Desperté un poco sobresaltado, tomé la primer camisa que tenía a la mano y bajé alterado las escaleras pensando que mi mamá estaría tras la puerta tocando desesperada, pero me desilusioné. Tras la puerta no había otra cosa más que un paquete que había sido enviado por Bee.
-¿Cómo sigues? Escuché que tu madre viene a América, ¿Puedo conocerla? Tal vez ayude a que no te regañe...- Retiré la vista de la nota dado que un taxi se estaba estacionando frente a mi jardín.
Con todo y todo, mamá había llegado de Ucrania y por todo el equipaje que traía consigo, adiviné que se quedaría, al menos, un par de meses.
-Alexandrovich! -Exclamó sin si quiera terminar de llegar a mi puerta -¿No vas a ayudarme? Que malos modales muchachito...
Como una bala, estuve a su lado en algunos pasos que di sin saber, tanto que mis piernas parecían moverse solas. Mi madre no hizo ningún comentario hasta que ya estuvo bien instalada en mi casa.
- ¿Y bien? -Dijo a la expectativa mientras se sentaba en el sillón individual de mi sala
No sabía por donde empezar, ¿Cómo se supone que justificas cerca de 2 meses de faltas en el colegio? A los profesores les entregabas una receta medio arrugada que recién habías encontrado en tu cajón de ropa interior pero ¿A tu madre? Es como querer caer hacia arriba.
- Yo... Yo... No lo sé mamá, han sido días complicados para mí y ciertamente no tenía cabeza para la escuela, es decir, el simple hecho de levantarme era todo un reto y siendo completamente honesto, me desgastaba un poco el contacto con la gente. -Respondí rascando mi nuca esperando un regaño pero todo lo que obtuve fue un suspiro.
Miré a mi madre esperando algún sermón como los que solía darme por teléfono pero no existió tal, sólo me miró e hizo una mueca, como si fuera a decir el nombre del señor tenebroso.
- ¿Esto es por Bárbara? -Preguntó con un tono que figuraba entre la preocupación y la curiosidad
No supe que decir, me había tomado por sorpresa que me preguntara sobre ella dado que no sabía aún que entre nosotros ya no había nada. Respiré hondo tratando de mantenerme tranquilo, el simple hecho de escuchar su nombre me ponía mal, el estómago me daba vueltas y me sentía mareado. A pesar de que hacía 3 meses de mi ruptura, me era increíble el poder (inconsciente, obvio) que Bárbara tenía sobre mí.
Tragué saliva y me senté frente a ella, fingiendo una entereza que no, definitivamente, no tenía.
- No sé, puede que sí además de todo el estrés de la carrera y... -Me interrumpió antes de que pudiera dar una excusa estúpida tratando de evadir ese tema
- Denis, te conozco desde siempre, eres mi hijo y sé con sólo mirarte lo que te sucede. Entiendo lo de la escuela obviamente pero por eso mismo sé que no es por eso la razón de que hayas estado encerrado cerca de 2 meses. No es fácil una ruptura, mucho menos si esa persona importa más de lo normal. -Empezó a decir mientras se sentaba a mi lado
Las lágrimas y la tristeza me habían ganado, todos esos días, horas, minutos y segundos en los que estaba tratando de enterrar el asunto no habían servido para nada, no había podido manejarlo correctamente. Me sentía estúpido y patético llorando por unos ojos que ya no me miraban, por una persona que se encontraba bien y haciendo su vida de nuevo, sabía que no podía seguir así, simplemente llorando y preguntándome porqué todas las noches antes de quedarme dormido. Sin embargo, no sabía como hacerlo, Bárbara era prácticamente el foco central de mi vida, la había incluido en casi todos mis planes y proyectos a futuro, y un día simplemente se marchó, dijo que se tenía cosas que hacer y que lo de nosotros la estaba absorbiendo, que no podía más conmigo y así, en un segundo terminó con 4 largos años de relación por los que me había esforzado al máximo.
Mamá pasó una mano por mi espalda mientras continuaba hablando.
- El amor no debe doler cariño, esto que sientes ya no es amor, se ha convertido en frustración, en decepción y tristeza, por eso te duele. Y no puedes guardarlo para siempre, tendrás que sacarlo en algún momento, no es fácil ni mucho menos, pero es algo que tienes que hacer. Cuando tu padre y yo nos divorciamos, una parte de mi mundo se fue con él, después de todo habíamos compartido 20 años juntos, te teníamos a ti y al igual que tú, tenía miedo de lo que pasaría después. Estuve deprimida mucho tiempo, me la pasaba noches enteras llorando y pataleando esperando que un día él volviese y me dijera que estaríamos bien.
Miré a mi madre un tanto asombrado, a pesar de que yo pasé esa etapa junto a ella, la realidad era que nunca había sido consciente de lo que ella estaba pasando. Y no puedo culparme, siempre ha sido buena ocultando lo que siente. Ella me miró y continuó.
- Al final, como sabrás, eso no ocurrió y tuve que hacerme a la idea de qué tenía que empezar un nuevo camino con o sin él a mi lado, en ese momento éramos sólo nosotros dos, tú y yo, Denis... -Me sonrió de manera tierna -Y no podía permitir que crecieras pensando que las cosas nos caerían del cielo, así que me esforcé en que aprendieras que todo en la vida tiene un costo, malo o bueno, y que debemos de afrontarlo de la manera más objetiva posible, incluso en esos días en los que sentimos que no pertenecemos ni a nosotros mismos, también quería que aprendieras que solos somos fuertes pero unidos somos invencibles, así que no importa lo fuerte que seas, no cargues con todo tú solo, cariño.
Sonreí, sonreí genuinamente todo gracias a mi madre. Y es que siempre las madres tienen las palabras correctas en la boca, saben como hacerte mejor aún cuando sientes que todo se está yendo a la mierda. Mi llanto se detuvo y alcé la vista, tenía que rehacer mi vida, mejorar a como cuando estaba con Bárbara y por supuesto, aprender de todo lo que sucedía.
Iba a contestarle a mamá cuando el timbre de la puerta sonó, al tener vidrios translúcidos, pude notar que la persona al otro lado de la puerta era Bee. Una parte de mí quería inventarle alguna excusa y decirle que viniese otro día pero mi madre se me adelantó y se dispuso a abrir la puerta.
- Oh por Dioooooos! -Exclamó Billie -Usted es la señora Shaforostov! -Dijo con visible emoción. -Eh... Eh, yo... yo
- Pasa linda, un gusto -Dijo mi mamá mientras sonreía -Sí, yo soy la madre de Denis, encantada.
- Yo soy Billie, eh... Soy amiga de su hijo, tenía tantas ganas de conocerla. -Respondió Bee mientras daba un salto hacia dentro -No sabía que ya había llegado, Denis dijo que estaría aquí hasta mañana
- Así se supone que sería pero me adelanté, ya sabes, una no puede dejar a los hijos...
- Oh vaya que sí y menos a un hijo como el suyo -Guiñó el ojo -Aaaaaaah ¿Puedo quedarme Denisovich? -Me miró implorante
- Si te corriera mamá también me correría de la casa. -Dije mientras reía -Supongo que pasarás la tarde con los Shaforostov, Bee.
Por fin todo estaba cobrando sentido de nuevo en mi vida, y ya no me sentía tan agobiado con la gente a mi alrededor. Sin embargo, los problemas en mi vida estaban lejos de resolverse...
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Oscuro.
Random"No quería aceptar que ya no estás aquí, y sin embargo... Escribí esto..."