성경 || ATEEZ.

Feels Deeper Than Any Ocean Floor.

Parte 1/4
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Cuando el agua está tibia, besando primero la piel de su rostro, luego deslizándose por su cuello, hombros, espalda y abdomen, Wooyoung recuerda a Choi San y el verano que compartieron juntos.

Choi San. 

Era un surfista que conoció el verano antes de cumplir dieciocho años. El largo cabello rubio enmarcaba su rostro y pequeños ojos brillantes que lo miraban cuando tropezo, con la cara enterrada en la arena cálida. La sonrisa ya florecía en sus labios rosados, hoyuelos hundiéndose profundamente en sus mejillas. 

Choi San también era la persona más hermosa que había visto. El aturdimiento no fue suficiente para describirlo, sin embargo, la fascinación fue bastante cercana, ya que, desde el primer momento que lo miró, extendiendole la mano y poniéndolo de pie, no podía dejar de mirarlo. 

A Wooyoung le encantaría decir que compartieron un verano bajo el sol y entre suaves mantas, solo sol y recuerdos felices, pero eso sería una mentira. Los amores de verano son complicados, y Wooyoung, de 18 años, era nuevo en el amor.

Aún así, el agua tibia siempre está relacionada con San, un hermoso recuerdo de hace veinte años.

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A mamá Jung le gusta decir que el campo es el mejor lugar para relajarse, donde un niño con el brazo roto puede liberar su mente y alma. Jung Wooyoung, sin embargo, cree ferozmente que es una mierda y que su cama es el mejor lugar para llorar por su carrera como jugador profesional de baloncesto. 

A Yeosang le gusta agregar que es solo un brazo roto y que estaría jugando como siempre al final del verano, o incluso antes, ya que era una fractura tan limpia. Pero nadie realmente tiene en cuenta lo que Wooyoung está perdiendo con eso: justo antes de que comience el verano, su oportunidad de ser explotado por una gran universidad. 

Se acabó para él. 

Todos sus amigos recibieron las buenas noticias, lo único que Wooyoung recibió hasta ahora es un nuevo sistema de aire acondicionado en su habitación, regalado por su padre, ya que no tiene intención de dejarlo ir pronto.

Wooyoung está triste, quizás un poco furioso, pero sobre todo deprimido. 

Toco su primera pelota de baloncesto con solo tres años, consiguió la primera a los seis años y no dudó en usarla hasta que fue totalmente destruida. Su padre compró una canasta para su patio trasero ese mismo año, a los ocho fue elegido como el capitán del equipo de baloncesto de la escuela, a los once fue a su primer juego oficial. 

Ingresó al equipo de la escuela secundaria y cuando Hongjoong se graduó, el título de capitán estaba nuevamente en sus manos. La felicidad brota directamente de su corazón, un futuro brillante por delante. Wooyoung no solo ama el baloncesto, es uno de los mejores jugadores del país entre los niños de su edad.

El mejor jugador se rompió el brazo en el último partido. Ninguna universidad, incluso si eres el mejor, quiere  a un chico con una fractura en su mano en el equipo. Ninguna.

El mejor jugador no ha salido de su habitación en un mes.

No solo se rompió el brazo, toda su vida y su futuro se desvanecieron frente a sus ojos. Sé acabo para él.

Pero, por mucho que quiera quedarse en la cama por el resto de su vida, su madre nunca lo permitiría, haciendo algunas llamadas rápidamente y empacando toda su ropa de verano en una pequeña maleta. El mejor jugador se ve obligado a pararse en la estación de autobuses a finales de junio. Mierda.

"Tu Tía te está esperando", dice su madre ese sábado realmente caluroso, con ambas manos en sus mejillas, mirándolo como si no fuera un niño de casi dieciocho años, sino el bebé al que le gustaba un cuento para dormir todas las noches. "Ya verás, esto será lo mejor para ti, cariño".