Jueves, 21 de marzo del 2019.
– ¡Al, tienes una llamada de Dimitri! – Gritó Katrina, mi secretaria, desde la parte externa del despacho de mi casa, donde nos encontrábamos por la remodelación de mi bufete, que me estaba dando más dolores de cabeza que otra cosa. Tomé el teléfono y respondí al saludo del ruso que era uno de los motivos de mis jaquecas y dolores de cuello.
– Dime para qué soy buena ahora – Dije mientras sostenía el aparato entre mi oreja izquierda y mi clavícula del mismo lado, acomodando las deposiciones de mis empleados para las declaraciones de rentas anuales, trabajo que haría mi contador sino lo hubiese despedido hace tan sólo dos días.
– Venga, preciosa, no puedes hablarme así cuando vengo en son de paz – Declara el susodicho creyendo que su estúpida inocencia me hará retroceder ante mi decisión de no ceder un peso más de mi fortuna para sus despilfarros.
– Ya, dinero no tengo para darte, y tampoco tiempo, si te soy sincera –
– ¡No te estoy llamando para pedirte dinero! – Me levanto del asiento y presiono el altavoz para sentirme menos enredada, mientras sigo escuchando sus quejas a través de la bocina.
– Oh, ¿de verdad? ¿Y a qué santo le pongo la vela por ese milagro? –
– A ninguno, porque de hecho te he llamado para hacerte un favor... –
– A ver, cuéntame qué favor crees que puedes hacerme ahora mismo, porque sino es un contador nuevo o las autorizaciones que necesito para demoler el Monte Real, no creo que pueda seguir teniendo tiempo para escucharte
– Nah, no es nada de eso, qué más quisiera yo que solucionar todos tus problemas, mi reina... – Interrumpí su zalamería porque de verdad me quedaba sin tiempo para seguir con mi trabajo, y no me pagaban 500 dólares la hora la cantidad de clientes que tenía como para quedarme echando chismes con Dimitri, que es un desocupado.
– ¡Venga, chico, que mi tiempo vale muchísimo dinero! Deja de dar vueltas ya y cuéntame qué tienes para mí –
– Ya, ya, tampoco te vayas a enojar si te voy a hacer un regalo – Rodé los ojos y rogué a Dios porque no me lo pusiera al frente, porque podía matarlo.
– Tengo información sobre los Ávila y sus últimos movimientos – Se me erizaron hasta los pelos del culo cuando escuché ese apellido y tuve que sentarme para no apresurar los hechos –...y no creerás cómo las conseguí, al final resulta que mi promiscuidad, de la que tanto te quejas, por cierto, algún día iba a traer algo bueno. La chica con la que estuve hace unas dos o tres noches me pidió que la dejara en su apartamento luego de unas laaaargas horas de sexo de primera calidad, porque ya sabes que en la cama no hay nadie que me iguale, porque soy lo mejor de lo mejor que tiene este sucio planeta de mier... – Tuve que interrumpirlo una vez más, porque se iba por las ramas como siempre.
– ¡No te desvíes, joder!
– Ya, lo siento, sabes que no puedo evitarlo. Retomando el tema, es que cuando iba saliendo de su edificio, alguien me tocó la puerta del coche y me entregó un sobre amarillo que abrí enseguida, sin saber si contenía Escopolamina, Cloroformo, o qué sé yo. El punto aquí es que lo abrí y había un montón de fotos de Rodrigo y Alberto Ávila, en muchas se les ve rodeado de mujeres, en otras sólo están bajando de autos, montándose a aviones, entrando a sus empresas, pero a que no adivinas cuáles son mis favoritas... ¡No, no respondas! Hay unas que tienen una definición bastante deseosa de más, pero tienen un contenido celestial. De verdad a que no esperabas esto. Rodrigo Ávila está en una foto junto a su hermano en una mesa como de una bodega sentado junto a dos hombres más que, según las indicaciones que habían detrás del sobre, son dos micro narcos nacientes que están apoyando la campaña para ser concejal del mayorcito de las escorias. Y antes de que lo preguntes, sí se ve claramente que están recibiendo un dinero y también que aprietan las manos cerrando algún tipo de trato torcido.
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HECHA A LA MEDIDA [ACTUALIZACIONES LENTAS]
Literatura Kobieca11 años han pasado desde que Alice dejó su país y su familia. 11 años desde que empezó a planear su venganza contra quienes la destruyeron. Arrancaron sus sueños y mataron sus deseos de vivir, la vida dentro de ella, pero ahora está lista para regr...