To the end

169 7 14
                                    

Los ojos de Liam desbordaban una tristeza enorme, era de tal magnitud que a Noel se le apretaba el corazón en el pecho, no solo de mirarle, si no de pensar en aquello.

Entre ambos se habían hecho y se hacían mucho daño, se odiaban, se molestaban y se molían a golpes con frecuencia, pero eso no impedía que Noel sintiera el impulso de defender a su hermano menor del mundo, podía ser todo lo molesto que era, pero a Noel le picaba el cuerpo por hacer algo que lo salvara de aquel castigo.

- Si existen leyes que resguardan el matrimonio, ¿por qué no hay una que impida que te cases con tu hermano? - Dijo Liam con la cabeza cubierta por un velo de color blanco. El pigmento de mercurio de color rojo hacía que sus labios parecieran jugosas frutas y sus mejillas artificialmente sonrosadas tenían el aspecto de auténticas manzanas, pero nada podía cambiar el aspecto de sus ojos triste entregados a su suerte, ya resignados, incluso, todo ese look solo acentuaba el hecho de que eran contadas las ocasiones en que ambos se habían expuesto a la luz del sol directamente, ahora lucía como una linda jovencita de cejas gruesas que acababan de ser perfiladas y ojos azules brillantes de pena, esperando por un caballero que la salve.

Noel dirigió su atención a él, pero no dijo nada, le daba una vergüenza atroz que se le quebrara la voz y alguien se diera cuenta del nudo que tenía en su garganta. Ambos estaban marginados, pertenecían a la familia más importante del país y aun así, o por tal motivo, vivían condenados al encierro, a la soledad y a la compañía mutua. Noel simplemente por no haber nacido siendo el primogénito y Liam por haber nacido malformado, el hermano del medio aun recordaba el rostro horrorizado y temeroso de la partera. El padre de la criatura, su propio padre, habría concretado su deseo de mandar a algún sirviente a ir a ahogarle en el río de no ser por la lucha férrea que dio su madre por su vida.

Esa misma mujer que peleo tanto por la vida de su hijo, en verdad nunca más lucho por mejorar la vida miserable de encierro y anonimato que estaban viviendo y ahora no hacía absolutamente nada por impedir la aberración pecaminosa que se estaba a punto de cometer.

El abuelo al que jamás conoció, estaba ya esperando a que la muerte se dignara a aparecer y arrebatar su alma y su padre heredaría el trono, pero solo lo haría si era el primero en entregarle bisnietos, ahora este engendro mutante que su mujer había dado a luz le sería de utilidad, ese niño que a la vez era una adolescente por fin le sería útil, por fin sacaría provecho de haber dejado crecer a aquel hermafrodita tan fértil.

Ocultar la existencia de sus hijos menores había sido tan fácil, simplemente fingió que Noel había muerto dentro del vientre de su madre a los 7 meses y que Liam murió justo al momento de ser dado a luz, ahora lo llevaría a la catedral y haría que el cura lo casara con su único hijo oficialmente vivo, Paul.

En el mismo viaje "Lía", una supuesta joven que su hijo había conocido en alguna expedición al extranjero mientras convivía con naciones extranjeras, se convertiría al anglicismo y se bautizaría con un poco de agua en la cabeza.

Y allí estaba en un carruaje, sujetando la mano de su supuesta suegra mientras iban a aquel lugar, ahora solo tenía dos opciones, o entregarse a su destino o la decapitación y la muerte y Liam no quería morir, por eso estaba allí en silencio, por eso aceptaba todo esto.

Noel esperaba ansioso. Estar enclaustrado era tanto peor sin la presencia de su hermanito, a cambio de salvar la vida de aquel niño, de aquel bebé, había recibido tantos castigos y tantos golpes en su nombre que ahora no se explicaba el por qué se sentía atado de brazos e imposibilitado de hacer cualquier cosa.

Escuchó que llegaban alegres y con pompa, el plan les había salido a pedir de boca y el obispo se lo había tragado todo, en el salón principal había una recepción con comida y música de orquesta, pero para Liam no habría celebración más que la de las esposas vírgenes que conocen la alegría de ser recién desfloradas por el marido que a penas conocen y los vacíos de su existencia son oportunamente llenados de esperma y verga, las que agradecen el haber sido elegidas como prueba de su valía y belleza, cuyos esposos muestran con orgullo y a modo de bandera la sangre vertida sobre una blanca sábana de una herida recién abierta y que es imposible de regenerar.

