Capitulo 1

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La oscuridad era algo a lo que estaba acostumbrado, al frío que hiela hasta los huesos ya no dolía al punto de morir y dejar de sentir todo. Pero aun así el silencio que tanto disfrutaba de pronto se transformó en una masa de sonidos estruendosos, metales chocando de una lado a otro, gente hablando sobre cosas que no entendía. Era el ambiente o tal vez sus oídos los que estaban mal, fallando en los decibeles por culpa de su cerebro lento. Abrió los ojos con la vista nublada, solo diviso cosas sin forma que se movían rápido para después hacerlo lento. Colores opacos como si fueran pinturas al oleo en tonos azules, verdes, blancos y grises.

Sólo unos minutos le dieron para mirar hacia arriba y ver una luz cegadora, tan brillante que lo dejaba con una cálida sensación en la piel. Como si estuviera en la playa, con un calor agradable bañando la piel blanca, la arena suave entre los dedos de los pies y la brisa revolviendo sus cabello revoltosos... su mano queriendo alcanzar la sombra en frente de el, y como un flash el cielo se abrió en miles de suaves aleteos de aves comenzó a ver plumas blancas caer del cielo. Cayendo una en la palma de su mano estirada, liviana y etérea.

Entonces volvió a no sentir nada, como si no estuviera en su cuerpo. Solo la nada. En un inmenso espacio negro y frió, mientras flotaba lentamente.

"Bucky te amo..."

Esa voz a la lejanía le era familiar, dulce, elegante, sincera y reconfortante, como si dijera "todo estará bien". Una voz de terciopelo.

¿Cuanto tiempo llevaba en esa oscuridad? ¿se podía salir?

De pronto su cuerpo y cerebro comenzaron a funcionar adecuadamente. El dolor le regreso como si de una enorme ola se tratara, dando de lleno sobre su cuerpo maltrecho, los huesos crujiendo y la piel punzaba por el ardor. Con pesadez abrió los ojos, resecos, fastidiado por la luz en el lugar. Jadeo molesto cuando escucho un llanto a su lado.

Miró a su lado y encontró la cara de puro amabilidad llena de lágrimas de su mejor amigo Steve– ¡Buck! estaba tan preocupado... pensé que no despertarías nunca.

Quería hablar pero su garganta estaba muy seca, con un gruñido y un además con su mano derecha señalo su garganta.

Rápidamente Steve se levantó de su silla para servir un poco de agua en un vaso y acercarlo a él. Despacio le ayudó a tomar del líquido sin sabor. Nunca el agua había sido tan placentera, bebió como si no lo hubiera hecho en días. Ahora entendía el significado de lo que era un oasis y su poder. Cuando terminó, jadeo de alegría y volvió a acostarse en la camilla. Fue cuando se dio cuenta de que estaba en un cuarto de hospital. Aunque uno muy lujoso, abrió los ojos curiosos viendo por todos lados. Era moderno, blanco como si estuviera limpio siempre y con ese olor a antiséptico tan característico.

– ¿Steve?... ¿que paso?

– Tranquilo Buck debo de llamar a un doctor para que te revise primero...

El rubio acaricio su cabeza, metiendo sus dedos entre sus largos cabellos, intentando darle ánimos. Después salió del lugar para entrar con un hombre, con unos grandes lente y una sonrisa tranquila.

– Buenos días señor Barnes, yo soy el Dr. Bruce Banner ¿como te sientes?

– Bien... algo entumecido.

– Bueno es normal has estado durmiendo más de dos semana.

– ¡Eso es mucho! ¿Que paso? No puedo recordar nada...– se arrepintió después de gritar por el punzante dolor en todo el cuerpo, así que gruño.

El doctor se acercó a revisar garganta, ojos y oídos mientras explicaba– Lo que pasó es que tuviste un accidente. Un auto chocó contra tu motocicleta... mandándote varios metros por la calle, perdiste... mucha sangre y...

Mas allá de la muerte [Winterpanther]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora