Una semana ha pasado desde que llegue a esta isla, todo se encuentra en total silencio, y aún sigo preguntándome el propósito de habernos venido a vivir justo en este lugar al que parece que a nadie le interesa, según por boca de mi padre, aproximadamente en un mes llegarán las personas que se mudarán a esta pocilga, aunque pensándolo bien sería ridículamente extraño que alguien venga a vivir tan lejos de la ciudad.
La casa donde estaremos es inmensa y a quien sea que le haya pertenecido no tenía mucho sentido de la moda porque todo es opaco, tanto los muebles como su decoración, todo de un mismo color, sé que soy una persona sencilla, pero el anterior dueño se sobrepasó. Una de las habitaciones más grande era la de la biblioteca y almacenaba muchísimos libros que a simple vista se veían viejos y empolvados, no me apetecían del todo debido a que solamente eran lecturas sobre leyendas antiguas.
Pasado un tiempo mientras trataba de despejar mi mente moviendo algunas cajas de la mudanza, mi querido padre me comenta que debía viajar a la ciudad de emergencia, según él por cosas de trabajo, sinceramente no me agradaba la idea de que se fuera y me dejara sola en este lugar, por lo cual me opuse a la idea.
— ¡Si sabes que me estas dejando sola en esta casa, en esta isla! ¿eres consiente de eso? —dije levantando una de mis cejas.
— Si, Bariel, lo entiendo...
— ¡No, no lo entiendes! —interrumpí— No es lógico lo que haces.
— Sólo serán unos días, nada podría pasarte en este lugar —me dio un beso en la frente y se marchó.
La playa se veía interesante, así que decidí ir un rato a caminar y conocer un poco de los alrededores del lugar, aún era de día, así que trataría de volver antes de que se ocultase el sol. El viento era fuerte y frío, lo que me impedía lograr caminar con tranquilidad, se podía escuchar como las olas llegaban a la orilla con mucha fuerza y se alejaban en un total y tranquilo silencio. Solo acontecieron cinco minutos de estar afuera cuando de repente comencé a escuchar una vez más aquel susurro que repetía mi nombre una y otra vez; el mar comenzó a comportarse de una manera extraña, sus olas duplicaron su tamaño, iban y regresaban con mucha más ímpetu, mi piel se erizó como nunca antes lo había hecho, aquella voz que me llamaba se lograba escuchar más fuerte de lo normal, fijé mi mirada en diferentes dirección tratando de encontrar al autor de aquel susurro, sin embargo no lograba ver nada.
La marea comenzó a subir haciéndome estremecer por completo, di algunos pasos hacia atrás para alejarme del mar, no obstante, percibía como un hilo de agua intentaba acercarse dejándome inquieta por lo que estaba sucediendo, por más que quería obtener alguna respuesta el miedo se apodero completamente de mi cuerpo y no me quedo de otra que devolverme a la casa, me encerré en mi habitación a esperar a que amaneciera y deseando que mi padre volviera. Lo que sea que fuera aquello que me esté llamando, desearía que simplemente fuera parte de mi imaginación.
Estaría mintiendo si dijera que alcancé a dormir bien, todo lo que había ocurrido el día de ayer no podía olvidarlo así de fácil, aquella voz, a pesar de ya haberla escuchado en repetidas ocasiones, no había logrado acostumbrarme, pero esta vez fue más fuerte y la curiosidad me estaba matando de saber ¿Por qué fue diferente? Por otra parte, también me aterraba la idea de intentar buscar alguna respuesta ya que no sabría con qué me encontraría.
Me adentré en la ducha para tratar de relajarme y aclarar con más calma mis ideas; bajé a la cocina para preparar algo de comida, y para más rápido preferí un poco de pan dulce con chocolate frío. Podría admitir que soy algo perezosa para la cocina, así que dudo que algún día me case.
Unos minutos más tarde ya casi terminando mi gran desayuno, comienzo a sentir como sí alguien estuviera en la casa y me observara de todas las direcciones, la verdad ya era muy normal en mi vida diaria así que trate de no prestarle atención y no hacerme más películas en mi cabeza, me levanté de la silla para llevar el plato y el vaso al fregadero, una vez más comencé a escuchar aquella voz, alguien me llamaba, podía escucharlo cada vez más fuerte como si se estuviera acercando a mí; al mismo tiempo alguien me tomó del brazo derecho y me sacó de la casa con mucha prisa, no sabía qué estaba pasando. ¿Quién era esta persona? Grité con muchas fuerzas para que me soltara, luché como nunca antes lo había hecho, aun así, no lograba zafarme de este desconocido.
Me llevó al bosque para luego alejarse muy lentamente de mí, me observaba de una manera muy atenta como si estuviera analizando cada detalle, era confuso y aterrador, ¿No se suponía que era la única persona en este lugar? o al menos eso era lo que yo creía.
—¿Q-quién eres? —pregunté con voz temblorosa sin apartar mi mirada de la suya. Era un chico no muy alto, tal vez un metro setenta o setenta y cinco, piel clara, cabello corto. Su vestimenta era muy de estilo roquero, pantalones negros, una chamarra de cuero o por lo menos eso era lo que lograba visualizar.
—Debes tener más cuidado de ahora en adelante —dijo aquel chico volviendo nuevamente.
—¡Detente! N-ni se te ocurra acercarte. —En esta situación lo único que pasaba por mi cabeza era que me haría algo malo para luego matarme, aún no había vivido lo suficiente y nunca pensé que tendría una vida tan corta, jamás fui cercana a mi padre y me arrepiento de no haberlo hecho, ahora entiendo lo que muchos dicen con respecto al ver pasar nuestra vida delante de nuestros ojos cuando estamos a punto de morir. Gire en dirección opuesta para intentar escapar, pero este en un movimiento muy rápido se situó en frente de mi haciéndome chocar con él.
—Debo hacerlo. —Jaló un pequeño mechón de mi cabello y lo esparció en el aire haciendo que este se fuera en diferentes direcciones.
—¡¿Qué te pasa?! —declaré furiosa empujándolo, sin embargo, este no se movió ni un poco— ¿Quién eres?
—Si no lo hacía volverían por ti, ya con esto no sabrán con exactitud dónde te encuentras, deberías ser más agradecida —me miró fijamente arqueando una de sus cejas—, y no te preocupes que no soy un asesino mucho menos un violador y si lo fuera dudo que te escogería a ti —comentó empujándome hacia un lado.
—¡¿D-disculpa?! —admito que eso fue algo insultante— ¿De quienes hablas? Quiero volver a mi casa, ¡Llévame ahora mismo!
—Por cierto... ¿Qué eres? y ¿por qué portas los dos colores? —me miró confundido.
«¿Dos colores? ¿De qué rayos estaba hablando?», pensé.
No entendía el motivo de su pregunta, solamente quería regresar y no volver a verlo más, era un chico alto y guapo, pero no me sentía segura con él.
— No se a lo que te refieres, no se quien eres, ni siquiera sé porque estás aquí cuando se supone que no deberías estar aquí, pero por...
— ¿Ya te habían dicho que hablas mucho? —interrumpió dejándome atónica— puedes irte por aquel camino —dijo para luego marcharse rápidamente.
*****
Un nuevo capitulo mas amigos, gracias por el apoyo esto cada vez se va colocando mas raro.
¿Quién creen que sea ese chico? 🙆♂️🙆♂️🙆♂️🙆♂️
¿Qué onda con su pregunta? 🤨🤨🤨🤨🤨
Déjenme sus ideas en los comentarios me gustaría saber lo que opinan. ✌️✌️✌️✌️✌️✌️
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BARIEL [En proceso]
FantasíaBariel, relata la vida de una joven de 18 años quien solamente se ha criado con su padre, el cual se la lleva a vivir a una isla abandonada para tratar de protegerla de todos aquellos que quieren hacerle daño, para su sorpresa justo en ese lugar se...