Los días comenzaron a transcurrir como si lo que había vivido aquellos dos días no hubieran sido reales. No había vuelto a encontrarme con Aktan, tampoco volví a escuchar aquella voz que susurraba mi nombre, se perfectamente que todo lo que sucedió fue real.
Me encontraba dándome una ducha para ya irme a dormir cuando escuché con mucho desespero que mi padre me llamaba.
—¡Bariel! —gritaba furioso desde la cocina.
—¿Por qué los gritos?, ¿pasó algo? —dije bajando con mucho desespero las escaleras.
—¿Qué significa esto? —exclamó mostrando mi diario con su mano—. Este diario es reciente, ¿por qué no me comentaste nada?
—¡Papá! ¿Por qué lees mi diario? —Se lo arrebaté de las manos con mucha rabia.
—¡Debiste contarme que había más personas en esta isla! —dijo enfurecido golpeando la mesa con su puño.
—¿Yo debía hacerlo? ¡Si tanto me quieres tener encerrada, eras tú quien debía revisar este lugar! —Salí corriendo fuera de la casa, odiaba cuando invadía mi privacidad.
—¡Bariel!
Corrí tanto que para cuando me percaté ya me encontraba en el bosque, siempre escribía mi día a día, pero nunca escribía sobre los sucesos extraños que me pasaban. Sabía perfectamente que mi padre siempre lo leía mis diarios y nunca he querido preocuparlo, aun así, odiaba cuando lo hacía, por el contrario, esta vez decidí hacerlo parar tener evidencia de lo que había sucedido.
La noche era oscura y sombría, estaba sola y no tenía ni la más mínima idea de por dónde volver, la luz de la luna se entrelazaba con los árboles haciendo que no lograra contemplar el camino de vuelta, la neblina se fue apreciando más densa creando un ambiente de terror, no muy lejos logré divisar la silueta de una persona, fui tras ella creyendo que era mi padre, pero un fuerte golpe en mi cabeza me derribó
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—¡Miren ahí viene la rarita del colegio! —gritó con mucha fuerza aquella chica que cada día se desvivía por hacerme la vida imposible, no tenía más que 10 años y era injusto tener que soportar esto— ¿Con qué nos amenazarás hoy? ¿Acaso nos mandaras a volar como siempre? —dijo entre risas haciendo que todos comenzaran a reír.
—¿Por qué me haces esto? —pregunté con lágrimas en los ojos— Nunca me he metido con ustedes, ¡¿Por qué lo hacen?! —exclamé desesperada.
—¿No crees que ya estás muy grandecita para llorar? —dice empujándome con su dedo índice —hagamos un trato, si te arrodillas y lames mi zapato no te volveremos a molestar —agregó levantando su pierna derecha
—¿Q-qué? —su respuesta me hizo sentir intimidada, como era posible que un simple ser humano pueda llegar atemorizar tanto, a tal punto de llegar a obedecerlo sin pensarlo. Todos comenzaron a gritar para que lamiera su zapato, todos apoyaban aquel grupo que solo iban al colegio para lastimar a los demás, me arrodillé lentamente, aquella bruja levantó mi rostro con su pie mientras reía a carcajada.
—¡Vamos, lámelo!, sé que quieres hacerlo —decía mientras golpeaba mi mejilla con su zapato.
Baje mi cabeza hacia el suelo mientras me cubría con mis brazos queriendo que esta situación acabara de una vez por todas, entre sus risas y gritos podía sentir como me estaba volviendo loca, sentía algún tipo de calor que recorría por todo mi cuerpo, un pequeño vapor comenzó a emanar de mi piel haciendo que todos silenciaran sus bocas, solo quería desaparecer y no volver a verlos nunca más. Algo estaba atorado en mi garganta y sentía la necesidad de sacarlo, solté un fuerte grito esperando que alguien viniera a sacarme de este lugar.
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BARIEL [En proceso]
FantasyBariel, relata la vida de una joven de 18 años quien solamente se ha criado con su padre, el cual se la lleva a vivir a una isla abandonada para tratar de protegerla de todos aquellos que quieren hacerle daño, para su sorpresa justo en ese lugar se...