La historia de cómo me convertí en la futura reina pirata

Capítulo 3: Rumbo a la aventura y reencuentro

Tras la muerte de Sabo, continuamos nuestras vidas con normalidad, o al menos eso intentábamos. Los años fueron pasando y llegó el momento en el que Ace se aventuraba al mar.

- ¡Adiós! ¡Espero que nos veamos pronto como grandes piratas!- dijo moviendo los brazos en señal de despedida con una amplia sonrisa.

- ¡Si! ¡No nos vamos a quedar atrás que lo sepas!- dije sonriendo.

- ¡Eso eso! ¡Un día seremos más fuertes que tú!- dijo Luffy con su sonrisa característica.

- ¡A ver si es verdad!- dijo en tono de burla.

Una vez se alejó lo suficiente de la costa, Luffy y yo nos retiramos y continuamos entrenando como siempre. Ace y Sabo siempre nos habían sacado ventaja al ser mayores, pero no nos rendiremos. Luffy cada vez tenía un mejor dominio con sus poderes de goma mientras que yo había mejorado mis capacidades físicas pero cuando tenga mi fruta seré mucho más fuerte. Al terminar el entrenamiento de hoy nos fuimos a descansar a nuestra base que estaba muy solitaria sin Ace ni Sabo pero tratamos de adaptarnos como podemos. Aunque nos hayamos quedado solos, mirando el lado positivo eso nos ha hecho más cercanos. Cuando nos toque partir le voy a echar mucho de menos.

Los años pasaron y ya llegó nuestro momento de embarcarnos. Cuando Luffy se disponía a subir a la barca lo abracé por detrás a lo que el se giró correspondiéndolo. Al sentir sus brazos y mi cabeza en su pecho no pude evitar sonrojarme por lo que escondí mi rostro en su pecho para que no se diera cuenta. Lamentablemente llegó el momento de separarse pero antes de soltarme me dió un beso en la mejilla por lo que no pude evitar ponerme más roja que un tomate. Rezo para que no se dé cuenta pero para mi mala suerte se dió cuenta.

- ¿Estás bien, Tadomi-chan?- me pregunta algo preocupado.

- A-ah s-si si(mierda, estoy tartamudeando)- dije nerviosa y aún con el sonrojo.

- ¿Seguro? Estás muy roja y podrías tener fiebre- dijo pegando su frente con la mía.

- ¡Estoy bien no te preocupes, vete tranquilo!- digo muy nerviosa pues está muy cerca.

- Bueno si tú lo dices, te creo- me dijo con una gran sonrisa alejándose de mi frente por lo que solté un suspiro de alivio(y, ¿cómo puede tener una sonrisa tan linda?).

- Bueno tienes que marcharte, no quiero distraerte más- dije conteniendo las lágrimas.

- No te preocupes- dijo acariciándome la cabeza suavemente para luego irse en su barca rumbo a la aventura.

- ¡Nos volveremos a ver muy pronto y me volveré muy fuerte así que no te despistes o te quedarás atrás!- grité limpiando las pocas lágrimas que me caían por el rostro y dándole mi mejor sonrisa.

- ¡Por supuesto!- dijo sonriendo con los brazos alzados mientras se aleja de la costa.

Cuando dejé de verlo en el horizonte me dispuse a prepararme para mi partida. Al prepararlo todo puse mi barca en el agua y me dispuse a partir mientras Dadan y las demás personas del pueblo me despedían por lo que me despedí con una gran sonrisa mientras movía mis brazos. Una vez me alejé de la costa y llegué a alta mar divisé un barco muy grande, al no tener bandera no supe de qué tipo de embarcación se trataba, y me dispuse a cambiar de rumbo para no chocar contra el barco. El barco al parecer cambió para el mismo rumbo que me dirigía y era demasiado tarde para cambiar el rumbo así que me asusté porque a este paso mi barco se hundirá. Desesperada hice un último intento pero el barco impactó contra el mío haciendo que se hunda por lo que caí al agua. Algunos integrantes de la tripulación del barco se lanzaron al mar y me agarraron para subirme al barco. Al subirme me soltaron bruscamente en el suelo y me pareció desagradable como me miraban todos. Uno de ellos se me acercó por lo que yo me puse en guardia.