2.-Acuario

10 0 0
                                    

Acuario es el undécimo signo del zodiaco, el segundo más antiguo y el más hermoso.

Mi abuela me contaba que Acuario consiguió que Zeus se enamorara de él, pues su belleza era tan impresionante, que incluso el Dios de los truenos cayó a sus pies. Hermoso hombre de largos cabellos platinados y unos ojos color esmeralda parecidos al color del mar de Grecia, de un metro ochenta a simple vista, delgado  y con facciones femeninas.

Y ahora, 10 años después, lo tengo frente a mí, y es que al principio no sabía que era uno de los 12 signos que en el futuro conocería, simplemente era un hermoso extraño sentado frente a mí, mientras yo quería enterrarme bajo tierra. Mi abuela, la persona que más amaba en el mundo, había descubierto el más íntimo y triste de mis secretos, pues había rogado a mamá no contarle que había intentado suicidarme, y es que vamos, mi vida enserio estaba mal en ese momento.

Luciana, no te pediré explicaciones acerca de... ya sabes, tus heridas; tal vez después toquemos el tema en privado, pero por favor necesito que escuches a Acuario en este momento, él puede tal vez... sacarte de esta miseria de la cual no me has comentado y que de paso culparé a tú madre por esconderlo de mí. –Mencionó mi abuela con un tono que enserio me sorprendió, pues no era reprobatorio o algo por el estilo, más bien era un tono comprensivo mezclado con tristeza tal ves?, o simplemente decepción.

Acuario tomó mi muñeca dañada y la envolvió entre sus manos. Eran blancas, muy frías y con unos dedos largos y delicados. (Unas hermosas manos debo decir), mientras no quitaba su mirada de mis ojos, mantenía silencio y aguardaba como esperando a que dijera algo. Cuando sacó sus manos de mi muñeca, las cortadas no estaban y mi piel estaba impecable, por lo que parpadeando un poco atontada por el suceso fantástico que había presenciado, miré a mi abuela y al chico realmente plasmada. Obviamente reaccioné a quitar mi mano de entre las suyas y me alejé jurando a pies juntos que aquello no había pasado.

Me di vueltas por la recamará y volví a preguntar.

¿Quién eres?, ¿Qué quieres? -.El joven de cabellos blancos miró a mi abuela y tratando de ser cuidadoso en sus palabras, pensé yo, el chico soltó todo.

Mi nombre es Acuario.-Parte que repitió y enserio comenzaba a fastidiarme porque ya lo sabía.- Y soy el undécimo signo del zodiaco, el segundo más antiguo y he venido a por ti para que me ayudes a restablecer el tiempo del universo.

Okey. Hasta esa parte enserio pensaba que me estaban jugando la broma del siglo, por lo que solo atiné a reírme y a negar, bromeando con que aquellos dos me estaban haciendo una cámara escondida, después de todo, mi abuela era de dinero y aquel chico tal vez era de esos programas basura que no suelo ver. Una broma, sí que sí.

Okey y ¿Cómo se supone debería ayudarte? -.no pude evitar preguntar con algo de ironía, mientras mi abuela me miraba con algo de reproche.- Tú comprendes que ni siquiera puedo mantener mi patética vida y tú vienes hablando de cosas místicas, del tiempo y el universo y blah blah y que quieres que te ayude? JA!, por favor deja me ría. -.Acuario esta vez cambio su cara a una de reproche y colocando una de sus manos sobre mi frente, me mostró el sueño que había tenido la noche anterior, pero un poco más completo. Mi pecho se apretó y el aire me faltó, recordando un par de cosas como si realmente yo hubiera sido parte de aquellas imágenes.

Por favor Luciana –Mencionó.-  tú eres la única que puede despertar al tiempo, el universo te escogió y nosotros dependemos de ti para que el tiempo despierte y todo vuelva a la normalidad. –Miré realmente confundida a mi abuela y esta sólo se limitó a mencionar las fantasiosas historias que me contaba de pequeña.

Estaba de broma?!, realmente era cierto?. No, No, No y No, había sufrido durante 10 años por esas historias y ahora resultaban ciertas?!, Carajo!. -.Maldije mentalmente antes de intentar procesar la situación por la que estaba pasando, mirando aún algo impactada mi muñeca.

Acuario era el ser más hermoso que había visto y de paso el más raro, pues de golpe me había soltado todo aquello,  suponía que mi abuela debía saber desde mi nacimiento todo eso, pues no la veía sorprendida y mucho menos asustada de que un extraño viniera a por mí, también asumí que mi madre no sabría nada, pues ni su nariz se había asomado desde que aquel par había llegado a casa. Y fue ahí, cuando comprendí el por qué de que mi abuela me haya contado tantas historias sobre aquellos "jóvenes signos". Sabía sobre cada uno de ellos, sobre sus supuestos gustos, he incluso el cómo lucían, y es que enserio me llegaba a sorprender, pues Acuario lo único diferente de cómo había relatado mi abuela, eran sus cabellos largos, y por lo que entendí luego de que él me dijera, fue que quería un cambio por la época en la que vivíamos, pues resultaba ser que los signos además de ser jóvenes, se mezclaban descaradamente entre los mortales.

Todo enserio se estaba poniendo loco y yo estaba comenzando a marearme, todo iba rápido y no supe cómo, ni cuándo, mis maletas ya estaban preparadas, mi abuela me había excusado con mi mamá de que me llevaría un tiempo a Grecia por mi salud mental y  de paso le recriminó acerca de mis cortes. Mi madre no tuvo excusa y sólo permitió que me fuera.

En el avión, a mi lado iba Acuario y al otro lado mi abuela, el joven de cabello platinados no soltaba mi mano y aquello comenzaba a ser algo vergonzoso, comenzaba incluso a ser incómodo, pero en lo profundo de mi ser, lo sentía familiar, cálido y romántico.

Cuando lleguemos a Grecia, te llevaré conmigo a casa -.Mencionó el chico antes de que yo mirara extrañada a mi abuela, quien no interfería en la conversación, mientras yo procesaba el que me hubieran llevado obligada y que de paso ya no podía quedarme con mi abuela, si no que tenía que largarme con el extraño supuesto signo a la casa de los demás loquitos.

A esa altura, sólo suspiré cansada y  asentí.

El viaje duró lo suficiente como para que mi trasero doliera, por lo que al bajar, lo primero que hice fue estirar mi espalda y piernas.

Mi abuela me abrazó y besó mi frente de la manera más dulce que pudo, deseándome éxito y exigiendo, que a pesar de todos los conflictos que pudiera enfrentar, fuera fuerte. En ese momento quise llorar, mis piernas flaquearon y en mi garganta un nudo comenzaba a doler, sin embargo sólo me aferré a ella y asintiendo algo triste, me despedí.

Acuario tomó mi mano y yo algo desconfiada correspondí, para luego seguirlo hacia afuera del aeropuerto, en donde un auto nos esperaba. Subieron mis cosas al auto y luego subimos. El chofer no hablaba y el platinado tampoco, al parecer él también se encontraba un poco nervioso. Apreté la mano de mi primer signo y acercándome a su hombro, apoyé mi cabeza en éste para murmurar tranquila.- Todo estará bien, yo te ayudaré. –Y sólo eso bastó, para que Acuario me abrazara de manera algo fuerte, como si estuviera realmente feliz de verme.-

Nunca más... dejaré que te vayas Lu -.Dijo mientras yo deseaba entender más, esperando que con el tiempo todo saliera a la luz.-

Al rato llegamos a una gran casa, con un reloj inmenso en la puerta con  los doce signos del zodiaco talladas en ella, era realmente hermoso de un color azul y con todos sus detalles en un dorado intenso como el sol.

Cuando bajamos del auto, el chofer se hizo cargo de nuestras cosas, mientras que en el marco de la puerta nos esperaba un chico de cabellos largos con gafas. Era realmente guapo, tan alto como Acuario, pero bastante más varonil, también parecía mayor y a diferencia de la tranquilidad y ternura que me transmitía el platinado, el joven nuevo transmitía más sabiduría, algo de libertad y calidez.

Al verme, el joven con una hermosa sonrisa abrió sus brazos y me abrazó como si me conociera de toda la vida, dándome la bienvenida al que ahora sería mi nuevo hogar, cosa que realmente me hizo poner nerviosa y algo avergonzada. ¿Qué pasaba con esta gente?, me iba a gastar de tantos abrazos, besos y bienvenidas.

Te estaba esperando Luciana, no sabes lo feliz que estoy de verte -.Dijo el joven con una voz animada antes de que yo me apartara un poco y lo mirara extrañada. El joven miró a Acuario no entendiendo mucho mi actuar algo tajante y ahí fue cuando Acuario le explicó que yo no recordaba del todo, sólo lo básico de la situación, a lo que entendiendo algo desanimado, estiró su mano hacía mi con más formalidad y respeto, presentándose.-

Mucho gusto señorita Luciana, yo soy Piscis.

El universo de Lu y los amores del tiempo.Where stories live. Discover now