Eran las ocho de la mañana cuando Rachel cruzó la puerta de la librería Marmora, lugar donde trabajaba junto a la hija de la dueña. Acxa la esperaba con un café en mano, llevándose el vaso a los labios; sobre el mostrador había otro vaso del mismo material y tamaño con el nombre "Rachel" escrito de manera irregular.
—Buen día —saludó la pelimorada, dedicándole una pequeña sonrisa a la chica. Su voz era calmada y suave, cosa que relajaba a la morena. Podría escuchar a la coreana hablar toda su vida y jamás se cansaría de ello.
La de castaña y pomposa cabellera se deshizo de su bufanda roja, pasándosela a la chica tras el mostrador para que la colgara en el perchero de su lado, así como su chaqueta, quedando en un suéter café y pantalones blancos. Sus botas del mismo color del suéter resonaban mientras caminaba por el suelo de madera de la librería.
—Mamá envió todos estos libros, hay que ordenarlos. —Con su cabeza apuntó a los libros que estaban sobre el típico carrito que la latina usaba para facilitar su trabajo de poner los libros en las estanterías.
—¿Te los trajiste tú sola en autobús? —cuestionó con horror. Mínimo habían unos treinta libros ahí, algunos más gruesos que otros, pero de igual forma no era poco el peso que debían conformar todos ellos.
—No me mires como si no me los pudiera sola. —Rodó sus violáceos ojos, cruzándose de brazos y recargándose en el mostrador.
De pronto una sonrisa tonta surcó sus delgados labios y adoptó una mirada un tanto soñadora.
—Y Vero me trajo —reconoció, derramando amor en su voz.
Rachel miró a otro lado, evitando que la embobada coreana viera su mueca.
Claro, Verónica McClain, su hermanita mayor y novia de su mejor amiga, que no solo era su mejor amiga. Llevaba enamorada de Acxa Kogane desde que sus mellizos dejaron de ser rivales y comenzaron una amistad a los quince años; Keith iba a su casa a ver a su hermano, y llevaba con él a la chica para que no quedara sola en casa.
Ambas iban en la misma clase en el colegio, pero por el irracional odio del menor de los hermanos McClain hacia el menor de los Kogane no se había atrevido a hablarle, por más linda e interesante que le pareciera. Un Lance enojado era la cosa más irritante del universo; lo sabía por experiencia y porque ella podía ser igual.
Solo había una cosa que realmente la irritaba de la mayor y eso era que llevaba una estable relación con su hermana hace ya seis años.
Y si bien había aceptado la invitación de Krolia de trabajar junto a su hija en Marmora para estar cerca de su mejor amiga y ganar un dinerito extra como trabajo temporal, de aquello ya habían pasado ocho años. Terminó la universidad y la librería se volvió su segundo hogar, así como el de Acxa; aunque ella había crecido ahí técnicamente.
Sabía que a su hermano le pasaba igual. Pegada a la librería se encontraba una disquería, Daibazaal, también de los Kogane. Si Marmora era dirigido por Acxa, entonces su tienda hermana debía ser dirigida por el mellizo de esta.
Verónica rara vez se paseaba por el lugar, ya que ella tenía su propio trabajo del otro lado de la ciudad, casi a las afueras, en un observatorio. La castaña no entendía cómo su hermana podía pasar tanto tiempo lejos de la pelimorada, ella no podría con tanto, aunque ahí estaba la diferencia. Rachel y Acxa estaban mínimo dieciséis horas al día juntas, solo se separaban cuando la ojivioleta iba a su casa a dormir y la castaña a su departamento, el cual compartía con la parejita McClain Kogane.
—Te ves terrible. —La más baja había reparado en las ojeras bajo los orbes azulados de la morena.
McClain arrugó su nariz al recordar el incidente que no la dejó dormir.
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There's no Way [Racxa]
FanficRACXA || ❝El elefante en la habitación podía ser visto por todos menos por ellas mismas; no había forma❞