1.- Lu

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Cuando era pequeña, mi abuela me contaba historias sobre el cielo, historias fantásticas y algo imposibles de creer. Una de ellas, relataba como el cielo estaba separado en 12 partes iguales, nombradas "signos  zodiacales", las cuales eran regidas por el sol, la luna  y los planetas. Los signos avanzaban respecto al tiempo, los meses del año y  a sus constelaciones.

Me contaba como los signos pertenecían a los elementos y como a pesar de los miles de años que tenían, estos se comportaban como adolescentes.
Un día el universo se enfadó, los signos no estaban tomando sus responsabilidades con seriedad y faltaban al respeto a sus elementos, tratando de competir y demostrar, cuál de ellos era el mejor.

Tauro, Virgo y Capricornio, pertenecían al elemento de la tierra, teniendo gran fuerza, los cuales eran seres muy inteligentes y  la vez desconfiados.

Géminis, Libra y Acuario, pertenecían al elemento del aire, siendo muy extrovertidos, algo juguetones, manipuladores y muy amigables.

Cáncer, Escorpio y Piscis, pertenecían al elemento del Agua, Muy sentimentales y llevados por sus emociones. Algo delicados, relataba ella.

Aries, Leo y Sagitario, le pertenecían al elemento del Fuego, y aquel, era el que más me gustaba; Eran personas tan apasionadas y llamativas, pero a la vez peligrosas y poderosas.

Mi abuela me contaba que eran unas bellezas indescriptibles, que cualquier persona se volvería un poco loca al verlos, Y es por eso que todo se arruinó.

Los signos pertenecen al cielo, no a la tierra... Tal como la Luna, el sol y planetas, O el orden de las cosas falla y todo se derrumba.

Sin embargo, el tiempo no. El tiempo hacía lo que quería, iba y venía desde el cielo a la tierra, avanzaba y retrocedía como gustaba, y enamorarse no era la excepción, causando disturbios y guerras entre algunos signos. Aquello al universo no le gustó, congeló al tiempo y él mismo se hizo cargo del transcurso de la naturaleza y la vida como la conocemos.

Mi abuela dice que el tiempo sigue durmiendo sin poder recordar a su amor, el universo lo custodia y espera el momento indicado para volver a despertarlo y llevarlo entre los signos para su continuidad normal.

Era ahí, cuando yo con 8 años, me tragaba todas esas fantasías y soñaba con que era verdad, jurando a mis amigos y padres que mi abuela conocía a todas esas mágicas personas y quedando como la loca; sin embargo, ahora  que tengo 17 años, miro al cielo y sólo me dan ganas de gritar unas cuantas groserías porque sí, gracias a esas mágicas historias, soy la ¨friki, inadaptada, cuenta mentiras de por vida en el colegio.

Y créanme, es de la mierda.

Como les contaba, tengo 17 años, mido 1.65 aproximadamente, peso unos 50 kilos, tengo el cabello algo descuidado y a mi parecer me visto bien, pero mi madre dice que parezco camionero de carretera. (Yo digo que es mi fakin estilo).

Ah!, y mi nombre es Luciana....Luciana la friki, Lu cuenta cuentos,  Lu,  Luciana  Zoon.  Nací en Grecia, en donde mi abuela me contaba esas historias, y a los 8 años mis padres por temas laborales, tuvieron que emigrar a Madrid. España. En donde sí, han sido los peores años de mi vida.

Hablo tres idiomas, griego, inglés y español, idiomas bastante útiles, con los cuales puedo maldecir a un par de gilipollas. Mi madre me recrimina porque supuestamente debería decir las cosas en español aunque sean insultos, ya que no saben lo que digo, pero eso a mí realmente no me importa y lo hago igual.

 

Estoy a punto de salir de la secundaria y de cumplir 18 años, y enserio. ENSERIO, quiero que pase. Mi abuela viene de visita y dijo que tiene un regalo para mí, viene con un visitante desde Grecia y la verdad es que tengo curiosidad, pero a la vez un poco de miedo. ¿Quién querría conocerme a mí sin querer fastidiarme?

