SACCHARINE ( 3 ).

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Cuando la mente de Jeno se dispuso a safarse de su pasado, él al menos se hubiese sentido agradecido si se lo notificaban primero.
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"–¿Qué?"–Contesta Donghyuck, incrédulo.–"Vamos hermano, ¿Qué te sucede? ¿Desde cuando actuas tan extraño?"–Una sonrisa en su rostro se situa al final de la pregunta.

Unas inmensas ganas de vomitar sorprenden al pobre Jeno que ya tiene más que suficiente con la terrible migraña que le era proporcionada más la ansiedad y el insesante temblor de sus manos ocultas entre ambos bolsillos de la chaqueta.

"–Hoy no me siento bien. Creo que debería marcharme a casa o algo..." –Su voz tiembla y siente como un escalofrío recorre su espina dorsal.

Mark le mira preocupado y se acerca para posar su mano sobre el hombro ajeno y dar un apretón.

"–Tonto, de verdad me estás asustando ¿No quieres que te llevemos al médico o algo?"

Jeno niega con la cabeza.

"–¿Llamamos a RenJun?"–Propuso; Pero luego de ver la clara negativa en la mirada de Jeno, desistió.

Lo último que haría Jeno en su vida sería preocupar a RenJun con sus ataques de pánico.

"–Ya llamé a un taxi"–Exclama Donghyuck acercándose, cuando ninguno de los otros dos se percato en que momento se alejó.

Mark sostiene a Jeno por los hombros, mientras continúa observándole preocupado cosa que a el menor le pesa, odia que se preocupen por él, odia que todo pudiera más que él.

Por eso, cuando el taxi para delante  de ellos, abre la puerta con apuro y se mete sin despedirse de los otros, cierra la puerta y prácticamente huye; su boca escupe su dirección y su desesperación hace que la importancia de saber si tiene el cambio suficiente para pagar el servicio o no, pase a segundo plano.

El viaje es rápido y en un parpadeo ya se encuentra subiendo las escaleras con suma pereza, arrastra sus pies como si estos fueran de plomo. Para su suerte las náuseas han desaparecido, pero la maldita migraña sigue taladrando en su cabeza, además de que hay un pitido que está aturdiendo a sus oídos.

Cuando llega enfrente de su departamento, se da cuenta al introducir la llave que RenJun ya ha llegado pues la puerta no posee el seguro.

Las comisuras de sus labios se elevan y dejan ver la hilera de dientes, una sonrisa que hace mucho no mostraba. Se siente terrible, pero está seguro que después de una ducha y pasar el rato junto a RenJun podrá tener la tranquilidad y calma que le fue arrebatada por su primo y su supuesto hermano.

Bueno, realmente no sabe que esperaba, nada bueno puede salir de dar un paseo por la calle. Para muchas personas es completamente normal, el pan de cada día, algo tan banal y ordinario como caminar por la acera; Sin embargo, para Jeno es un completo infierno, una agonía que comienza desde que da un paso fuera del edificio hasta que regresa.

Gira la perilla y se adentra en su hogar, sin esperarse que el verdadero terror, la completa pesadilla se encuentra casi al final del pasillo, en su habitación.

Entra y de inmediato ve a RenJun sentado en el suelo, la escoba a un lado denota que se encontraba limpiando la pieza, pero ahora ha sido distraído por un frasco de cristal que está siendo examinado con curiosidad por sus ojos y manos.

Jeno se queda paralizado en el marco de la puerta. Para ser honesto, RenJun nunca le había hecho sentir tanto temor en su vida.

"–Jeno, ¿Porqué no me dijiste que tenías dulces guardados en tu habitación? Creí que no te gustaban."

sacarina 美 noren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora