3-. Piscis

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Piscis es el duodécimo signo del zodiaco, el más antiguo y sabio de todos, representa varias cosas; entre ellos, el océano. Esa parte era la que yo encontraba bastante bella en las historias, mágica y en parte algo romántico, pues aquel signo además de trasmitirme paz, me lo imaginaba un poco cursi. Sin embargo, mi abuela de manera algo seria siempre me paraba en ese justo momento de imaginación y me advertía que debajo de aquella fachada relajada y algo dulce de Piscis, éste simbolizaba la separación, lo prohibido y los vicios.

La sabiduría conllevaba dolor, conocimiento, responsabilidad y locura, de por sí, saber más de lo debido provocaba que Piscis tuviera que cumplir con los caprichos del universo y guiar a los once signos más jóvenes que él, ocultando cosas, y a veces teniendo que provocarles dolor sin querer realmente hacerlo para mantener el curso de las cosas como debía ser.

Traidor del tiempo y sus enamorados, calculador y seguro de su continuidad gracias a su devoción y obediencia al universo.

 

Quién diría que te enamorarías de la persona menos adecuada para ti y que conseguirías su odio eterno por tus acciones egoístas.

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Luego de darme la bienvenida de manera un poco más formal, lo miré de manera despectiva sin responder, lo que provocó una sonrisa algo curiosa en el rostro del joven de cabellos largos y una mueca de reprobación en el de Acuario.

Ingresé a la gran casona y lo primero que vi, fue una gran escalera de mármol que subía en forma de caracol hacia el segundo piso, el cual te daba la posibilidad de ver en el centro del cielo, un gran candelabro colgante que tenía a los doce signos del zodiaco tallados en él, era majestuoso y con cada uno de ellos se formaban las sombras iluminadas en el cielo. Aquel lugar era precioso, era mágico y se mantenía impecable en cada rincón. Impresionada dejé  mis cosas en el suelo de la entrada y avancé sintiendo como si ya hubiera estado en aquel lugar, pasando mis manos por la tela de encaje de los grandes sofás en el centro de aquella sala que era más grande que mi casa.

Piscis se recostó en el sofá que estaba frente a mí y sin quitarme la vista de encima, me invitó a sentarme, mientras Acuario no se separaba de mí, por lo que asumí que no era bueno el quedarnos solos en algún momento a futuro. El joven de cabellos platinados miraba a su hermano mayor de manera algo recelosa y sentía como el ambiente se había tensado repentinamente. Tomé la mano del joven a mi lado de manera fuerte y con seguridad me senté imponente frente al joven de cabellos largos.

Repentinamente me sentí responsable de algo que no entendía y tenía la necesidad de proteger algo mío. Acuario algo sorprendido, correspondió a mi mano y se mantuvo en silencio mientras yo trataba de no hacerme pipi de los nervios que escondía.

Cuéntame cómo fue tú viaje señorita Luciana, Acuario a cuidado bien de ti? .- preguntó el mayor, a lo que yo asentí con mi cabeza sin dudas.

Piscis era como un dios nórdico con aquellos cabellos, era moreno como si hubiera tomado un largo tiempo bajo el sol en la playa y lo que más me impresionaba era su buen físico, era realmente guapo, a pesar de que parecía como si para lo único que se levantara fuera para comer.

Fue bien, pero quiero saber por qué me trajeron aquí específicamente, porque no entiendo nada. No soy lo que quieren, sólo soy una chica que intenta terminar el fastidioso colegio y así poder largarse para conseguir algo mejor.

El universo de Lu y los amores del tiempo.Where stories live. Discover now