence a caminar con todo temor a perder donde esteba, llevo unas 2 horas entre bajadas y subidas aun sin saber el rumbo llego a un callejón, y una puerta abierta.

Con toda cautela y saltando algunos charcos que aun daban brincos por las gotas de lluvia que caian de algun techo cercano, un aroma a incienso y mirra, no tan intenso solo necesario para llamar a un perdido en noche de lluvia,  asomo la cabeza x esa puerta enmohecida unas urnas en un costado muchas personas sentadas silencio total, no se inmutan al verme, mi instinto me llama a ir donde las urnas las veo con detalles y dentro 6 ñatitas (tokitos o calaquitas), con dulces y cigarros algunas con vasos de bebidas espirituosas.

Su voz sueve, medio reilona de cabello castaño, bajita y muy flaquita me invita a sentarme primero. - Aqui estaras bien, las penas se quedan con ellas, pero no pidas imposibles que no cumplen. - la mira con toda bronca, quien es ella para concer mis problemas, aquellas cosas que aquejan mi vida. - Soy Paula, hace tiempo que vengo a pedir que llegue mi pareja pero ellas no quieren aún -, la vuelvo a mirar y una mueca de incormormidad y silencio se dibuja en mi rostro.

La viejita que atendia el lugar salio, nos mira con mucha atención toma un Kéru y echa unos polvitos que saco de unos de sus bolsillos y comienza a realizar unas oraciones que parecian mumullos, tal vez solo era un dialogo con esas almitas,  nos mira y nos llama con su mano que se ve que los años pasaron con mucho trabajo, nos mira y nos ata unas lanitas rojas que los sopla y nos dice vayan ahora a caminar que su corazón les guiara donde deban estar.








Kamé el amor con fragancia a rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora