RenJun está en su cama, respirando de forma tranquila, sus pestañas largas se pueden apreciar mejor cuando sus ojos descansan, sus finos belfos se mantienen semi-abiertos, denotando lo tranquilo que se encuentra. Su blanca y suave piel, brilla con la tenue luz de la lámpara que reposa todavía encendida sobre la mesa de noche, y una sutil ventisca se cuela por la ventana, meciendo las cortinas y algunos mechones de pelo rebeldes sobre su frente; Tiene la apariencia de un ente celestial que reposa sobre las grumosas nubes del infinito cielo.
Y es que, Jeno podría mirarlo por otros diez minutos más, pero en cambio, sus ojos curiosos bajan hasta divisar la mano de su acompañante sobre las sabanas, no puede contenerse, cada vez que se encuentra en esta situación, el impulso, ese capricho lo empuja al borde del abismo, tentándolo a perder su cordura.
Sus tripas se revuelven, una parte de él está ansiosa por hacerlo, su cerebro le manda ordenes y le dice a sus extremidades que se muevan, pero no ceden, simplemente está sentado sobre la cama, paralizado y con la mandíbula tensa.
RenJun es sólo su roommate, no puede continuar haciendo o teniendo estos infames deseos, está terriblemente mal.
Pero él es demasiado dulce, es lindo, azucarado como un pastel de cereza. Se muerde el labio cuando de repente siente la bilis subir por su garganta, no quiere vomitar ahora, sería egoísta irrumpir en la tranquilidad de la habitación con sus ruidosas arcadas que amenazan con llevarlo de rodillas al suelo, en frente del váter. Definitivamente odia las cosas dulces.
Manda al diablo todo cuando sus piernas ya se mueven por si solas, busca desesperado en la repisa del armario, una vez que lo tiene entre sus manos sudorosas, suspira con alivio, la presión de su pecho que había crecido por su anterior neviosismo se desvanece. Ahora su vista inescrupulosa vuelve a RenJun, que sigue reposado en la cama dormitando, sin tener la más mínima consciencia de que ocurrirá a continuación.
Jeno vuelve a sentarse en la cama y toma una de las manos de RenJun con cuidado, primero se da a la tarea de mirar con fascinación como sus nudillos se colorean con el simple tacto, y sus falanges pequeños le causan ternura. Todo en él luce tan débil y pequeño. Pero en realidad, RenJun es el lobo disfrazado de oveja, por eso debe apresurarse antes de ser descubierto.
Siempre debe darse prisa.
Por eso mientras una de sus manos sostiene la de RenJun, la derecha tiene el cortauñas listo para ser usado. Con sumo cuidado, comienza a cortar ese molesto residuo blanco al final de los dedos ajenos, su ceño se arruga en claro signo de concentración, debe ser perfecto o RenJun notará su error, no puede darse ese lujo de nuevo, prometió que no volvería a hacerlo nunca más.
Si RenJun no se enteraba, la promesa no estaría rota, esto no sería un vil pecado ¿Cierto?
Una vez terminada su labor, deposita las uñas en su mano derecha que aún sostiene el cortauñas, con ayuda de su mano contraria, por supuesto. La mano de RenJun pierde relevancia al caer sobre la suave sabana ocasionando que el rostro tranquilo del individuo que dormita se vea interrumpido por una expresión de molestia, sus labios se fruncen y sus pequeños ojos se arrugan.
Jeno siente miedo y un pitido en su oído le aturde, el pánico comienza a ahogarlo y su saliva se niega a ser tragada. Sus piernas se mueven por adrenalina y antes de que pueda volver a parpadear ya se encuentra encerrado en la habitación de enfrente, y, a pesar de que la puerta tiene pestillo, continúa con el corazón en la boca y las manos bañadas en el frío sudor, al igual que su cuello y espalda.
Con la mano aún temblando, busca su apreciado amuleto de la suerte debajo de su cama, entre la pobre oscuridad que parece tragarse la habitación, allí está. Junto a la pata de su cama, en el fondo y pegado a la pared, ve el vidrio de el frasco brillar, cuando puede tenerlo en su dominio, una sonrisa tonta aparece entre sus labios, lo abre y deposita las uñas.
Él no era supersticioso, pero honestamente creía que cualquier cosa que tuviera que ver con RenJun, incluso si era parte de él. Le traería prosperidad si era suyo.
¿RenJun podría ser todo suyo algún día?
¡Claro que no!
RenJun tenía una apariencia tan dulce que era repugnante.
Ah, eso era parte de el insignificante disfraz o pellejo de oveja que llevaba sobre sí, haciéndose el inocente cuando en realidad era un despiadado y cruel lobo que engulliría los restos de cualquiera con tal de tenerlos bajo su control.
RenJun es el típico que lanza la piedra y esconde la mano.
Pero con Jeno suele comportarse diferente, no tiene filtros y es un completo predador. No tiene la doble personalidad que con otras personas. Ese deje de hipocresía desaparece cuando está con él bajo el mismo techo.
Se sentía especial por ello, sentía que su oportunidad de que las cosas ocurrieran según su criterio no eran imposibles. Seguramente RenJun también lo veía de esa manera, por eso es tan dulce con él, por eso quiere matarlo de diabetes, por eso es su compañero de departamento, porque fue razón del destino. Porque debe ser malditamente así ¡Nada de esto fue planeado!
Sus dientes tienen caries y se comienzan a caer. No literalmente.
¡Quiere morir antes de volverse un maníaco por RenJun!
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sacarina 美 noren.
Fanfiction"-Antes coleccionaba sus uñas... Ahora no puedo evitarlo, tengo que tragarlas." { ! }-Fact: Sacarina es un edulcorante trescientas veces más dulce que el azúcar. {❄}- NOREN AU¡! ANGST {❄}-Se recomienda discreción. {❄}-Fanfic sin fines lucrativos. ©...