After Death

10. Tentación

Tessa

- ¿Interrumpo algo? - la voz fría y profunda de Klaus me tensó, me aleje despacio del abrazo que aún compartía con Kol y regañandome internamente traté de mostrar una falsa sonrisa apenada.

- Claro que no, Kol sólo estaba siendo amable - respondí, aunque la mirada de Klaus no estaba dirigida a mí sino a su hermano menor que aún no se giraba y seguía dándonos la espalda a ambos. Agradecía no ser la receptora de tan penetrante mirada porque Klaus parecía tener un aura oscura alrededor en este momento.

- Oh ya veo, Kol haciendo la obra del día pero exactamente ¿por qué? - mi vista se clavo en un lugar en el suelo, esto era demasiado inquietante, era como sí me hubieran atrapado haciendo algo malo, aunque era ridículo pensarlo ¿por que estaría avergonzada de abrazar a alguien? o pensándolo mejor ¿por que debería importarme? estoy aquí por una única razón que debo recordarme todos los días.

- Basta Klaus, creo que ninguno te debe alguna explicación y sin embargo ya te la he dado - le miré frunciendo el ceño e inmediatamente sus ojos se conectaron con los míos formando una interrogante ante mi actitud pero no permití que mi rostro reflejara nada mas que molestia.

- ¿Estuviste llorando? ¿Él te hizo daño? - en un segundo ya tenia sus cálidas manos recorriendo mis mejillas, secando los restos de lágrimas con sus dedos y su mirada preocupada a sólo centímetros, de un momento a otro se me cortó la respiración al igual que el hilo de pensamientos.

- Vamos Klaus deja el drama, pensé que Bekah se encargaba de eso - gire un poco la cabeza para encontrar a Kol en la puerta a punto de huir, él se giro al momento de hablar y esa fue mi oportunidad para articular un "gracias" con mis labios, asintió un poco distraído y finalmente abandonó la habitación, dejándome a solas con un híbrido original intentando marcar territorio.

- Sí te sentías mal debiste llamarme Caroline - con sus manos aun en mis mejillas giro mi rostro para conectar miradas y por un segundo me perdí en el océano profundo de sus ojos, eran muy hipnotizantes a decir verdad.

- ¿Caroline? - su voz de nuevo sonó preocupada y me tomó un segundo regresar a la conversación.

- No estabas en casa, además solo tuve una pesadilla y Kol acababa de llegar, fue una casualidad pero él actuó rápido y vino a ver cómo me encontraba - desvié la mirada cuando un rubor cubrió mis mejillas al recordar el primer contacto de los brazos de Kol en mi cuerpo, este cuerpo, de pronto sentí a Klaus tensarse.

- Escúchame Caroline, no importa que yo este fuera, sí necesitas algo debes llamarme, estaré contigo en un segundo ¿entiendes? - sus palabras me descolocaron un poco, sonaban tan decididas, pero aun así logre asentir sin despegar mis ojos de los suyos.

- No permitiré que nada malo vuelva a pasarte, esta vez no me lo perdonaría - juntó nuestras frentes y automáticamente ambos cerramos los ojos, me dejé llevar por su promesa que sonaba tan firme y cuando sus brazos me tomaron de la cintura suspiré.

¿Qué había en este hombre que este cuerpo se derretía ante su toque?

No lo sabía y tampoco estaba dispuesta a averiguarlo, Klaus era mucho más peligros estando cerca de mí, de lo que había pensado.

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Una hora después ya me encontraba recostada sobre las suaves sábanas de seda, me sentía tan cálida, con el corazón bombeando a toda velocidad y el cuerpo entumecido, como sí estuviera suspendida en el aire, el recordarlo hacía que mis mejillas ardieran, mientras mantenía una lucha interna para no sonreir, porque sí lo hacía no pararía incluso estando dormida.