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→Altos y Bajos

     La mañana siguiente, Rosé se encontró a sí misma despertando en una cama que no era la suya. Lentamente se fue enderezando para descubrir que una pequeña rubia seguía dormida entre sus brazos.

     Se veía tan pacífica y calmada, no parecía la misma Lisa de la noche anterior.

"Cuánto daño te han hecho Li" pensó.

    Comenzó a sentir un dolor punzante en su cuello, había dormido sentada y ahora mismo le estaba pasando factura. Llevó su mano a la zona afectada e inició un lento masaje, dando pequeños golpecitos con su puño de vez en cuando.

   Su vista no había abandonado el rostro de la tailandesa en ningún momento. Lucía como un ángel, todas sus facciones de muñeca estaban suavizadas a su punto máximo y un pequeño hoyulo se dejaba ver en su pómulo izquierdo. Su mano ahora apuñaba la remera de Rosé para aferrarse a ella, parecía desconocer que Rosé no iría a ningún lado. 

   Escuchó la puerta abrirse y giró su cabeza para ver quién había entrado. Esperaba que fuera Jisoo, si no habría problemas. Una pelinegra se dejó ver y ciertamente, se sorprendió al ver que la pelirroja estaba despierta.

—Oh um... Rosie estás despierta—El nerviosismo era notable en Jisoo, parecía una niña pequeña a punto de ser regañada—. Odio tener que hacer esto pero deben prepararse, el Sr.Yang nos espera en su oficina.

—¿El Sr. Yang? —Preguntó confundida—. El nunca nos cita en fechas especiales.

—Al parecer es un asunto grave y de suma importancia—Se encogió de hombros—. Nos espera allí en una hora.

—¿Crees que será por nuestro comeback unnie? —Preguntó esperanzada, hace meses que no tenían noticia alguna sobre ello pero en el fondo, Rosé tenía la ilusión de finalmente lanzar un álbum este año. O al menos su sólo.

   La pregunta incómodo visiblemente a Jisoo, odiaba no poder hacer nada al respecto. Ella también estaba frustrada por no poder cumplir su sueño como lo imaginó, ni siquiera se le era permitido actuar en dramas. Y vaya que ofertas no le faltaban.

—Me temo que no Chaeyoung—Dijo apenada.

—Oh, está bien—La desilusión se hizo presente en la voz de Rosé—. Puedes irte Chu, yo me encargo de Lisa.

—¿Cómo está?

   La pelinegra a pesar de haber estado pasando toda la noche con Jennie, no pudo dejar de pensar en Lisa en ningún minuto. La rubia era como su hermana pequeña, siempre la quiso proteger de todo pero quién diría que el monstruo fuese su mejor amiga también. Decidió quedarse con la morena porque si no la tenía a ella, no tenía a nadie. Lisa tenía a Rosé después de todo y en aquel vínculo tan mágico que tenían las dos, Jisoo no cabía.

    Rosé pudo notar lo preocupada que estaba la mayor, se vio a ella misma reflejada en su rostro por un instante.

—Está destrozada Chu, nunca la había visto tan mal como ayer—Admitió.

—Entonces esta vez si es muy serio—Río entre dientes y estrujó sus manos con nerviosismo.

—Lo es—Aseguró—Ahora si me permites, debo despertar a la bestia.

    No necesito más palabras o explicaciones, la mayor entendió lo que quiso decir Rosé con aquello. Quería que se fuera.

—Está bien. Una hora Chae, recuerdalo. —Dijo antes de salir de la habitación a paso apresurado.

    Apenas escuchó cerrarse la puerta, suspiró frustrada y volvió su vista a Lisa. ¿Cómo demonios la despertaría sin que llore?

—Liz... —Comenzó a susurrar suavemente cerca de su oído a la vez que la sacudía gentilmente—Lisa... —Sólo recibía una pequeña queja de la menor que rápidamente se daba vuelta para continuar durmiendo—Amor... Tenemos que ir a una reunión importante.