Capítulo 3

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-Ehm...podemos hacer una tregua si te doy otra galleta? O intentarás convertirme en piedra de nuevo? – ya habiendo tentado demasiado su suerte con la apuesta de Leo, Percy interrogó.

-No, solo ellas pueden hacer eso. Yo aún soy una diosa junto a mis hermanas- aún con su pequeña mano sosteniendo la del pelinegro, Medusa explicó antes de continuar caminando.

-Ellas? – viendo que no iba a sufrir una posible muerte, como siempre, el Jackson siguió preguntando.

-Mis versiones adultas- como si fuese lo más obvio del mundo, Ana lo miró de reojo.

-Ah...Eso explica todo...- asintiendo despreocupadamente con la cabeza, él musitó en voz alta.

Esbozando un alzamiento en las comisuras de sus rosáceos labios, la diminuta Medusa fue incapaz de contener su diversión ante los actos del hombre perdido que en vez de atacarla por quien era, le ofreció una dote.

-No entendiste verdad? – aludió finalmente ella.

-Sí!...Bueno, no mucho la verdad...- exclamó Percy, sin embargo su estado no perduró mucho ya que confesó la verdad.

-Chaldea es básicamente una base donde decenas de héroes son convocados para salvar a la humanidad en diferentes épocas históricas- tomándose su tiempo para enseñarle de la forma más resumida posible, Ana dialogó.

-Pero tú...? – sabiendo que lo que iba a decir podía costarle la integridad, Percy no se contuvo al ver la falla en la explicación de la niña.

-Soy LA Medusa que aún no fue maldita por la violación de Poseidón. Pero sí, mis otras versiones que no deberían de catalogarse como heroicas también fueron convocadas- comprendiendo la incertidumbre en el hijo del dios Olímpico, habló la pequeña Gorgona.

-Wow...Un momento! Dijiste que mi padre te violó?! Eso no fue lo que pasó! Ustedes simplemente tuvieron relaciones, consensuadas, en el templo de Athena y ella te castigó. La Medusa con la que peleé me lo dijo! – asombrado ante la idea de muchas versiones de una persona en un solo lugar, el Jackson reaccionó segundos luego a lo implicado con su padre.

-Diferentes versiones, diferentes historias. Además, no dijiste que despertaste con solo tu bolso? – entendiendo que había otra ella en la vida del pelinegro, Ana miró el objeto que cargaba Percy sobre su hombro.

-Sí, Gaea hizo un hueco en el suelo y me arrastró como venganza...es una mala perdedora- recordando los últimos momentos con su familia, el hijo del dios del mar explayó, sin embargo lo último lo susurró.

Una vez más, la niña detuvo la marcha, girándose para observar con atentos ojos al joven hombre a su lado e intentando hallar alguna mentira posible ante sus palabras. Después de un interminable minuto en silencio sepulcral, lo único que recibió ella a cambio fue el rostro de alguien nunca parecía saber nada pero aun así se las ingeniaba para sobrevivir.

Y también cero rastro de mentiras.

-Definitivamente debemos hablar con los demás- llegando a una válida conclusión, la niña jaló vehementemente el brazo del pelinegro, obligándolo a caminar más rápido que minutos atrás.

-Hey! Espera! Acaso dije algo!? – exclamando por la sorprendente fuerza que demostraba la joven muchacha, Percy notó el cambio de paisaje al doblar en una curva.

Cacofonía de personas hablando y objetos chocando entre sí llegaron rápidamente a los oídos del semidiós, quien incapaz de contener su déficit de atención en un punto fijo empezó a mirar en todos sentidos, buscando el origen de cada perturbación en caso de tener que defenderse si lo que Ana le había dicho sobre sus otras versiones era cierto.

-Ana? Quién es él? Un nuevo Servant? – una suave voz femenina detuvo al dúo que prácticamente trotaba para alcanzar su destino.

Otra muchacha extraña se presentó frente a Percy, notando cómo su largo cabello era de una tonalidad violácea mucha más pálida a comparación de Medusa. Llevaba un cayado en su mano derecha, al mismo tiempo que ella llevaba un hermoso vestido celeste.

-Servant? – repitió él la palabra, viendo a la fémina que sostenía su mano con intención de obtener una respuesta.

-Los héroes convocados- especificó ella, como si supiera lo que necesitaba conocer.

-Entonces no, no soy un Servant. Solo un semidiós que fue arrastrado hasta aquí. Me llamo Percy por cierto- dándole su atención a la joven de ropas claras, el Jackson le explicó lo que era mientras estiraba su mano derecha luego de guardar el bolígrafo.

-Mucho gusto! Soy Medea Lily! – con suma confianza, la susodicha aceptó el saludo con sus dos manos, sacudiéndolas con ahínco al mismo tiempo que sonreía.

Por segunda vez desde que apareció en aquella desconocida base en medio de la nada, el cerebro de Perseus Jackson se detuvo al escuchar el nombre de la joven. Sus instintos en un principio exclamaban por desplegar a Anaklusmos, mas un apretón le hizo recapacitar y comprender que esa Medea frente a él no era la misma que Piper, Jason y Leo habían encontrado en Chicago.

-Es un hijo de Poseidón y Gaia lo trajo aquí- conteniendo la mano más grande en la pequeña que le pertenecía, la Gorgona reveló.

-Gaea- corrigió él.

-GAIA- no dando el brazo a torcer, Medusa Lily replicó.

-Disculpa, pero tú has peleado contra ella cara a cara? – controlando la exasperación que le provocaba discutir con alguien que obviamente tenía rasgos intelectuales heredados por Athena, el salvador del Olimpo interrogó a su acompañante.

Esta vez fueron las dos féminas quienes se callaron, dándole a Percy una sensación de déjà vu que velozmente eliminó de su cabeza. Vio que Ana murmuró algo inentendible entre dientes, mientras que Medea Lily no sabía realmente cómo reaccionar ante lo escuchado, pues solo creía que los dioses habían sido los últimos en pelear contra la representación de la tierra.

-Tienes que hablar urgente con los demás! – con una jovial actitud efervescente, la oriunda de Colchis determinó.

En un fugaz movimiento, la joven bruja emuló el accionar de Medusa Lily, colocándose a la derecha del pelinegro sin soltar en algún momento la extremidad superior diestra de este. Acto seguido, el trío se encaminó a una sala alojada al costado izquierdo a unos veinte metros de distancia, donde el ruido era mucho mayor y un mar de gente inundó la visión verde azulada del perdido semidiós.

-Wow...- musitó el hijo de Poseidón ante tantas personas que le recordaban a Chiron, llenos de experiencia y con ojos ancianos.

Incluso si lo que dijo fue apenas audible, todos se voltearon a verlo, lo que ocasionó un par risas en las jóvenes que lo llevaban de sus brazos.

-Bienvenido a Chaldea- la pequeña Medusa dijo.

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Aquí está la segunda Servant que se presente en la historia! Fuerte ese aplauso para Medea Lily!

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Aquí está la segunda Servant que se presente en la historia! Fuerte ese aplauso para Medea Lily!

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