Prologo

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Cristian cerro la pagina donde leyó la leyenda del Sol y la Luna y rió, era la primera vez que un cuento tonto de amor le gustaba. No entendía muy bien porque, pero estaba seguro que la iba a recordar con cada mínimo detalle.

Salió de su habitación pateando el bolso en el suelo para correrlo de la puerta y camino a la sala de estar. Hacia unas pocas horas que había llegado a su ciudad natal y la impaciencia le estaba ganando - ¿papá? – lo encontró solo sentado en el sillón. – necesito que me acompañes a buscar algo. 

El Sol y la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora