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Losing myself, but then I hear you calling.

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Los días pasaban, Lux y Pratto seguían sin hablarse algo que ya era costumbre para el delantero siendo sinceros, no encontraba razón de porqué el mayor de un momento a otro comenzó a ignorarlo, ¿en qué se había equivocado?, ¿algo que dijo lo había molestado? no pensaba en otra cosa más que en el arquero, lo extrañaba, extrañaba hablar cosas absurdas pero divertidas, extrañaba al Germán que sonreía con él y el tiempo que pasaban juntos, ahora solo le quedan recuerdos que atesora con nostalgia.

Pratto no entendía de dónde le nacía esa necesidad de querer protegerlo, ayudarlo si así lo necesitará. Fuera cualquier motivo, no le gustaba ver mal a Lux, verlo desganado y siempre a la defensiva. Su insistencia por verlo despojado de toda tristeza fue tomando otro rumbo ya que no solo quería ayudarlo sino también sentía deseos de besarlo, de querer abrazarlo tocarlo sin ningún motivo, hacerle entender a Lux que lo quiere más que un amigo u simple compañero de equipo.

Su intensión siempre fue ayudarlo cuando se distanció tan abrupto pero su sentimientos reclamaban otra cosa al pasar el tiempo.

Le gustaba Germán Lux.

Sin embargo, el problema era que él no conocía la verdadera situación que vivía el mayor, como su mente lo torturaba con pensamientos incoherentes que lograban mantener su sufrimiento intacto, días caóticos para el sensible corazón del arquero que se la pasaba llorando, con insomnio, intentando controlar su propia mente con pastillas casi inútiles ya que dejaron de hacerle afecto. No quiso dejar de tomarlas y prefirió tomar más de las que ya consumía, a ver si así dejaba de sentir ese dolor que lo atormentaba.

Era el último entrenamiento de la semana y Pratto se había quedado un poco más de lo debido para practicar y mejorar, no quedaba casi nadie e imaginaba que tendría el vestuario solo para él. No fue así. Al llegar dentro del lugar encontró a Lux en el suelo al lado de sus cosas y entre ellas un tarro de pastillas vacío.

Quedó estupefacto ante la sorpresiva imágen.
Puso en alerta todos sus sentidos y no pudo evitar pensar lo peor, desesperado se acercó y se arrodilló junto a él para levantarlo y acomodarlo en sus piernas, Lux no reaccionaba, su experiencia le decía que debía hacer entonces metió dos dedos dentro de su boca hasta tocar la campanilla y logro que vomité todas las pastillas que retenía en su estómago. Pratto se alivió al ver el buen resultado y de ver como Lux volvió a tener conciencia. El mayor murmuraba cosas poco audibles para Pratto pero si pudo notar que estaba llorando, lo apaño en su pecho para tranquilizarlo.

—No aguanto más —susurró entre lágrimas Lux. Aferrándose al pecho del menor ocultaba su rostro.

—Hey Poroto, tranquilo.

Pratto lo contuvo en sus brazos por un largo rato más, hablándole para calmarlo, acariciaba su cabello para mantenerlo relajado.

Estuvieron así hasta que un utilero del club se acercó a ellos, con discreción, ayudó a Pratto mientras él se llevaba a Lux lejos del lugar.
Lux estaba muy avergonzado, quería desaparecer, odiaba mostrarse débil y ahora más que nunca. No pudo evitar que Pratto conociera esa parte suya, la que más odiaba y es lo que más lamenta, no sabe que le pasó por la cabeza en ese momento.

Cuando llegaron a la casa de Lux, Pratto notó lo desordenada que estaba la casa igual que lo estaba el arquero, no iba a indagar sobre lo que ocurrió y aunque le preocupaba solo va acompañarlo en este momento y dejar que el mayor hablé si así lo quiere él. Ojalá hubiera estado en aquel instante y evitar lo que pasó pero sabe que Lux siempre le impidió estar cerca suyo, era una clara señal de que no lo quería metido en sus problemas.

Ahora ambos estaban acostados en la cama de Lux, Lux le pidió que se quedará así que lo hizo, tampoco quería dejarlo sólo pensaba en que quizás podría volver a ocurrir lo mismo que hace rato y no quiere eso. Lux sentía seguridad junto a Pratto, esa sensación era casi extraña ya que nunca antes la había sentido tan fuerte como ahora, aunque le avergonzaba admitirlo no quiere estar lejos de él.

Los dos estaban recostados frente a frente, Pratto observaba al mayor con determinación recorriendo con su mirada cada parte de su rostro, Lux solo miraba para cualquier lugar que no sea a los ojos del menor. Pratto, con valentía, decide sujetarle la mano entrelazando sus dedos. Lux solo observaba con atención como sus manos estaban unidas, le parecía fascinante como encajaban perfectamente y todo lo que generaba, la sensación era tan placentera y tan intangible a la vez para él.

Pratto, con su mano libre, acariciaba levemente el rostro del arquero logrando que cerrará sus ojos al sentir el toque, lentamente se va acercando al rostro de Lux, con su mirada fija en sus labios corta la pequeña distancia entre los dos y con cuidado une sus frentes cerrando también él sus ojos.

—Tranquilo Germán, yo voy estar para vos y no vas a estar nunca más sólo.

Esas palabras hicieron eco en Lux, conmocionado se echó a llorar siendo abrazado por Pratto. Tenían muchas cosas de que hablar y la noche sería el único testigo de ellos.

there you are ; Lux x Pratto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora