Yo no digo que no me gusten los niños pequeños.
De hecho,me caen bastante bien.
Adam era algo así como un niño loco.
Al menos,ahora.Sus ojos eran bastante bonitos,menos espeluznantes que antes la verdad.
Miraba a todos lados y tendía a ladear un poco la cabeza cuando caminaba o cuando estaba inseguro de algo.
Lo sé,porque yo suelo hacer lo mismo.Estuvimos caminando un par de...no sabía cuánto tiempo...hasta que llegamos a una especie de entrada a un castillo.
Era la entrada de una cueva,pero muy bien decorada,las paredes estaban pintadas de marrón claro,había espadas,cofres...mantas...
De todas formas,las espadas no las necesitábamos, tenía una hacha y Adam su fiel cuchillo y como no sabía cómo encajarmela en el pelo(y no, no iba a probar a clavármela en la cabeza) ,lo dejé estar...
–Qué bonito...–di un solo paso al querer entrar,pero un cartel me pegó en la cara con tal fuerza que me echó fuera de la cueva.Se vio triste,porque dado que era una parte del edificio que se convertía en cueva de piedra pintada de marrón,ni siquiera tenía puerta,y que un cartel me pegará sin dejarme entrar a algo que era tan fácil entrar...
Ya veis,"suerte la mía hasta en las situaciones más raras".
–...–Adam miraba el cartel y después de unos minutos,dijo:
–"Coged las espadas,las mejores espadas son con las mejores armas"–leyó lo que ponía en el cartel,que estaba escrito con un boli morado de purpurina.A saber por qué.
Os quedaréis con la incertidumbre para siempre.
Miré a Adam y los dos hicimos lo mismo.
Y por ende,nos pasó lo mismo.
Volvimos a entrar a la cueva sin coger las espadas,corriendo como demonios,esquivando carteles.
No los leí enteros,solo alcancé algunas palabras: <<Se...haciendo>><<Volved...vosotros>><<¡Coged...espadas>>
Pero hubo uno que,durante varias veces nos golpeó,pero por fortuna,solo nos pegaba leves golpes y no conseguía sacarnos fuera con...¿La fuerza sobrenatural que antes me había tirado a mí? Supongo ^^Decía: "Quiero veros"
Hasta que llegamos al final.
Era una pared de la cueva.
Normal.
Solo que tenía escrito:
<< Quiero ver,¿Me dejas tus ojos para siempre por favor?>>
–...las damas primero–dijo Adam y se echó a un lado.
Ja,esa excusa era taaaan utilizada:
–Y los hombres,siempre las protegerán–y lo empuje hacia la pared.
–...–Adam se quedó mirando la pared.Carraspeó:
–A ver...no quiero darte mis ojos.
–Vete a la ch×ngada–completé yo sonriendo.
De pronto,un niño de 11 años con un disfraz que era de un protagonista de un juego que yo quería tener hace mucho, apareció.
–¡AMO TU TRAJE!–grité a todo pulmón.
De pronto,vi como sus ojos eran negros con una pupila blanca,y el negro se desarrollaba por sus mejillas...
–Alguien se aplicó mal el maquillaje...~–susurré.
–A mí me gusta.Mola bastante–dijo Adam encogiéndose de hombros.
El niño nos miró y sacó una espada:
–Quiero vuestros ojos.
–Y yo quiero un Ferrari y no lo tengo.Todos tenemos problemas–me encogí de hombros.
Adam sacó su cuchillo y lo pudo delante de él en horizontal.
Flexionó un poco las rodillas y lo miró por si había que protegerse.
Posiblemente penséis:
<<Jeff es más mayor,si pelean, ganará él>>Honestamente, no creo que la edad tuviera mucho que ver.
Por curiosidad, le dije al niño:
–¿Cómo te llamas?–el niño me miró como si fuera imbécil. Y luego dijo:
–Ben.Me llamó Ben... algunos me dicen "el ahogado"
–Menuda falta de respeto... –dije molesta... –¿Y tus ojos?
–¿¡Qué pasa con mis ojos? —dijo enfadado y poniéndose en posición de ataque.
–¿D-de q-qué color e-eran...?–le dije cautelosa.
–A... ¿Azules? –me dijo el niño. Sonreí.
–¡QUÉ MALA SUERTE ADAM! –me pusé una mano en la frente fingiendo exageradamente tristeza.
Ben y Adam se me quedaron mirando como fuera imbécil.
Ben estuvo apunto de encajarme la espada en el estómago, pero lo paré con la hacha:
–Hay un detalle pequeño Ben... –él me miró extrañado.
Sonreí:
–Primero, Adam acaba de volver a saber parpadear y si le intentas quitar los ojos,va a parpadear, y si lo matas, cerrará los ojos y no los podrás mantener abiertos manualmente. Segundo, los dos tenemos los ojos marrones y los tuyos eran azules... ¿No quieres tus ojos azules?
–... –Ben me miró tranquilo –ha pasado tanto tiempo que solo quiero tener ojos...me da igual el color.
Me miro y de pronto me dio un mareo y un pinchazo en el brazo derecho.Otra vez, como con Adam... solo que esta vez venía con mareo y de pronto se hizo un agujero y caí, Adam intentó ir conmigo, pero el agujero se cerró cuando me caí.
ESTÁS LEYENDO
Café Blanco
FanfictionMi brazo. Estaba totalmente manchado de tinta. Pero no eran solo manchas. Esas manchas constituían nombres. Era la evidencia, era la prueba de que mi verdad era como siempre, un juego. Café blanco. ¿Cuántos golpes puede soportar una taza sin rom...