CAPÍTULO 1

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Los quirks. Mejoras genéticas que durante su aparición se consideraron antinaturales, ahora son parte de la sociedad actual. Más del 90% de la población del mundo tiene una peculiaridad, a veces única, otras gracias a su genética. pero no había 2 particulares iguales, tal vez similares. Pero no iguales.

Haru Watanabe se encontraba maldiciendo en el suelo de su casa, había pasado todo tan rápido, solo le había dado tiempo de llamar a una conocida para ayudarle en el parto, la cual por falta de tiempo ya se había marchado.

Estaba preocupada, no... Estaba aterrada, a la edad de 23 años había dado a luz a 2 pequeñas gemelas, una de pelo azabache y la otra de pelo platino,las recién nacidas no soltaban la mano de su par.

En que me he metido, pensaba...

¿Que iba a hacer con sus peculiaridades?

Algunas familias se ponían nerviosas con las peculiaridades de su hijo o hija, incluso ella sería capaz de adaptarse a la peculiaridad de un hijo, ¿pero 2?

Todo gracias a su trabajo.

Mientras sostenía ambos bultos en sus brazos no pudo evitar sonreír y mirarlas con dulzura, ella era su madre y ya no importaba lo que quería o su anterior ocupación. Ella iba a cuidarlas lo mejor que pudiera.

Si tan solo la vida fuera asi de fácil.

Tiempo después

En una de las casas de los barrios bajos se puede observar una de las tantas escenas deprimentes del mundo.

Dos niñas de ya un poco más de 3 años de edad se esconden en su habitación mientras sus padres gritaban desde el otro cuarto. La niña de ojos rojos y cabello negro se aferraba a su hermana con ojos llorosos mientras la de pelo plateado la acariciaba lentamente, de vez en cuando le tenia que tapar los oídos, para evitar que oiga por completo la situación aunque ella misma o estaba al completo segura de lo que significaban esas palabras. Era lo menos que podía hacer, de hecho, era lo unico que podia hacer.

-- Tetsu-chan... -- gimoteaba -- e-están peleando de nuevo -- la chica de cabello negro sollozo abiertamente mientras la chica de cabello plateado limpiaba sus lágrimas.

-- Ei-chan ¡Todo estará bien! ¡Tu hermana mayor siempre estará aquí para ti! -- dijo la autoproclamada hermana mayor mientras seguía limpiando sus lágrimas.

-- ¿Lo prometes..? -- cuestiono la chica aun con ojos llorosos. Su hermana le respondió con una sonrisa de tiburón.

-- ¡Pues claro! -- respondió mientras invitaba a su hermana a jugar con sus figurillas de héroes y villanos, deseando que alguno viniera a ayudarlas.

De un momento a otro la situación fuera del cuarto se tornó más violenta a medida que se escuchaba como unos platos rotos, la superficie del suelo y una mesa se quebraban dentro del pequeño apartamento.

Ellas eran demasiado jóvenes para entender porque sus padres peleaban a diario, o porque su padre las miraba con terror. En especial a Eiko.

A la edad de 4 años se manifestaron sus dones, esto a muchas familias les parece algo a celebrar. A nuestras mellizas no, esto solo les trajo más problemas. Las discusiones se tornaron más violentas; se escuchaban golpes hacia el suelo de piedra, quebrandolo y a su madre en llantos de dolor. Sus dones no fueron motivos de celebración como en otras familias, pensaban las niñas, en su familia solo sirvió para causar más agresividad y dolor.

Dos meses después sus vidas cambiaron para siempre.

Eran alrededor de las 3 de la mañana cuando sin previo aviso su madre despertó a Eiko y la sacó de la cama. Estaba cubierta de moretones y tenía un labio partido, también estaba llena de lágrimas y olía a tierra.

-- ¿M-mamá? ¿Qué sucede? -- preguntó con curiosidad al ver que su madre le estaba sonriendo.

-- Vamonos de viaje -- respondió su madre -- Solo tu y yo... ¿Qué te parece? -- ella no cuestiono a su madre, ni preguntó por el ojo negro e hinchado.

La pelinegra solo se encontraba emocionada cuando en silencio subieron sus maletas al carro y se pusieron en marcha, la pequeña no había notado el estado de la casa al irse, mejor dicho, su madre no la dejo ver el interior de la casa... fuera de su cuarto. Su inocencia no le dejaba comprender más allá de un simple viaje. Así que cuando le pregunto a su madre si la próxima vez podía ir Tetsutetsu, su madre contestó con un llanto pidiendo perdón, pero que ellas no iban a volver en un largo tiempo.

Asi es como Eiko perdió lo que más le importaba en su corta vida Su querida hermana.

__________

--Se ha ido...-- es lo que pensaba nuestra melliza de pelo plateado -- ...madre tampoco está, ¿estaran bien? -- sus pensamientos pasaba rápidamente entre las preguntas que se iban formando en su mente, amontonándose sin dejar que piense en una respuesta -- ¿Porqué se fueron sin despedirse?, ¿Van a volver? y la que más le partia el corazon... como mínimo se tendrían que haber despedido, ¿no..?

Eso ya no importaba

Ella intuía el motivo de cada una de las peleas, pues estaba segura que eran las culpables, no intencionalmente pero seguían siendo la causa. Ella, a diferencia de su hermana, había empezado a desarrollar rasgos físicos diferentes a lo que una persona consideraría normales. Aun cuando solo era la peculiaridad de tener unas pestañas extrañamente grandes y gruesas que cubrían los bordes de sus ojos (las cuales eran de un color rubio apagado), esto no le atribuía nada más aparte de un distintivo, del cual no sabía si sentirse orgullosa. La única que nunca pareció notarlo era su hermanita, no se fijaba en los detalles.

Al escuchar unos gritos fue consciente de su entorno. Su padre estaba gritando como nunca antes, ella ya llevaba más de dos horas escondida en el baño escuchando como su padre casi destrozaba la casa

Hasta que paro, y solo el ruido de la calle y la forzada pero cansada respiración de su padre se hacía presente por afuera del baño.

Pasaron varios minutos hasta que la puerta del baño se abrió lentamente, su padre asomó la cabeza para indicarle que saliera.

-- Este es el fin -- pensaba aterrada -- Seguro piensa matarme -- salvo que lo siguiente que dijo su padre la desconcertó.

-- ¿Sabes porque se fueron? -- ella quedó pasmada, el jamas habia usado un tono tan tranquilo al hablar con ella -- te pregunte si sabes porque se fueron... -- dijo con la misma emoción sacando del trance a la peli plateada, la cual lentamente negó con la cabeza, como si de escapar de un animal impredecible se tratara -- ...ya veo, será mejor así.

Lo siguiente que ella recuerda de ese momento es su cara mirando al suelo mientras se trataba de levantar, no podía, no era el dolor sino algo más parecido al miedo, porque ella sintió cómo se rompían los huesos, era extraño.

Principalmente porque no fueron los suyos.

Tambien sentia como la sangre resbalaba por su barbilla. Con miedo y algo de curiosidad miro hacia arriba para encontrar a su padre sosteniendo su propia mano a la cual éste hizo caso omiso, estaba destrozada y salpicaba mucho el suelo, seguro quedaría una horrible marca.

-- Que este sea un recordatorio para ambos -- dijo su padre -- Ahora estás por tu propia cuenta -- no vio a su padre irse, pues estaba en blanco, tampoco lo vio llegar en la próxima hora; dos horas; tres horas. Así pasó el tiempo cuando después de sobrevivir por 2 dias en la destruida casa alguien llamó a la puerta, no era su padre

Ese día unos oficiales se la llevaron de la ciudad, dijeron que ya le habían encontrado un nuevo hogar.

Así aprendió la próxima enseñanza de su padre, la única para ser más específicos, ahora ella estaba por su cuenta, habiendo perdido su razón de vida solo se subió al coche, por sí misma decidió no ceder más, a no depender y a ser de ella una heroína.

Era curioso. Ella siempre imploro por uno, nunca llegaron, le fallaron

Asi que en ese momento, abandonando el apellido de su padre, se bautizó como Tetsutetsu Tetsutetsu, porque había fallado con aquel nombre, pero ella ya no fallaría, por su madre y por la que era su razón de vida: su hermana

De todas formas ya no pensaba volver a esa casa. Aun si perdía la oportunidad de encontrarla de nuevo.

Eran demasiados recuerdos...

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