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Los días pasaban en karmaland, las visitas de Willy se hacían más frecuentes, pero de un momento a otro dejo de ir, siempre era lo mismo, el era el único que hablaba, Vegetta nunca tenía nada que decir más que hablar de su isla flotante y ya, Willy con el paso del tiempo dejo de sentir lo que antes sentía por Vegetta, no quería decirle pero pronto llegaría ese día, le gustaría por lo menos seguir con su amistad. Ahora Willy se la pasaba con Fargan, con el siempre se la pasaba genial, nunca se aburría y lo hacía sentirse querido, desde su "cita" Fargan a estado más cariñoso con el que nunca antes, Willy por su inocencia no se daba cuenta de los sentimientos de su amigo, pero pronto Fargan haría que se diera cuenta.

Mientras que con Rubius estaba todo normal, conseguía mascotas y a los cinco minutos se le morían o desaparecen, pero siempre hacía cosas ilegales, se la pasaba genial ya que Vegetta nunca salía y no sabia las cosas ilegales que hacían los demás, pero grande fue su sorpresa al encontrar a el mismísimo 777 en la entrada de su casa.

–Ding dong!... –hizo el ruido que haría un timbre normal, Rubius rápidamente fue a esconder todas sus cosas ilegalisimas para que no se metiera en problemas con Vegettita, después de hacer eso fue a abrirle la puerta a Vegetta–

–¡Buenas Vege! ¿q-que te trae por aquí? –pregunto un poco nervioso, era muy malo mientiendo y ocultando cosas–

–Bueno ya era hora que saliera de mi casita y visitara a mis compañeros, ¿no es así? Y además casi se me olvidaba que tenía que vigilar que nadie tuviera cosas ilegales... y dime Ruben –se acerca a Rubius quedando demasiado cerca para ponerlo nervioso– tu no tendrás nada ilegal, ¿verdad?–

–¿P-pero que cosa dices Vegetta? Yo, ¿tener algo ilegal?....¡nunca!–

–lo mira a los ojos– entonces ¿por qué estas nervioso?–

–P-pues...hace tiempo que no te veo, y pues ya sabes...te extraño y todas esas cosas... –dijo nervioso jugando con sus dedos, miro a Vegetta y vio que tenía un sonrojo no muy notorio, pero por la poca distancia lo notaba perfectamente, acaricio la cabeza de Vegetta y le sonrío– y que tal tu día Vegetta, es un milagro que por fin salgas de tu casa–

–¿¡e-eh!? Oh s-si ya debía de salir de mi prisión y n-no hagas eso...–

–¿Que cosa? –se agacho para quedar más cerca de Vegetta y empezó a revolver su pelo– con este tamaño pareces un niñito...pff...–

–¡Al menos no soy un poste! –dijo enojado, Rubius si que lo sacaba de sus casillas–

–Huy pues perdón –se incorporo y se alejó un poco– ¿quieres tomar algo? Y si estás cansado puedes subir a mi habitación... o t-también ir a la sala–

–La verdad si tengo un poco de sed, me vendía bien un vaso con agua, y creo que en la sala esta bien...–

–ci, bueno vuelvo con tu vaso con agua, siéntete como en tu casa–

Vegetta empezó a explotar la casa de Rubius, no veía nada raro así que decidió ir a la sala, pero la curiosidad le ganó y fue a la habitación de Rubius, era un cuarto pequeño pero cómodo, se sentó en la cama, sus párpados pesaban, sin darse cuenta se quedó dormido. Rubius regresó con el vaso con agua pero al no ver a Vegetta en la sala lo fue a buscar, hasta que decidió buscar en su habitación y ahí estaba, durmiendo cómodamente, se veía como un angel a los ojos de Rubius, dejo el vaso en la mesita de noche y acomodó bien a Vegetta, lo tapo y se acostó con el, ese chico si que lo hacía ser otra persona.
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El sol entraba por la ventana dando directamente a la cara de Vegetta, tallo sus ojos y lentamente los abrió para acostumbrarse a la luz, miro a su alrededor, estaba en el cuarto de Rubius y este estaba acostado con el, todo normal, según el, después de unos segundos reacciono y se levantó rápidamente de la cama haciendo que por el movimiento brusco despertara Rubius.

–¿Que pasa Vege? todavía es muy temprano vuelve a dormir –dio unas palmaditas a la cama, dándole a entender a Vegetta que se acostara–

–R-rubius yo... lo siento pero tengo que irme, fue muy lindo pasarla contigo y dejarme dormir a tu l-lado p-pero deje los frijoles en la lumbre y... ¡la cosa es que me voy! –salió corriendo de la casa de Rubius, el cual no captó nada de lo que dijo Vegetta y simplemente se volvió a dormir–

–¿P-pero que es lo que me pasa?, ¿¡cómo pude quedarme dormido!? –se detiene– pero ¿porqué me pongo así?...se supone que Rubius y yo solo somos amigos... –sacude su cabeza– mejor dejo de pensar en eso y me apuró a llegar a mi casa...–







"La vida es asi" •°Rubegetta°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora