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12. Amigas locas y vasos rotos.

Capítulo doce.

07.00 am. Día 8.

Hoy era mi primer maldito día de clases luego del las vacaciones de invierno.
Ayer me la pase metida en la cama, y aún así, no me sentía preparada para volver al colegio.
Faltaba sólo media hora para entrar y todavía me encontraba en pijama, revolviendo los cereales en la leche, con la mejilla descansando en la palma de mi mano.

-No es que quiera interrumpir tu desayuno, pero deberías ir a cambiarte, ¿No crees? -dice el molesto de Jungkook.

Bostecé y deseé poder seguir de vacaciones.

-Verás a tus amigas, ¿Recuerdas?

-Es cierto -respondí, como si de pronto todo tomara sentido.

Me levanté de la mesa y corrí hacia mi habitación para colocarme el uniforme.
Con todo lo sucedido, sumándole mis ganas de dormir, había olvidado que volvería a ver a mis amigas esta mañana. Me hubiese gustado verlas ayer, pero llegaron muy tarde de su viaje y debían descansar para el largo día de hoy.

Me peiné el cabello y lo planché un poco, estirando las ondas. Solo por ser el primer día.
Busqué una bandita color piel y me la pegué en el cuello, tapando el chupón.
Termino de echarme perfume y tomo la mochila, que estaba lista encima de mi cama.

-¡Vamos, no quiero llegar tarde el primer día! -le grité al invasor/chofer mientras bajaba las escaleras.

-Aquí estoy -puso los ojos en blanco.

Le indiqué como llegar al instituto, y me dejó en la puerta de entrada.
Cuando entré, comencé a buscar a mis amigas desesperadamente. Estaba lleno de alumnos por todas partes, lo que dificultaba mi visión.

Saludé a algunos conocidos y compañeros en el camino, les pregunté por compromiso como les había ido en las vacaciones y todo eso.

-¡Aquí estás! -grita Ally y las abrazo fuerte.

-¡Ay, las extrañé!

-¡Y nosotras a ti!

Jason pasó por al lado nuestro y nos saludó amigablemente a las tres. Con un beso en la mejilla.

-¿Que acaba de pasar? -preguntó Louise, confundida.

-Terminamos.

-¡¿Qué?! -gritaron al mismo tiempo.

-Tenemos mucho de que hablar.

-¿Por qué no nos contaste?

-Prefería decírselos en persona. -respondí, comenzando a caminar hacia el salón.

-Iremos a tu casa después de clases. -Ally me apuntó con el dedo. Sonreí.

Las clases transcurrieron con total aburrimiento. Los profesores parecían no comprender que veníamos de unas semanas de hacer prácticamente nada, planeaban que entreguemos los trabajos o actividades que nos dictaban y que prestásemos atención. Cosa imposible para el 99,9% de mis compañeros. Algunos hablaban entre ellos sobre las vacaciones, otros solo escuchaban música o estaban con el celular, y algunos fingían oír al profesor, asintiendo a todo lo que el decía. El resto simplemente dormía sobre la mesa.

Cuando el último timbre sonó, salimos de la escuela y caminamos hasta mi casa. Dejamos las mochilas sobre el sofá.

-Aún no puedo creer que tus padres te dejaron sola con un chico que ni conocías -río Louise.

Y sigo sin conocer, pensé.

-Suelta ya todo lo que tienes para contarnos. -dijo Ally sin rodeos.