Así que, sin perder tiempo, Liam fue llevado escaleras arriba, justo por sobre la habitación que compartía con su hermano favorito, le temblaban las manos, las piernas, la mandíbula y todo el cuerpo.

En la fiesta había tal cantidad de ruido que Noel fue el único que pudo escuchar sus gritos, su llanto y el crujir de la madera de la cama, de la pared y del suelo y lloró, lloró amargamente ante lo que oía y ante la certeza de las cosas que estaban ocurriendo cerca, golpeo la pared con fuerza hasta romperse la mano, pero estaba encerrado y no podía hacer nada más que lamentarse.

Hasta que Paul le abrió la puerta y le miró con sonrisa triunfal.

- Ven a celebrar con nosotros. - Dijo mientras se alejaba y dejaba el portal abierto tras de sí.

Noel quiso romperle la cara, a su vez quiso abrazar a su hermano, pero no hizo absolutamente nada.

Bajó las escaleras y se escabulló al patio con esperanzas de que la naturaleza le hiciera sentir mejor y se encontró con una mujer de avanzada edad, él no sabía que se trataba de su abuela y ella lo encontró tan parecido a su hijo, pero solo le miró con el desprecio con el que se mira a los bastardos y se lamentó de las irresponsabilidades y conducta lúbrica.

Para ella, dejar vivir a los hijos ilegítimos era un error ya que siempre aspiraban a poseer aquello de lo que solo los verdaderos hijos eran merecedores.

¿Se atrevería este a intentar arrebatarle a Paul el trono?, se preguntaba la anciana.

El mayor de los Gallagher obligó al menor a sentarse en su regazo, de verdad que ahora parecía que le gustaba, lo acariciaba y le besaba, Liam no se oponía, pero Noel era consciente de que en verdad no quería, y sintió asco, pero no quiso hacer un escándalo público, Liam estaba adoctrinado y él también ese veía obligado a ser complaciente para con todo aquel montaje, regresó voluntariamente a su calabozo sintiéndose pequeño y débil.

Había pasado un mes y medio y esa noche, como cada noche, Liam lo eligió, eligió volver a su encierro y pasar la noche durmiendo a su lado como lo había hecho desde que tenía memoria y uso de razón, pero una vez más fue Paul quien lo fue a buscar para llevárselo a la rastra o al hombro y arrebatarlo de su lado.

Otra vez los oídos de Noel estaban siendo taladrados por esos horribles sonidos.

Antes, su hermano mayor no parecía ni estar al tanto de la existencia y la vida del menor, pero una vez lo había probado, parecía haberse vuelto adicto a él y disfrutar de las cosas que le hacía y las que le obligaba a hacer y eso, Noel ya no lo iba a permitir, fue otra vez a golpear su propia puerta a sabiendas de la inutilidad que siempre traía consigo el hacer aquello, pero esta vez se abrió de golpe y sin esfuerzo. había quedado junta, pero el seguro no había alcanzado a contactar como para permitir que se cerrara.

Corrió, fue con sigilo al piso superior, abrió despacio e impactado por lo que vio, tomo la ballesta de caza disparó a su hermano justo en el corazón. Si se sentía flechado por su pequeño, eso era justo lo que merecía.

Cuando el menor sintió aquel sonido y que el otro, que lo tenía aprisionado contra una mesa, se dejó de mover en su interior para salir y caminar lentamente en reversa para ir a parar a la cama y morir allí; se volteó y miró a Noel que se le acercó apresurado , le instó a vestirse con rapidez y de la mano le llevó hasta la salida de la cocina para juntos correr, adentrarse a la oscuridad de la noche y huir de todo y de todos para siempre.

Pasaron tres semanas, habían logrado llegar lo más lejos posible y ahora trabajaban la tierra para juntar recursos y seguir escapando.

- Qué raro, Noel, desde que me casé que ya no sangro más, lo cual es bueno. Él me daba tanto asco que siempre tenía nauseas, pero ahora que está muerto, sigo vomitando, ¿por qué?

Entonces un escalofrío recorrió la espalda de Noel, quién comenzó a sudar frío ante todo lo que aquello significaba.

Fin.

The last paradeWhere stories live. Discover now