→I want her back← Jenlisa/Chaelisa Fanfiction

→Primeros pasos lejos de ti

   Rosé y Lisa seguían en el pasillo sin saber que tenían espectadoras quienes al ver que la pelirroja era arrastrada dentro de la habitación para encerrarse otra vez, fruncieron el ceño y se miraban entre sí con confusión, creían que todo estaría bien.

—¿Pero qué...?—Preguntó Jennie sin terminar la oración.

—Dejalas Jendeuk, necesitan su espacio—Razonó Jisoo y ambas se marcharon comprendiendo la situación.

   Mientras tanto, las dos menores se acurrucaban en la cama. Rosé seguía sosteniendo a Lisa en sus brazos y acariciaba su cabello rubio para brindarle seguridad a la vez que escuchaba todo lo sucedido relatado directamente de los labios de su amiga.

—Si hubieses visto como me miraba Rosie, nunca había visto tanta repugnancia en sus ojos. Parecía que tan sólo la idea de tenerme cerca le diera asco. Para colmo ni siquiera me considera una amiga pero ya no estoy segura de querer serlo.

   Lisa sorbía sus mocos a la vez que terminaba de contar todo, había decidido decirle a Rosé porque sabía que ella la apoyaría y no la abandonaría jamás. Era algo que le había demostrado luego de tantos años a su lado.

   La otra miraba a la menor con cariño en sus ojos, no podía creer todo lo que había salido de su boca. No podía creer que alguien siquiera se había atrevido a jugar con el corazón de alguien tan dulce como Lisa.

   Y es que la rubia siempre había sido una de las grandes debilidades de Rosé, nunca se podría resistir a esos grandes orbes mieles.

   Quería consolarla, de verdad quería. Le mataba ver a la tailandesa tan frágil pero una duda se había instalado en su cabeza y no podría pensar en otra cosa si no se la quitaba.

—¿Qué es eso que aprietas tanto en tus manos Liz? No lo soltaste en ningún momento—Preguntó finalmente, la curiosidad le había ganado.

—¿Esto?—Dejó de apuñar el rosado sobre, estaba hecho un churro, igual que su corazón. Se quedó unos minutos ausente, mirando el sobre hasta que continuó hablando—. Es una tontería, es una carta de amor en la cual expreso todos mis sentimientos a Jennie. Yo pensé que quizás... —Lisa chistó amargamente como si se hubiese contado un chiste para ella misma, un dolor aprisionó si corazón—Quizás si ella la leía tendría una mínima oportunidad de conquistarla, ya sabes el resto de la historia.

   Lisa escondió su rostro entre sus manos avergonzada, no podía creer lo ingenua que era. Rosé sólo la miró enternecida, la tailandesa le parecía lo más adorable del mundo.

—¡Agh! Fui una tonta Rosie.

—Ya Liz, no digas eso. No puedes deshacer lo que hiciste pero puedes aprender de tus errores—Le sacó sus manos de su cara e indicó que la mirara—. Tienes que olvidar a Jennie, Lisa.

—Pero no puedo Rosie, yo... Yo me enamoré de ella—Admitió avergonzada, bajando la mirada al ver una pizca de decepción en los ojos de Rosé—. Sé que es difícil de entender, ella no me trataba de la misma manera que yo a ella, sé que sólo me buscaba cuando se sentía sola pero por momentos me miraba como si fuese lo más hermoso del mundo y todo el dolor se esfumaba. No me importa sufrir por días si luego tengo esos 10 segundos en el cielo.

   Rosé suspiro en derrota, sabía que Lisa estaba jodida. Volvió a recostar a la menor sobre su pecho acariciando su cabello nuevamente y apoyando su espalda en el cabecero de la cama. Tenían mucho trabajo por hacer pero primero había que agotar todas las lágrimas.

Pasaron ocho días

    Ambas chicas habían estado encerradas durante tres días juntas mirando películas como The notebook hasta que Lisa tuvo las fuerzas necesarias para salir —además se había acabado toda la comida— Rosé comía demasiado.