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La noche anterior de mi cumpleaños, soñé con una hermosa chica de cabellos rojos, estaba furiosa, o tal vez triste, pues me miraba gritando y llorando sin parar. A su lado había un grupo de jóvenes que no pude distinguir bien, sin embargo intentaban contenerla, en especial un joven de cabellos blancos que me miraba con mucha tristeza. Aquel, fue  el único que pude ver.

Enserio desperté confundida, ¿Qué carajos había soñado?, y ¿Por qué?, ¿Quién era esa chica?

Al día siguiente, mamá como todos los años, me escogió la ropa, me arregló para el "día especial" sin mi consentimiento y se  tomó la libertad de invitar a todos los familiares que NO conozco, pues dice que los cumpleaños no deben estar vacíos, y es que ella olvida que no tengo amigos, así que invita  familiares que al menos estén obligados a asistir por compromiso.

Llevaba un vestido blanco no muy de mi estilo, pero lindo. El cabello suelto y un leve maquillaje  que me hacía parecer persona. Unas balerinas del mismo  tono y en mi muñeca izquierda un lazo rojo.

A mi mamá no le agradaba aquel lazo, más bien. Lo que había debajo... Pero ya no se podía correr el tiempo atrás no?

A las 9 en punto llegó mi abuela muy elegante, llevaba un traje de color burdeo, con tacones negros bajos, su cartera infaltable del mismo tono en un brazo y en la otra un regalo no muy grande. Mi abuela era una de las mujeres más bellas del mundo pensaba yo. Elegante, fuerte y hermosa. Tenía 76 años y con su melena blanca, aún podía enamorar a unos cuantos hombres.

Me abrazó con fuerza, mientras yo  trataba de no echarme  a llorar entre sus brazos, apoyé mi frente en su hombro y suspiré tratando de calmarme mientras ella acariciaba mi espalda.

Sas éfera énan episképti kai éna polý idiaítero dóro (Te traje un invitado y un regalo muy especial), Me dijo en Griego al oído, mientras yo algo extrañada levantaba la vista y me encontraba con un chico de cabellos platinados, con unos ojos color esmeralda que no apartaban la mirada asombrada y algo... feliz? de mi. Sorprendida, lo miré fijamente,  Parecía tener unos veintitantos años y era jodidamente hermoso, hasta como chica podría pasar desapercibido. Pero lo más sorprendente era que aquel chico era el que había aparecido en mis sueños la noche anterior y me miraba con mucha tristeza.

Luciana, él es Acuario y viene a por ti. –Mencionó mi abuela. Creía haber escuchado mal, así que sólo me reí y le quité importancia algo nerviosa, sin embargo, aquel joven de aspecto dulce, negó entrando a la casa y me tomó algo insistente de mi muñeca cubierta por el lazo.  Jadié algo adolorida y tirando hacía atrás para poder escapar, el lazo se deshizo, mostrando el gran corte que me había autoinflingido hace unas semanas atrás intentando suicidarme.

Acuario y mi abuela miraron mi muñeca aterrados y yo sin saber qué hacer, corrí avergonzada a mi cuarto intentando no llorar del coraje  y la vergüenza.

Había estado realmente mal últimamente y si no hubiera sido porque mi madre me descubrió en el suelo a punto de morir desangrada por el corte en mi muñeca, ahora no podría contarlo.

En el suelo de mi cuarto, intenté calmarme, pero no hubo mucho avance, ya que mi abuela con aquel intruso llamativo, invadían mi cuarto. Ambos miraron asombrados mi pequeño nidito, iluminado por estrellas y decorado con los signos del zodiaco, a lo que yo algo avergonzada, grité que se largaran, sin embargo Acuario, aquel joven hermoso, se arrodilló a mi lado y me abrazó besando mi frente.

He venido a por ti Luciana, esta vez cuidaré de ti con mi vida y juro que ya no llorarás, necesito que por favor vuelvas a casa conmigo.-Aquella cercanía me hizo sonrojar y acelerar, mirando de reojos a mi abuela que lo dejaba como si fuera de toda su confianza.

La verdad es que no entendía nada, por lo que me aparté y mirándolo hacia arriba murmuré.

¿Quién eres?, ¿Por qué debo ir contigo?

El universo de Lu y los amores del tiempo.Where stories live. Discover now