Prólogo

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Lunes, 13 de febrero de 2008.

Qué mejor manera de iniciar la semana que con un rito fúnebre.

Todos quienes conocían a la hermosa Alice se encontraban allí, pensando en cómo fue su vida, y en lo jóven que era cuando decidió terminar con ella. Su madre se ubicaba al fondo de la sala de la funeraria, con la mirada perdida en el anillo que sostenía entre sus manos, pensando en lo que pudo haber hecho para ayudar a calmar el dolor que su pequeña sentía y del que ella nunca fue consciente. Su padre aún no era capaz de bajar del carro para ver por última vez a su princesita; ni siquiera era capaz de imaginar cómo serían los próximos días sin ella, las próximas semanas sin sentir su voz, los próximos meses sin verla y escucharla contarle historias que siempre les hacían reír, o los próximos años sin observarla cumplir todas las metas de las que a diario hablaba, no podía imaginar su vida sin la niña de los lentes gigantes y los ojos brillantes. Una lágrima rodó por su mejilla, y le siguieron unas mil más, con quejidos callados y sollozos llenos de dolor. No podía llegar en ese estado, tenía aún que sostener a su esposa, y hacerle creer durante un poco de tiempo que no todo sería tan mal sin su única hija, aunque ni siquiera él pudiese tragarse sus palabras.

Miró por el espejo retrovisor y su llanto aumentó cuando vió a todas sus amigas llegar en grupo, tal vez unas 12 chicas con los rostros hinchados de tanto llorar, y recordó a su bebé cuando lloraba al terminar un libro o al ver una película, y se culpó por no haber podido estar ahí cuando ella lo necesitaba, en los últimos meses de su vida. Se culpó por intentar compensar sus complejos con halagos y no con ayudas, y por no escuchar cuando ella lloraba en las noches pidiendo al cielo un abrazo. Había tanto sufrimiento dentro de ella, tanto dolor, pero nada de rencor, su corazón seguía intacto, y antes de dormir pedía a Dios que bendijera a quienes le habían causado eso, y que tuviera misericordia de sus vidas, pero olvidó esa palabra cuando se sintió sucia y vulnerable al quitar su ropa, y entonces ideó un plan. Todos la extrañaban, pero ella sólo lloraba por no poder abrazar a su madre y decirle que la amaba. Lloraba por no poder recibir un beso en la frente de parte de su padre, y por no poder susurrarle que lo perdonaba, pero que nunca lo culpó. Estaba lejos de ellos, a 17,374 kilómetros de distancia, preparándose para entrar a un consultorio a iniciar su tratamiento psicológico, de la mano de la única persona que la aceptó sin contemplar su pasado. Pidió disculpas una vez más por lo que acababa de hacer y por lo que estaba a punto de realizar, miró al Cielo con lágrimas en los ojos, y rezó para que todo saliera bien, y para que sus padres pudiesen entender sus razones, aún cuando pareciésen extremas y demasiado complicadas.

Tomó un respiro y obligó a sus lágrimas a parar de derramarse por sus mejillas, cerró los ojos y al abrirlo se convenció a sí misma una vez más de que lo que haría era lo más correcta para poder estar bien consigo misma. No había odio en su alma, pero sí anhelaba hacer pagar a todos quienes la habían utilizado. Su idea de venganza demoraría muchísimo, unos cuantos años, pero en cuanto pudiera regresar todo tomaría su curso, y ella estaría satisfecha de desechar la basura. No tenían ni idea lo que venía sobre sus vidas, pero ella tampoco conocía la tormenta que se avecinaba para su corazón ni lo que escondía el hombre que estaba a su lado.

Alguna vez escuché a alguien que dijo que no existen los finales felices, y la historia de Alice no hace más que confirmar esas palabras.

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Y aquí inicia una nueva historia, más enredada de lo que pensé que sería cuando me planteé la idea, sólo espero que les encante, como a mí me ha encantado escribirla.

Quienes han estado en mi perfil anteriormente, viajando en mi fantasía, sabe que no soy de terminar las novelas, sin embargo esta es una novela muy especial para mí, porque representa de cierta forma lo que me gustaría ser. NO está inspirado por completo en mí la protagonista, pero como dicen por ahí todos los personajes tienen algo de su autor, pues esta es mi chica. Sólo les pido que me tengan paciencia y que me animen con voticos y sus comentarios. NO SOY UNA EXPERTA, mucho menos una profesional, pero amo expresarme por este medio, con ideas locas y otras más reales, con palabras profundas y lamentos nocturnos; me gustan las correcciones hechas desde el RESPETO y la TOLERANCIA. Sin más que decir, de verdad espero que disfruten esta aventura junto a Alice.

-Saritx°

HECHA A LA MEDIDA [ACTUALIZACIONES LENTAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora