Yoohyeon, la líder del grupo de la mafia más mortal en todo el país, no deja que nada ni nadie se salga con la suya en lo que se refiere a negocios. Con los miembros de su equipo y sus amigos, se prepara para construir el imperio más grande que nadi...
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Yoohyeon comenzó a caminar hacia la cafetería más cercana mientras todavía estaba trabajando en su teléfono, centrándose en poder realizar el envío. Levantó la vista y vio caer la nieve, respiró hondo mientras sonreía un poco. Siempre había disfrutado el invierno. Por alguna razón, le traía felicidad cuando llegaba la estación. Guardó su teléfono y continuó caminando hacia la cafetería, entró en la tienda y caminó hacia la caja registradora.
"Hola, ¿qué puedo hacer por ti?" La persona detrás del mostrador preguntó.
"Hola, quiero un café helado y—" Yoohyeon dejó de hablar cuando vio a la persona que estaba atendiéndola. Tenía que ser más bajita que ella, pero sintió que se quedaba sin palabras con solo mirarla. La chica tenía el pelo rubio y sin embargo, se veía tan sombría y seria mientras trabajaba.
"¿Algo más?" Le preguntó y la sacó de sus pensamientos
"S—sí, quería una rebanada de pastel de chocolate, eso sería todo," dijo Yoohyeon mientras le daba el efectivo exacto y luego tomó asiento. Seguía mirando a la trabajadora, algo sobre ella le resultaba muy interesante. La chica le devolvió la mirada y sonrió mientras volvía a trabajar. Se puso nerviosa y rápidamente sacó su teléfono y comenzó a trabajar otra vez.
Su orden llegó y Yoohyeon comenzó a comer el pastel como si no hubiera un mañana. No solo porque era bueno, sino también por el hecho de que cada vez que se llevaba un bocado a la boca miraba a la chica que le devolvía la mirada y le sonreía.
Tomó su bebida para irse y rápidamente salió de la cafetería, pero oyó que la puerta se abría detrás de ella. Rápidamente miró hacia atrás y se sorprendió al ver que era la chica que estaba trabajando en la cafetería. No hay forma de que salga ahora, justo después de que me fui, pensó mientras mantenía su ritmo como antes. Se rió entre dientes mientras seguía caminando y decidió girar en una dirección diferente para ver si la seguía, y le sorprendió que lo hiciera. Aceleró un poco y se escondió detrás de otro callejón. Se quedó callada mientras sacaba su cuchillo por si era alguien de alguna pandilla opuesta, o peor, una oficial de policía. La chica siguió caminando y no la notó.
Se rió entre dientes al saber que esta chica ya estaba jodida. Caminó en silencio detrás de ella, rápidamente la agarró por la parte trasera de su chaqueta y la inmovilizó contra la pared, cubriéndole la boca. Miró a su alrededor para asegurarse de que nadie estuviera caminando cerca de ellas. Apuntó con su cuchillo a la garganta de la chica y dijo: "Camina hacia ese callejón y podremos hablar, si gritas, mueres, ¿entiendes?" Los ojos de la chica se suavizaron y asintió con la cabeza. Yoohyeon la hizo caminar hacia el callejón mientras cerraba su cuchillo "Ahora dime, ¿por qué mierda me estás siguiendo?"
"Espera, ¿qué? No te estaba siguiendo, este es el camino a mi casa," dijo la chica, confundida. "¿Por qué crees que te estaba siguiendo?"
Yoohyeon se sintió estúpida después de escucharla. Se frotó la nuca. "Realmente ha sido un día largo. Lo siento, pensé que eras alguien que estaba intentando hacerme daño."
